Un nuevo panorama

Nadie en este país hace unos días hubiera imaginado la gravedad del estado de salud del Presidente de la República. Quien diga, de cualquiera de los lados del escenario político, que estaba preparado para recibir la noticia de la voz del propio Chávez de su enfermedad, sin lugar a duda está mintiendo.
Ni el más avezado de los dirigentes políticos hace menos de un mes se hubiera paseado por la posibilidad de un Hugo Chávez fuera del escenario electoral, recuperándose o luchando en contra de uno de los males más crueles de la humanidad: El Cáncer.
Existe un sentimiento de desespero dentro de las filas del oficialismo, mientras que las fuerzas de la alternativa democrática están redibujando los mapas de la realidad política venezolana, mientras que propios y extraños continúan con las hipótesis, teorías, lucubraciones con relación al estado de salud del Presidente.
Como periodista varias preguntas flotan en mi cabeza, por ejemplo: ¿quién reemplazaría a Chávez en la jefatura del Psuv, si éste decide retirarse de la vida pública, para incentivar todas sus acciones y esfuerzos con miras de restablecer su salud?, ¿La eventualidad de las dolencias presidenciales alterará de alguna forma la discusión del cronograma electoral para las diversas elecciones de cargos pautadas para el año entrante?, ¿A la oposición le conviene más luchar con un Hugo Chávez como candidato, o que el Psuv coloque a otro dirigente de sus filas, por ejemplo Adán Chávez, para intentar retener la presidencia de la República?, estas y otras inquietudes pululan con vehemencia como especies de alfilerazos en mi cerebro.
Luego de la alocución en cadena nacional del Presidente, desde la Habana Cuba, que por cierto ha sido la primera vez en 12 años que sale en pantalla leyendo un discurso, el panorama político venezolano dio un giro inesperado, las apuestas se cayeron y a muchos sólo les resta esperar unas semanas para conocer las decisiones que necesariamente deben salir del seno del poder Ejecutivo y del Psuv en relación a sus acciones rumbo a las elecciones próximas.
Amanecerá y veremos, pero de este episodio de la historia todos los políticos deben aprender que nadie es eterno y los constitucionalistas deben reflexionar más sobre el tema de las ausencias temporales y absolutas del Jefe de Estado. Como cristiano elevo mis oraciones por la recuperación del Presidente de la República, y como opositor a su régimen suplico al Altísimo que nos brinde la oportunidad de derrotarlo voto a voto en las elecciones presidenciales del 2012.
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