Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Anunciaron
otra reconversión monetaria, con ella el Ejecutivo nacional desea volver a
crear el espejismo del 2007, cuando se ufanaba de haber logrado un “bolívares
fuerte”.
Lo cierto es que el “bolívar
fuerte” resultó débil y desnutrido. Más allá de la impresión inicial de dejar
de hablar en millones para retornar a miles, el poder adquisitivo real de los
venezolanos se vino a pique.
Años tras año, la
inflación y la devaluación pulverizaban el valor real de la moneda venezolana, la
misma que en otros tiempos nos daba pie a decir: “está barato dame dos”.
Los venezolanos paulatinamente
fueron quedando sin capacidad de compra; día con día los venezolanos se
hundieron en una triste situación económica, mientras en la alta cumbre del
poder político continuaban vanagloriándose de “los logros de la revolución”.
Ahora, sin importarle el
fracaso de la primera reconversión, sin percatarse que el país no es el mismo
de hace 11 años atrás. Sin sopesar que ellos mismos liquidaban definitivamente
al moribundo “bolívar fuerte” de Hugo Chávez, le dieron vida al nuevo “bolívar
soberano”.
Nicolás Maduro no quiere
rectificar y sigue cometiendo la misma cadena de errores que llevaron a
Venezuela a un foso sin salida aparente. Si único interés es perpetuarse en el
uso y abuso del poder, junto a una camarilla que ha engordado en el mismo ritmo
que millones de ciudadanos se han enflaquecido.
Más allá de reconversión
monetaria, que no solventará ninguno de los problemas económicos y financieros
que atraviesa la nación, el país lo que necesita es una reconversión política.
Mientras Venezuela
padezca como guía de sus acciones la doctrina del socialismo del siglo XXI la
situación se irá acrecentando en unas dimensiones catastróficas. La única
salida es echar atrás este modelo y edificar desde el principio una nueva
Venezuela.
En vez de eliminar tres
ceros, lo que tenemos que eliminar es el socialismo como filosofía de acción de
quienes dirigen los destinos de la nación. Tenemos que enterrar el estatismo y
el populismo exacerbado como medio de acción gubernamental.
La reconversión política
que necesita Venezuela es dejar a un lado el socialismo y regresar a la vida
democrática y justa que una vez perdimos. Debemos retornar a aquella Venezuela
donde ibas a una bodega y encontrabas de todo, donde los carritos de
supermercados iban y venían por los pasillos de las tiendas de comestibles
repletos de toda clase de productos.
Reconvertir a la
república en aquella tierra próspera. En aquella época cuando desde el más
pobre hasta el más acaudalado se paseaban de playas a ríos, de parrilladas a
sancochos, donde todos los asuetos se disfrutaban con alegría evidente.
Debemos regresar a ese
país donde todos comían mínimo tres veces al día, sin sumar los tentempié o las
meriendas de media tarde. Debemos reconvertir nuestra realidad y volver a ser
aquel país que algún día fuimos.
Y, esa reconversión
política se logrará con la actividad de cada uno de los ciudadanos. Solos y con
los brazos cruzados no lograremos nada, unidos y luchando seremos dueños de
nuestro propio destino. Es hora.
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