Opinión-. No es la primera vez que nuestra república se encuentra en medio de una encrucijada delicada, en reiteradas oportunidades en nuestra tumultuosa, caudillista, volátil y febril historia nos ha tocado afrontar posiciones y escoger caminos disimiles, pero el resultado de esos episodios han marcado para bien o para mal el devenir de nuestra joven nación.
En una oportunidad dijo el propio Libertador, “¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! 300 años de calma, ¿no bastan?”, en referencia a la discusión sobre una de esas situaciones de bifurcación del camino, se reñía en ese momento entre la defensa de la Monarquía española, herida gravemente ante la invasión napoleónica, y la pugna por la liberad plena.
Así ha sido nuestra nación, muchas rutas se han abierto y otras se han cerrado, hemos entrado en duros combates por el deseo muy humano de anteponer nuestros pensamientos a los criterios de los demás, así somos y seguiremos siendo. Hoy cuando la república marcha decidida hacia un evento que sin lugar a dudas será transcendental para Venezuela, como es el proceso electoral del próximo 7 de octubre, no dejo de rememorar aquel discurso que resultó profético de Henrique Salas Römer días antes de las elecciones presidenciales de aquellos idus de 1998:
“Hay dos caminos, el que sea elegido por el pueblo marcará con su capacidad de unir o desunir a Venezuela lo que sucederá en el país en los próximo 15 años”.Hemos sido testigos lo que ha pasado a los largo de más de 13 años de administración de Hugo Chávez Frías, pero aquel fue la vía que millones de venezolanos escogieron, a pesar que otros tantos de connacionales no estuvieron de acuerdo la mayoría se impuso, por obra y gracia de la democracia. Pero hoy los venezolanos tenemos otra cita, como aquella de hace más de una década atrás, enfrentaremos la encrucijada de mantener un sistema que ha empobrecido a la nación, que ha corroído los cimientos de la estabilidad democrática del país, que ha condenado a miles de venezolanos al amargo purgatorio de ser estigmatizados de “escuálidos” o de emprender el camino hacia nuevos rumbos, hacia nuevos derroteros patrios, donde el progreso, la real inclusión social y el bien común sean los ingredientes de una realidad diferente.
Usted apreciado lector tiene el poder en sus manos, así como nuestros padres, abuelos y antecesores tomaron sus decisiones, para bien o para mal, en esa misma proporción nos toca a nosotros cumplir con nuestro derecho y deber nacional de seleccionar lo que queremos para nuestra gran república. Tu voto es tu expresión, cada opinión cuenta, sal y vota este 7 de octubre, saca a Venezuela de esta nueva encrucijada histórica.
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