Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. En la vida
siempre encontraremos todo tipo de retos. Los obstáculos son, en cierto modo,
los impulsores de la vida.
Si todo es fácil,
perdemos el gusto por los sueños, por las ilusiones y los desafíos. La vida
sencilla facilita la perdición de todo aquel que la disfruta a plenitud.
En cambio, los retos nos
dan madurez, carácter y visión para enfrentar muchos episodios en nuestras
vidas. La carencia de éstos, nos empujaría a la inacción y a la destrucción a
través de la holgazanería.
Uno de los oficios que
más retos contempla es la política. Tomar la decisión de transitar por los
caminos del servicio público trae consigo la responsabilidad y el deber de
asumir posiciones e iniciativas que serán aplaudidas por unos y criticados por
otros.
Una vez el Dr. Rafael
Caldera dijo: “si el dirigente sólo se deja llevar por lo que la gente quiere
que haga, deja de ser un dirigente para convertirse en un dirigido”.
En ocasiones el político,
con visión y criterio, además de olfato político, toma decisiones que pueden
estar reñidas, en un inicio, con la percepción de la mayoría del pueblo.
Cuando Adolfo Hitler
ascendía al poder, un político inglés Winston Churchill alertaba sobre los
riesgos que aquél significaba para toda Europa, y empezó a hablar sobre la posibilidad
de una nueva guerra.
La opinión del Imperio
Británico, tanto de políticos como de ciudadanos, es que no querían repetir la tragedia de la Gran Guerra, que se libró
entre 1914 y 1918, al final todos se equivocaron y Churchill, aquella voz en el desierto, fue premiado con
la razón histórica y con el liderazgo británico en los tiempos de la Segunda
Guerra Mundial.
Simón Bolívar, nuestro
Libertador, fue forzado por la realidad política de su tiempo y por los embates
bélicos a decretar la “Guerra a Muerte”. Y, fue criticado, acusado de
sanguinario. Hoy los libros de historia lo recuerdan positivamente, y aquella
decisión quedó plenamente justificada.
Hoy los venezolanos
necesitamos liderazgos que asuman los retos, que no se queden con las manos
cruzadas. El país necesita de hombres y mujeres que den un paso al frente y se
comprometan con el futuro de su pueblo.
A veces lo que parece
una equivocación hoy, resulta ser la mejor posición mañana. En este momento, vemos
como los gobernadores acudieron a la Asamblea Nacional Constituyente, aún sin
reconocerla y denunciando su carácter ilegítimo, para luchar por un bien mayor y superior.
Con visión política, los
gobernadores asumen el reto y lo afrontan concibiendo como prioridad el
bienestar para sus respectivos pueblos.
Cuando Venezuela vivía
los tiempos del Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, la oposición de aquellos días
encaró los retos que se le presentaban y conociendo los riesgos participó en la
contienda electoral de 1952 y posteriormente en el plebiscito de 1957.
¿Será que alguien puede llamar traidor a Jóvito Villalba?
Obviamente que no. El gran orador de URD asumió el desafío y lo cumplió hasta
el final.
No perdamos el foco. El
rival que tenemos al frente es rojo y se hace llamar socialismos del siglo XXI.
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