Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. ¿Quiénes son aquellos que pasan agachados ante los
compromisos? Son los mismos que eluden sus responsabilidades o se escudan en
argumentaciones vacías y entretejidas por falsas expectativas.
Pasan agachados aquellos
que le temen a lo que juzgan superior a ellos, luego que se han empequeñecidos
por sus silencios, apatía y desinterés.
Rehúyen a su deber los
mismos que se autodenominan valientes porque confunde el coraje con la
violencia, pero cuando les toca un escenario sensato y civilizado huyen
despavoridos con la velocidad de los asustadizos.
Pasan agachados quienes
tienen intereses ocultos o mezquinos. Los intolerantes que siempre quieren
tener la razón sobre todo y todas las cosas.
Los malcriados que botan
tierrita y no juegan más. Aquellos que no miran más allá de sus propias
narices.
Quienes suelen pasar
agachados se esconden en excusas y en afirmaciones desafortunadas, y son los
mismos que luego no dan explicaciones ante los desaciertos y reveses que
producen.
Según la hora que vive
Venezuela, no es el momento de que nadie pase agachado. Es el momento de sacar
el pecho y demostrar de qué tamaño es nuestro compromiso con Venezuela y el
resto de los venezolanos.
Descartemos las
mediciones o cálculos personales o grupales, dejemos las cuentas de tiempos y
circunstancias a un lado y enfoquémoslo en lo que realmente importa: Venezuela.
En cada evento o reto
que los demócratas tengamos por delante debemos hacerle frente. Debemos que dar
un paso al frente y decir “a la carga”.
Aquellos que nos quieren
mantener amordazados, enflaquecidos y corroídos por la opresión y represión, gozan
un mundo cada vez que pasamos agachados o miramos para otro lado.
Ellos disfrutan cuando
nos abstenemos de hacer lo que debemos hacer, cuando nos inmovilizamos o nos
quedamos con los brazos cruzados. Ellos viven a plenitud con nuestra parálisis
o apatía.
Y cada vez que pasamos
agachados frente a un compromiso, en medio de la coyuntura nacional, entonces
le hacemos un favor a los mismos que llevan 18 años destruyendo a Venezuela y
chupándose la savia nacional con sus fauces devoradoras de esperanzas e ilusiones.
Pasar agachados no ha
sido, ni lo será una opción real para los que amamos la libertad.
¿Cómo ser indolentes
frente al deterioro de nuestros estados? ¿Cómo no reaccionar frente a las
neveras vacías y estómagos pegados al espinazo?
¿Cómo hacer silencio
frente a la grave crisis que padecemos los venezolanos? ¿Cómo medir beneficios
personales cuando lo que está en juego es el porvenir de toda la república?
Pasar agachado es la
actitud de los indolentes, pero sé que la inmensa mayoría de los venezolanos no
pasarán agachados. Con pundonor, con gallardía y sobre todo con fe, el pueblo saldrá
a participación en la jornada que tenemos encima.
Los venezolanos tomarán
una doble decisión positiva. Si participación y lo harán en favor de un cambio
para mejor para cada uno de los estados que conforman la nación.
¡Aquí nadie pasa
agachado, aquí actuamos y lo hacemos contundentemente!
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