Cogito ergo sum-. Inició la campaña presidencial, pero así como empezó
ya prácticamente está terminando, el arranque es casi la meta de esta
competencia por la poltrona del Palacio de Miraflores, debido a que el tiempo
es muy corto y las ansias de un desenlace son demasiado grandes.
Capriles, desde los tiempos de
esta pre-campaña, se mostró como el líder fuerte que necesita Venezuela para
paliar las grandes problemáticas que se padecen día a día en la república,
mientras que el paraguas que lucía Nicolás, como era el recuerdo de Chávez, ya prácticamente
se agujeró y se sienten ya las grandes filtraciones en su estrategia de
campaña.
Mientras el gobernador de Miranda
y abanderado de la unidad democrática nos habla con la verdad, más allá de lo
dura y cruel que esta sea, el aspirante del entorno malévolo del ex presidente
fallecido solamente le queda excusarse en la marañas de engaños y de mentiras
que viene tejido desde los últimos meses.
Pero la campaña va andando y
ambos candidatos buscan apoderarse de los símbolos patrios como herramientas de
identidad nacional y política, pero sin duda ha sido Capriles el que dio en el
clavo al aseverar que “Venezuela Somos Todos”, porque sin duda es la mayor
verdad que él, o que cualquier político de la actualidad, ha dicho en el tiempo
reciente.
La ama de casa que con esmero y
devoción cuida a sus hijos, el obrero que madruga para llegar a su puesto de
trabajo, la maestra que enseña con fraternal cariño, el médico que salva vidas,
el agricultor que siembra el futuro, la artista, el escritor, el abogado, la
ingeniero, y cada uno de los venezolanos con título o no, con familia o sin
ella, joven, contemporáneo o de edad más adulta, todos y cada uno de nosotros
somos Venezuela lo cual debemos entender y asimilar.
¡Ya basta de división!, han sido
muchos años en enfrentamiento entre hermanos, han sido suficientes insultos y
vejaciones, tenemos que cesar en el desprecio al hermano nacional, porque todos
somos hijos de esta tierra, tanto aquel que por 14 años se opuso a la gestión
anterior, como aquel que siempre fue seguidor de las ideas de ex presidente
Chávez, por eso aquí nadie es apátrida por pensar diferente al otro, he aquí la
necesidad de reconocernos y respetarnos mutuamente.
Siempre se ha dicho que los
gobiernos pasan, pero las necesidades del pueblo quedan, lo que es una verdad
irrefutable y cada vez más vigente y comprobable, ¿entonces?, será que
seguiremos perdiendo el tiempo en revanchas y canibalismo político o nos
estrechamos en un abrazo fraternal el próximo 14 de abril eligiendo al guía que
tendrá la responsabilidad de sacar al país del atolladero social, económico y
político en el cual lo han sumergido.
Cuando acudimos a Misa, los que
somos católicos, nos damos fraternalmente el abrazo y le deseamos al otro que “la
paz esté contigo”, ante este ejemplo creo que todos los venezolanos sin
distingo de colores políticos, creencias religiosas, condición social, debemos
desearle a Venezuela entera paz y sosiego.
Votar es la más hermosa expresión
de la ciudadanía y del compromiso moral que poseemos con la madre patria, por
eso hoy más que nunca, luego de la gran cantidad de sucesos que han
conmocionado la república debemos salir en masa a ejercer nuestro derecho respetando
al otro, pero también haciendo respetar nuestros derechos.
Confío en Dios y en la Divida
Providencia y también en el pueblo venezolano, por eso sé que tomaremos la
mejor decisión y enrumbaremos a este país hacia un camino de esperanza y unión,
porque el futuro de cada uno de nosotros, el bienestar de cada venezolano, es
el progreso vivo de la nación porque
Venezuela eres tú.
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