martes, 14 de mayo de 2019

Liderazgos venezolanos


Cogito ergo sum (@jdsolorzano)-. Sé que muchos detestan ver hacia el pasado y mirar lo que fuimos en el ayer. Algunos lo odian porque desprecian lo que fuimos como venezolanos, y otros lo hacen porque simplemente no soportan la melancolía.

Lo cierto, es que en el pasado con sus errores y acierto, la política venezolana era conducida por políticos con noción de país, con pensamiento claro y con consciencia firme.

Don Rómulo Betancourt: Se caracterizó por ser un dirigente político vetusto, con una inteligencia y astucia innata, curtido en la lucha de mil plazas públicas, con una concepción precisa de la sociología del venezolano, y con un espíritu de trabajo incansable.

Rafael Caldera: Era culto, con autoridad intelectual, con uno de los mejores olfatos políticos del país, padre de la alternabilidad democrática y líder de la democracia cristiana venezolana, un capitán de la ética pública y de la moral cívica.

Jóvito Villalba: El verbo hecho hombre; el mayor orador de su tiempo. Un bregador público que nunca se amilanó y que siempre estuvo de pie dando lo mejor de sí.

Beltrán Pietro Figueroa: Un dirigente de pueblo que entendía al pueblo, un actor político inteligente y constante, fiel a sus criterios y de su visión del mundo.

Arturo Uslar Pietri: Un intelectual en la mayor expresión de la palabra, un hombre de letras que entendió su responsabilidad social y nacional, que elevó un pregón permanente para el crecimiento integral del pueblo venezolano.

Hombres como ellos no hemos tenido después de sus respectivas desapariciones físicas. Cada cual con sus tropiezos, con sus angustias, con la cruz de ser seres humanos, dejaron una huella imborrable en el alma de los venezolanos y en los anales de la historia nacional.

Actualmente, disculpen aquellos que se sientan aludidos, carecemos de liderazgos macerados intelectual y políticamente como aquellos prohombres que constituyeron la clase política de la democracia venezolana en sus inicios.

E, igualmente ocurre con otro aspecto de la vida pública venezolana.

Marcos Pérez Jiménez: Dirigió los destinos del país en una época de oro para la nación, más allá de los debates políticos del sistema imperante en la década del 50; el General fue representación de ese nacionalismo positivista que dejó éxitos incuestionables para el desarrollo nacional.

Wolfang Larrazábal: Pilar militar para el nacimiento de la era cívica y democrática del país, bajo su intervención, cesó el régimen anterior y Venezuela se abrió paso hacia una era de civilidad, donde él despojándose de su uniforme se incorporó y actuó como un venezolano más.

Y si nos vamos un poco más allá, la imagen de Eleazar López Contreras, tiene una significación cada vez más importante para Venezuela, él fue el tránsito del Gomecismo a un proceso crecimiento, sostenido y permanente de democratización, sin renunciar a sus postulados y de su firmeza de convicción.

Ojalá Venezuela vuelva a tener un liderazgo civil y militar como los que adornó a la venezolanidad en los años 30,40, 50, 60 y 70 del siglo pasado.




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