El Gobierno nacional hace unos meses lanzó a la palestra pública la Misión Vivienda Venezuela, hasta el momento se vislumbra ésta como otro enorme fracaso para la administración de Hugo Chávez, debido a que la inercia, la inoperatividad y la pasividad que son características de esta gestión en materia de obras públicas.
El equipo de gobierno central aprisionado ante la carencia de un discurso persuasivo, como fue en el 2004 -durante las elecciones para el referendo revocatorio- las Misiones Sociales (educativas, de salud, etc.), hoy pretende utilizar el tema de la vivienda como una manera de esperanzar a la gran mayoría de la población.
El país ha cambiado profundamente, esta no es la misma nación del 2006, en los últimos años se han registrados infinitas transformaciones en el alma nacional. Hoy los discursos de los personeros del régimen y mucho menos del Presidente de la República, pueden ocultar el drama social y humano que padecen miles de venezolanos en la búsqueda de un techo donde vivir y criar a su familia.
En los 12 años de gestión carmesí no se han edificado centros residenciales que por lo menos paleen en alguna medida la carencia de soluciones habitacionales, pero sí se han elevado miles de casas en Cuba, como parte del “pago” por la asesoría habanera en las misiones sociales y otras áreas, como si el precio de “gallina flaca” del crudo venezolano ya no fuese suficiente forma de reatribuirle (en exceso) su colaboración.
En el pasado a pesar de los problemas que se suscitaban y de los errores que antiguas administraciones cometieron, éstas dieron en alguna forma respuesta a la situación del déficit habitacional en la nación. En la primera administración del Dr. Rafael Caldera no se logró cumplir la meta de las 100 mil viviendas por año, pero fue el período presidencial donde más cerca se llegó a esta meta, convirtiéndose en la historia como el gobierno de la vivienda hasta el momento.
En Anzoátegui en la actualidad podemos afirmar con propiedad que el tema de la fabricación de viviendas es desconocido, el Gobierno nacional, el regional y las municipalidades no han actuado para atender esta problemática. Cotidianamente más personas tienen la necesidad de casarse y formar un hogar, pero tienen que consolarse con vivir con sus padres o parientes.
Día a día miles de anzoateguienses, como el resto de los venezolanos, tienen que andar y desandar el “viacrucis” de la obtención de una vivienda propia; un drama que se replica en todas las regionales, municipios y sectores de Venezuela, de allí que la perorata oficialista de darle respuesta a este mal, después de más de una década de retraso, cae en oídos sordos y desentendidos, porque sin duda el pueblo ya no cree en las “falsas promesas rojas”.
@jdsolorzano / Solórzano.dj@gmail.com / www.dionisiosolorzano.blogspot.com
lunes, 25 de julio de 2011
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