José Dionisio Solórzano
Cogito ergo sum-. Los venezolanos tenemos mucho que rescatar y que
defender. Estos últimos 20 años de polémica política han permitido que otras
naciones se vayan apoderando de símbolos de la venezolanidad, y nosotros, los
venezolanos, no hemos hecho nada por proteger esos íconos que son únicamente de
Venezuela, y que nos representan como nación.
Empecemos por lo más sencillo. En
Colombia se han apoderado, por la vía de los hechos, de una palabra
venezolanísimos como es “chévere”. Chévere es una expresión muy venezolana, que
nació en el vocabulario de acá, y que el tráfico entre Venezuela y Colombia la
llevó hacia la tierra de los paisas, no obstante, el problema es que ahora se
quieren apropiar de ella.
Los colombianos también se han
querido apoderar de forma frenética del origen de la “arepa”, según ellos, este
ingrediente hecho a base de harina de maíz surgió en sus tierras. Sin embargo,
gracias a las investigaciones históricas y arqueológicas, podemos aseverar que el
real origen de la arepa es venezolano, puntualmente en la región aborigen de
Caigua, en el estado Anzoátegui.
La arepa o “erepa”, como le
decían los indígenas de la etnia caribe, es completamente nacional, y además la
arepa venezolana, discúlpenme por mi sinceridad, es mucho mejor que su par
colombiana.
Y todo esto sin dejar de
mencionar que los colombianos quieren tomarse como propia la música llanera,
cuando es bien sabido que ésta es de los llanos venezolanos y que, a pesar que
se escucha en los llanos colombianos, los máximos expositores del arpa, cuatro
y maracas, han sido de este lado de la frontera.
Ahora bien, no sólo se trata del origen
de una palabra, de un plato de comida o un ritmo musical, sino que va mucho más
allá, los venezolanos tenemos que luchar por el rescate de gran parte de
nuestro territorio nacional que está siendo invadido, expoliado y saqueado por
los guyaneses.
Sí, les hablo del Esequibo. Las autoridades
venezolanas, y la sociedad nacional, deben afrontar el reto sagrado de
recuperar este territorio que es parte de Venezuela y no sólo revivir el
reclamo sino concretar acciones que reestablezcan nuestros derechos nacionales.
Venezuela, además de todo esto,
debe luchar para recobrar su posición en la geopolítica Latinoamericana y
mundial. En otros tiempos el país fue factor dentro del debate internacional,
la opinión venezolana era tomada en cuenta y de un valor incuestionable, y no
como producto de una política internacional basada en la petrochequera, sino en
acciones y poder moral de grandioso impacto en países de todo el hemisferio y
de todos los continentes.
El país debe rescatar su
industria, sobre todo en cuatro sectores fundamentales como son: El Turismo, el
cafetalero, el cacaotero y el roncero. Sí, Venezuela posee las condiciones
naturales necesarias para ser un destino predilecto de muchos turistas en el
mundo; además dela calidad del café, el
cacao y del ron venezolano.
Podemos competir con los
colombianos en el rubro cafetalero, podemos reafirmarnos con el mejor cacao y
el mejor chocolate del mundo, y aprovechar que el ron nacional es
exquisitamente insuperable.
Sí, es mucho lo que tenemos que
hacer y mucho lo que tenemos que rescatar… A trabajar por ello.
¡Para mí, el guarapo dulce, el
café amargo y el chocolate espeso!
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