José Dionisio Solórzano / @jdionisioss
Luego de la terrible debacle de las elecciones regionales pasadas, la oposición – la tradicional – cayó en un lánguido proceso de inercia, inacción y desarticulación que aún se sienten en estos días, ya cuando han pasado casi seis meses desde el 21 de noviembre.
La derrota electoral del status quo fue total y aplastante, perdieron la gobernación con la débil, flatulenta y torpe candidatura a la reelección de Antonio Barreto Sira, quien quedó de tercer lugar.
Perdieron las alcaldías de El Tigre, Anaco, Santa Ana y Bruzual. En el caso de las candidaturas a la reelección de Anaco y El Tigre, terminaron igual que su jefe regional, es decir en el foso – en el paupérrimo tercer puesto –.
Ernesto Raydan y Luis Guevara Marrón – de El Tigre y Anaco respectivamente – se hundieron por ser los candidatos de Barreto Sira, por escuchar las estrategias descabelladas y demenciales de Miguel Arismendi y por ejercer erráticamente el poder.
En Santa Ana, el status quo ni siquiera llegó a perder en las elecciones abiertas, pues, ya en la consulta de primarias habían sido aplastados.
En el caso del municipio Bruzual (Clarines), la alcaldesa decidió no competir con el pretexto de problemas de salud, abriéndole el camino a un tercer candidato, Emilio Guzmán, quien, aunque perdió, rompió la tendencia del tercer lugar.
La clase política que había controlado a la oposición tradicional por décadas quedó totalmente barriada en las elecciones regionales, y a pesar de los absurdos intentos de Miguel Arismendi de mantener un control espurio sobre eso que mientan el G4, pareciera que la dinámica demanda nuevos liderazgos políticos.
En la oposición tradicional, en este momento, resalta la figura de Astrid Silvestri – ex candidata a alcalde en Puerto La Cruz – quien realizó un importante papel en la elección pasada, siendo la única candidata del status quo en el corredor electoral que rompió con la “maldición” del tercer puesto, que al parecer iba ataca a la candidatura de Antonio Barreto Sira.
Ella, con ideas claras y frescas, significaría sangre, propuestas y procedimientos nuevos a una plataforma totalmente alicaída, fragmentada y herida.
Por otro lado, en el medio de la vieja clase política (G-4) y la nueva oposición (Alianza Democrática), surge el partido Fuerza Vecinal, quien pudiera estar jugándosela al impulsar a escala regional al alcalde reelecto de Lechería, Manuel Ferreira.
Dentro de la neo-oposición, la referencia inmediata sería la del excandidato a gobernador José Brito, quien, al quedar en la segunda plaza, logró pulverizar la tesis de la imbatibilidad de la MUD en la entidad.
Además, la campaña de Brito lo dejó posicionado en el estado.
Sin embargo, no podemos olvidarnos del actual alcalde de El Tigre, Ernesto Paraqueima, quien está trabajando – bajo su polémico estilo – a ser un candidateable a la Gobernación de Anzoátegui.
Frente a esta fragmentación política, cualquiera en la vieja o nueva oposición pudiera estar pescando en río revuelto. Nada es descartable.
¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!
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