Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. El país
vive uno de sus momentos más aciagos, estamos al frente de una lucha por el
futuro de Venezuela y el fragor del choque de posiciones es cada vez más agudo
y fuerte.
Mas, esto no evita que
los movimientos en el tablero de la política se mueva. Y las mujeres van
llenando espacios y haciéndose sentir con vigor.
Luego de la marcha de
las mujeres del pasado 6 de mayo, éstas se han enfrascado en ganarse su puesto
entre la vorágine de aspiraciones y unas han sobresalido más que otras.
Es notorio como la
diputada suplente de Primero Justicia, Tatiana Montiel, se ha transformado en
un robot simpático, y ahora cual candidata saluda, abraza y besa a todo aquel
que se le tope en su camino. ¿De cuándo acá?
Y es que, Montiel parece
buscar la bendición de Gustavo Marcano en su afán de ser la heredera del “legado
de Gustavo” en la alcaldía de Lechería. Tal vez, esta sea la razón por la cual
la actual diputada se posicionó como aspirante suplente en el proceso
legislativo pasado y la razón fundamental por la cual la vemos más mediática
que nunca.
No obstante, ella no es
la única con aspiraciones tanto dentro o fuera de su partido. Hay otras
justicieras que quieren sobreponerse a las dificultades y aspirar a subir los
peldaños electorales necesarios.
Dentro de Voluntad
Popular, pero en Puerto La Cruz, es plausible la tarea que viene llevando
adelante Astrid Silvestri, quien busca posicionar su liderazgo para optar por
el puesto que hoy ostenta, de derecho
mas no de hecho, el pelotero Magglio Ordoñez.
Silvestri, se viene
ganando un espacio junto con otras féminas del municipio porteño como la
concejal Beatriz Pérez Blanco, de Primero Justicia, y la dirigente de
Independientes por el Progreso o Gente, Extriz Monrroy.
Las cartas empiezan a
echarse en una mesa pre-electoral, y van apareciendo las reinas de corazones, trébol,
pica y diamante disputándose sus espacios, unos más merecidos que otros.
Y, es valedero resaltar
que el rol que la mujer venezolana ha jugado en esta batalla por la democratización
del país ha sido fundamental. Ellas, son piezas fundamentales en esta lucha por
la Venezuela que merecemos y que tenemos que rescatar de las manos del régimen.
Mención me merecen
mujeres batalladoras como: María Alejandra Malaver, Belkis Sánchez, Alison
Estanga, Yeris Aguilera, la negra Francisca Rojas de Clarines, la diputada
Gladys Guaipo, María Antonia Nuñez de El Tigrito, guerreras juveniles como
Wandy Guaicara, Garúa Díaz, Gabriela y Maye Ruiz, entre miles más que por
razones de espacio no puede nombrar a todas.
Las venezolanas han
decidido sumarse a esta lucha, y lo han hecho desde el principio, movidas por
su amor de madres, hijas y esposas. Ellas padecen los sinsabores de la escasez
de alimentos, medicamentos, ellas sufren la pérdida de cada joven venezolano a
manos de la represión o el hampa.
Debido a esto, han dado
un paso al frente y se encuentran colmando las calles de Venezuela exigiendo un
cambio para bien, un cambio para mejor. Y, también optando a posiciones de
importancia política.
¡Honor a la valiente
mujer venezolana!
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