Cogito ergo sum-. Representó la furia del revanchismo social. Su
discurso popular despertó una emoción sin parangón en la historia, hasta ese
momento, de Venezuela.
Con su fuerza se vinculó con el
campesinado, con el venezolano de a pie. Prometió quitarles a los ricos explotadores
para repartirles a los pobres aquellas riquezas que aquéllos habían
usufructuado.
Su mensaje era de odio, de
rencor, lleno de una enorme frustración social y económica.
Detrás de él miles, millones de
venezolanos, seguían un sueño de igualdad, de progreso social, de cambios en el
sistema de gobierno. Una ilusión que iba dejando a su paso una estela de
muerte.
Era un líder plenamente popular.
Con discurso populacho y su actitud bellaca le permitió conquistar el alma de
un pueblo que necesitaba alguien a quien seguir.
El fuego y la destrucción era
parte del día a día de aquel vengador social, que llevó a Venezuela al borde
del desastre.
La mayoría del pueblo marchó a
sus espaldas, respondían a sus peticiones, se doblegaron ante él. Sin duda fue
un padre que querían, respetaban y admiraban.
La calamidad no duró para
siempre, aquél tirano a caballo consiguió su fin.
Una lanza le arrebató la
existencia. José Tomás Boves, fue el primer gran líder de masas que tuvo
Venezuela, él encarnó esa necesidad de patriarcado político que nos viene de la
sangre indígena y española, por un lado el caciquismo y por el otro lado la
corona.
Boves murió y con él toda la
influencia que directamente ejercía en miles de venezolanos que lo seguían
ciegamente.
El fin del “urogallo” dio paso
para que emergiera otro líder popular, el segundo gran líder de las masas
venezolanas, José Antonio Páez.
Páez, con idénticas
características de valor, fuerza, Don de mando y entrega, llenó el vacío de
liderazgo popular que habían dejado Boves. A Dios gracias, el nuevo líder
marchaba bajo las banderas de los independentistas.
El “Centauro de los Llanos”, se
erigió como el nuevo señor de los pobres, el nuevo representante de esa
Venezuela de a pie, que en esta etapa batalló al lado de aquella clase media
criolla que estaba dirigida por el Libertador Simón Bolívar.
Páez fue el héroe de los
llaneros, de los campesinos, de los venezolanos que no tenían nada. Él fue el
líder de los mestizos, de los mulatos, de los indígenas, de los zambos.
Más de 200 años después surgió otro Boves quien con un
discurso de revanchismo político y social, enamoró a un importante sector de
Venezuela quien lo acompañó en muchas batallas, en esta era, electorales.
Este nuevo Boves destruyó todo a
su paso. Este nuevo “impío” devoró todo lo que se encontró de frente. Armó a
todos y desató el pandemónium que el otro Boves ya había ejecutado en su
tiempo.
Ambos Boves encarnaron lo peor
del odio social venezolano. Escenificaron una lucha cargada de resentimiento y
de desprecio hacia el otro, abusaron de su poder y su espíritu estaba dominado
por un aborrecimiento a todo aquello que concebían como “malo, oligárquico o
traidor”.
Este segundo Boves también cayó
muerto, esta vez producto de una enfermedad mortal y mal tratada, y con él se
esfumó su camino de aniquilación total y anárquica.
No obstante la pregunta que todos
nos hacemos en esta hora nacional es: ¿Dónde está el nuevo Páez? Los
venezolanos de a pie, están a la espera del nuevo líder popular que lleve al pueblo
por los caminos del nacionalismo.
Boves fue anarquía. Páez fue
orden. El nuevo Boves fue socialismo, el nuevo Páez tienen que ser nacionalista
de derecha. ¡Así es!
Twitter: @jdsolorzano
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