martes, 27 de marzo de 2018

Reconversión política


Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Anunciaron otra reconversión monetaria, con ella el Ejecutivo nacional desea volver a crear el espejismo del 2007, cuando se ufanaba de haber logrado un “bolívares fuerte”.

Lo cierto es que el “bolívar fuerte” resultó débil y desnutrido. Más allá de la impresión inicial de dejar de hablar en millones para retornar a miles, el poder adquisitivo real de los venezolanos se vino a pique.

Años tras año, la inflación y la devaluación pulverizaban el valor real de la moneda venezolana, la misma que en otros tiempos nos daba pie a decir: “está barato dame dos”.

Los venezolanos paulatinamente fueron quedando sin capacidad de compra; día con día los venezolanos se hundieron en una triste situación económica, mientras en la alta cumbre del poder político continuaban vanagloriándose de “los logros de la revolución”.

Ahora, sin importarle el fracaso de la primera reconversión, sin percatarse que el país no es el mismo de hace 11 años atrás. Sin sopesar que ellos mismos liquidaban definitivamente al moribundo “bolívar fuerte” de Hugo Chávez, le dieron vida al nuevo “bolívar soberano”.

Nicolás Maduro no quiere rectificar y sigue cometiendo la misma cadena de errores que llevaron a Venezuela a un foso sin salida aparente. Si único interés es perpetuarse en el uso y abuso del poder, junto a una camarilla que ha engordado en el mismo ritmo que millones de ciudadanos se han enflaquecido.

Más allá de reconversión monetaria, que no solventará ninguno de los problemas económicos y financieros que atraviesa la nación, el país lo que necesita es una reconversión política.

Mientras Venezuela padezca como guía de sus acciones la doctrina del socialismo del siglo XXI la situación se irá acrecentando en unas dimensiones catastróficas. La única salida es echar atrás este modelo y edificar desde el principio una nueva Venezuela.

En vez de eliminar tres ceros, lo que tenemos que eliminar es el socialismo como filosofía de acción de quienes dirigen los destinos de la nación. Tenemos que enterrar el estatismo y el populismo exacerbado como medio de acción gubernamental.

La reconversión política que necesita Venezuela es dejar a un lado el socialismo y regresar a la vida democrática y justa que una vez perdimos. Debemos retornar a aquella Venezuela donde ibas a una bodega y encontrabas de todo, donde los carritos de supermercados iban y venían por los pasillos de las tiendas de comestibles repletos de toda clase de productos.

Reconvertir a la república en aquella tierra próspera. En aquella época cuando desde el más pobre hasta el más acaudalado se paseaban de playas a ríos, de parrilladas a sancochos, donde todos los asuetos se disfrutaban con alegría evidente.  

Debemos regresar a ese país donde todos comían mínimo tres veces al día, sin sumar los tentempié o las meriendas de media tarde. Debemos reconvertir nuestra realidad y volver a ser aquel país que algún día fuimos.

Y, esa reconversión política se logrará con la actividad de cada uno de los ciudadanos. Solos y con los brazos cruzados no lograremos nada, unidos y luchando seremos dueños de nuestro propio destino. Es hora.



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