José Dionisio Solórzano
Tal vez más de un lector tome a mal lo que redactaré, y lo advierto antes que sigan leyendo y así se prepare de todas las maneras posibles para leer lo que a continuación escribiré.
Primero, quienes se dicen llaman oposición deben quitarse la venda de los ojos y dejar de creer que el señor Nicolás Maduro carece de inteligencia, pues el actual Presidente de la República ha demostrado lo contrario, lo quieran o no comprender.
Una de las claves del fracaso de la oposición por más de 20 años, es que menosprecian la capacidad de sus rivales, lo hicieron con Hugo Chávez Frías y posteriormente con Nicolás Maduro. A tal punto, que los líderes de oposición creyeron que luchaban contra desaventajados intelectuales. ¡Gran error!
Nicolás Maduro – con habilidad – está en el poder y se mantiene en él a pesar de los problemas que subsisten en el país; Maduro ha sobrevivido a una crisis de alimentación terrible, a aquellos años de escasez total, cuando los anaqueles estaban vacíos y las colas era interminables para comprar harina, arroz, papel higiénico o medicamentos.
La crisis del desabastecimiento pasó, y Nicolás Maduro siguió en el poder.
Luego llegaron las protestas encabezadas por ilusionados jóvenes que querían un cambio político, y otra vez, el temporal pasó y Nicolás Maduro continuó sentado en la Silla de Miraflores.
Vino la crisis de la gasolina, las estaciones de gasolina repletas de vehículos haciendo turnos para cargar combustible.
Y pasamos del bachaqueo de comida a la de litros de gasolina; y, otra vez, la crisis pasó y Nicolás Maduro permaneció despachando desde la Quinta de Misia Jacinta.
Vinieron los días del llamado «gobierno de transición», el desconocimiento de 60 países, la presión internacional, el cierre de las fronteras con Brasil y Colombia, la parálisis económica y la pérdida de activos en el exterior. Durante 4 años Juan Guaidó tuvo el control de los bienes del Estado en el extranjero, sin embargo ya el señor Guaidó dejó de ser «presidente de la transición» y su gobierno fue desarticulado, mientras tanto Maduro está allí, en su oficina en Palacio de Gobierno.
El Presidente de la República superó las tormentas económicas, internacionales, protestas y un gobierno paralelo, y aún lo vemos gobernando.
¡Entonces! ¿Seguirá la oposición subestimando al Mandatario Nacional? Hacerlo es una gran torpeza, pues Maduro ha demostrado que sabe cómo sostenerse en el poder.
Nicolás Maduro sin el dinero de Chávez, sin el carisma de Chávez, sin los apoyos internacionales, y sin el partido que en su momento tuvo Chávez, ha demostrado ser capaz de conducir el barco y llevarlo a puerto.
Podremos estar o no de acuerdo con sus políticas económicas, con su pensamiento político, por lo que representa como figura pública, no obstante seguir negándole sus capacidades es una necedad sin razón de ser.
Tal actitud habla peor de la oposición que del mismo gobierno.
Nicolás Maduro ha derrotado al G-4 una y otra vez, y éstos se han arrodillado (por aquello de doblarse para lo partirse) en más de una ocasión, demostrándole a la nación que no tienen la fuerza, la inteligencia ni la sagacidad de ser una opción real contra el Presidente de la República.
Dentro de la oposición solamente una persona – hasta ahora – ha demostrado tener la entereza, la fortaleza y sobre todo el talento para afrontar el desafío de vencer al Gobierno Nacional, y esa persona es María Corina Machado, más nadie.
¿Más claro?
¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!
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