Cogito ergo sum-.
El pasado 30 de mayo se efectuó
una gran demostración de fuerza en las calles de Caracas como de varios puntos
del país, entre ellos aquí en Puerto La Cruz. Lo que permitió demostrar que
existe un número cada vez mayor de venezolanos que rechazan vehemente y activamente
las acciones del régimen.
A pesar de que el
llamado de movilización no contó con el aval oficial de los voceros de la Mesa
de la Unidad Democrática (MUD), específicamente de Jesús “Chuo” Torrealba, sí
albergó un número sorprendente de venezolanos que se sumaron activamente a la
jornada.
No es la primera vez que
una actividad popular es apoyada por una multitud mientras que los
representantes de la Unidad públicamente expresan sus objeciones a la misma.
El éxito de la jornada
en favor de los presos políticos tiene que llamar la atención a quienes
conducen la Mesa, como para aquellos dirigentes nacionales de varias
organizaciones políticas que expresaron su oposición a la misma.
¡Claro que la duda es
lógica y válida! Con mis palabras no condeno el disenso, por el contrario la
variopinta expresión de ideas y visiones es lo correcto y democrático, mas el
análisis de aquellos que terca y constantemente no han avalado las
movilizaciones de calle tiene que ser hoy una constante en ellos.
Hace unos meses la MUD
no apoyó la organización, planificación y puesta en marcha del llamado Congreso
Ciudadano, auspiciado por María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio
Ledezma, no obstante la jornada se llevó adelante demostrando un éxito
inocultable en varios puntos del país entre ellos en Anzoátegui.
Ahora la jornada de
calle del pasado 30 de mayo fue calificada como “extemporánea” e “inconsulta”,
y a pesar de ello el pueblo salió de sus casas para exigir la libertad de todos
los presos políticos.
Aquí aprovecho para
afirmar que la acción de calle no fue sólo para pedir la liberación de Leopoldo
López y Daniel Ceballos, sino que el pueblo en el ejercicio de sus derechos
democráticos y constitucionales les exigía al régimen la libertad de todos los
encarcelados injustamente por móviles políticos especialmente a los estudiantes.
Fue satisfactorio ver
que en nuestro estado se leían pancartas solicitando la liberación del joven
estudiante y preso político, Gerardo Resplandor, entre muchos muchachos más.
La actividad evidenció
que la “unidad en la calle” es más sólida y decidida que aquella que nace de
conversaciones partidista, aunque ésta también es vital para la reconstrucción
nacional.
Creo que Venezuela
necesita de la movilización de todos sus ciudadanos para alcanzar la meta de
una nueva república basada en la libertad, el desarrollo y la justicia social,
donde cada ciudadano tenga sus derechos y los pueda ejercer sin ninguna
cortapisa.
La Unidad en la Calle es
un sentimiento que se ha expresado en muchas oportunidades y que algunos
dirigentes han desoído erróneamente.
Quienes mejores han
respondido a los gritos de libertad del pueblo es el trío de Machado, López y
Ledezma, quienes han estado en sintonía con el clamor de cambio del pueblo venezolano.
Como dijo Bolívar:
¡Unidad, unidad o la anarquía os devorará!
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