Cogito ergo sum-. “Se fue la
luz”… Esta expresión se ha vuelto en una normalidad en el día a día de los
venezolanos, y generalmente se le agrega un amargo e irónico “pero tenemos patria”.
Nuevamente los venezolanos somos
objeto de la irresponsabilidad de un Gobierno que no se ha esforzado, ni un
ápice, para solventar el grave problema eléctrico que carcome la paciencia de
los usuarios.
En este momento podemos decirle
al señor Ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, que sus 100 días que
habló, al asumir la cartera, se agotaron con un saldo tan rojo como las
banderas de su partido.
Y el problema no es solamente las
diversas fallas del servicio, no es la molestia que lleva a miles de
venezolanos a expresarse en las calles y trancar vías como ha sucedido en los
últimos tiempos en diferentes sectores del país, sino que los largos cortes de
luz llevan a podrir los escasos alimentos que a duras penas se encuentran para
comer y mantener a nuestras familias.
Qué dolor causa ver como kilos de
carne y pollo se pierden por 8 ó 10 horas sin servicio de energía. No podemos
evitar pensar en la larga cola, en el dinero gastado, en la escasez que se
evidencia en anaqueles huérfanos de productos, es inevitable rememorar lo que
sufrimos al comprar lo poco que se encuentra en el mercado.
En Miraflores no sufren por los
apagones, en Miraflores no hacen colas para comprar los alimentos, ellos no
conocen los problemas que tenemos que sufrir en Puerto La Cruz, Barcelona,
Cumaná, Maturín, Barquisimeto, San Cristóbal, Valencia y paremos de contar
porque la lista es tan larga como toda la extensión de la república.
La luz, o mejor dicho la falta de
esta, es uno de los elementos que se suman al desabastecimiento, inseguridad y
desempleo que corroe la estabilidad social de todos y cada uno de los
venezolanos, como aquellos que nos oponemos al régimen, como aquellos que aún
siguen respaldándolo.
Ver como el régimen se burla o
menosprecia la expresión popular de reclamo del pueblo es sinónimo que en las
cúspides del poder se perdió toda sensibilidad social, a ellos les importa un
comino lo que nosotros padecemos para adquirir alimentos y mantenerlos.
En ocasiones es la chanza
venezolana la que nos permite diluir el malestar. “Guárdame un tobito de luz” es parte de esos comentarios que nos
hacen reír ante la impotencia que produce la incapacidad del Gobierno para
resolverle a los venezolanos los problemas elementales para el buen vivir.
Algunos burlonamente cantan a
toda garganta “patria, patria, patria
querida” mientras las agujas del reloj marcan que tal o cual comunidad ya
lleva unas 4 ó 5 horas sin electricidad.
Lo realmente serio, estimados
lectores, es que el Gobierno ha tenido los recursos suficientes para modernizar
nuestro sistema eléctrico, que por cierto data de los tiempos de la mal llamada
cuarta república, la cual es preferible llamarla la república civil venezolana.
¿Qué ha pasado con los reales? ¿Por
qué los venezolanos tenemos que ver como la escasez abunda por doquier?, ¿Por
qué tenemos que pasar horas eternas sin el servicio de luz?
A este régimen le podemos
aseverar que cada día pierde brillo ante el pueblo venezolano, desde la muerte
del ex presidente Chávez al mentado socialismo del siglo XXI pasó a funcionar
con una sola fase eléctrica.
A media luz sigue Maduro por un
camino equivocado, en la búsqueda de una meta inexistente.
A Nicolás le quedan pocas
alternativas, su falta de liderazgos, inventiva y capacidad están hundiendo al
país, en este momento sólo podemos decirle al régimen: “adiós luz que te apagaste”.
Twitter: @jdsolorzano
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