miércoles, 3 de enero de 2018

Poliarquía o Sofocracia

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  ¿Cuál es el sistema político que en verdad rige a Venezuela? ¿Cuál es el método que han utilizado en estos largos 18 años para gobernarnos?

La llamada revolución accedió al poder a través de los mecanismos que le otorgaba un modelo de democracia representativa que fue ejemplo para América Latina; después de encumbrados ellos iniciaron la destrucción de la nación y de las libertades que existían en aquel entonces.

Aunque no podemos hablar de la perfección de la democracia instaurada a partir del 23 de enero, tampoco podemos afirmar que este período de 40 años fue un cúmulo de calamidades, porque no lo fue, y al cristal del tiempo la era civil venezolana supera con creces a la actual situación nacional.

No obstante, el meollo es la definición actual del sistema que desgobierna a Venezuela. Mientras estuvo vivo Hugo Chávez el país fue el escenario de un autoritarismo enmascarado en una democracia tumultuaria.

En los primeros años de la "revolución" Venezuela vivió una especie de gobierno de Neo-oligarquía. El entorno, prácticamente monárquico, de Hugo Chávez tejió a una aristocracia económica y política que devino en una oligarquía roja e inmoral.

Al llegar el fin para la existencia del sostén de aquella oligarquía política-petrolera, el tablero de ajedrez político se movió, esto dio origen a una reformulación del modelo que controlaba el país.

Con el ascenso de Nicolás Maduro se instauró una kakistocracia, es decir, el "Gobierno de los peores". El actual mandatario nacional fue lentamente construyendo un círculo gubernamental que apartaba a la antigua oligarquía chavista.

Los Héctor Navarro, Jorge Giordani, Vanessa Davis, Maripili Hernández, Ana Elisa Osorio, María Cristina Iglesias, fueron reemplazados por Delcy Rodríguez y su hermano Jorge Rodríguez.

A su vez, la carencia de un liderazgo fuerte en el seno de la conducción nacional originó la formación de una oclocracia como sistema. Este gobierno de la masa, mutación de la democracia a una orgía desenfrenada de la plebe, fue producto de la deshumanización  desde la dirección del Estado.

Pero, la oclocracia fenece al día de hoy. La masa se rebela en contra del Estado, lo que ocurre debido a la tragedia de la inflación y escasez resumida en el hambre popular, esto ha dado pie a un último modelo de opresión política: La Poliarquía.

La poliarquía se entiende como el gobierno compartido. Esto indica que el poder no yace en el pueblo, ni tampoco es controlado por un solo hombre como solía pasar en los días de Chávez.

Ahora el poder de divide en escenarios y sectores que lo comparte y se delimitan funciones. Por un lado está el poder nominal encarnado por Maduro, luego el poder militar representado por Vladimir Padrino López, luego el poder político-económico representado por Diosdado Cabello, y hasta hace poco estaba PDVSA como centro de poder dirigido por el ya caído en desgracia: Rafael Ramírez.

En síntesis, en Venezuela se padece una poliarquía que se encuentra en plena explosión y enfrentamiento interno. Las tendencias, los espacios de poder, las intrigas están haciendo mella, justo cuando la "plebe", creada por la revolución, vuelve a ser pueblo consciente y actor político en oposición al modelo implementado hace casi dos décadas.

Ante esta terrible realidad, los venezolanos tenemos la obligación ética y moral de rescatar los principios de un modelo que mejore la vida del ciudadano, que como decía Simón Bolívar "sume el mayor nivel de felicidad posible".

Venezuela necesita un modelo, como diría Platón en su obra La República, como la sofocracia, donde los más sabios y duchos en diferentes áreas conduzcan los destinos de un barco que desde hace mucho tiempo va a la deriva.


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