Rincón del Gurú-. “Empujen las puertas del Elíseo”, estás
fueron las palabras de Marine Le Pen en medio de uno de los mítines de campaña
en el marca de la campaña electoral francesa que ya está arribando a su final.
El próximo 23 de abril los
franceses acudieran a los centros de votación para decidir quién será quien dirija a la
nación gala por los nuevos derroteros que le tocará marchas.
Desde hace unos meses vengo
afirmando que la favorita es la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen,
la líder del partido Frente Nacional.
Y así como en el pasado auguramos el triunfo de Donald Trump, tal y
como sucedió, y así como afirmamos que Guillermo Lasso en Ecuador iba a vencer
en una contienda cerrada, tal y como ocurrió así el Consejo Nacional Electoral
de ese país diga lo contrario, en esta oportunidad decimos con base que Le Pen
vencerá en la primera vuelta electoral.
Nuestra seguridad no obedece a
ninguna irracionalidad metafísica o paranormal, por el contrario responde a las
claras líneas de acción y de decisión de la lógica social.
Marine Le Pen conceptualizó desde
un principio quien era su “elector objetivo”, fabricó a un “enemigo tangible”,
se erigió hasta cierto punto como la “vedette política”, toda la agenda
política estuvo centrada en ella, o en los espantosos casos de corrupción que
salpicaron a todos los aspirantes al poder en Francia.
La representante del FN fue
beneficiada por el efecto Trump en los Estados Unidos de América y por las
acciones de los extremistas islámicos que cada vez que atentan contra Francia o
Europa hacen que el discurso xenófobo de Le Pen gane más seguidores.
Como ya observamos en otras
latitudes las encuestas no favorecen a
quienes son “redentores de la reacción conservadora”; los estudios de opinión
que aseveraron que el Brexit no pasaría, los mismos que auguraron un triunfo
cómodo de Hilary Clinton, las mismas que daban 20 puntos de ventaja a Lenín
Moreno sobre Lasso en Ecuador y que decía que el “Sí” se iba a imponer al “No”
en el plebiscito colombiano, son las mismas que cuantifican y grafican el
supuestos descenso de Le Pen en las m ediciones de opinión. ¿Podemos confiar en
estos números?
Marine Le Pen es la primera
opción de un pueblo francés provinciano que padece por la ola de inmigrantes,
por un pueblo que anhela regresar a sus raíces, por un ciudadano que aborrece
la Unión Europea porque ésta trajo desempleo, competencia desleal y cambios en
la correlación y modus vivendi entre los galos.
No obstante, el temor de una
derecha extrema gobernando Francia hace que muchos se aglutinen en otras
opciones.
La candidatura conservadora de François
Fillon, quien había nacido con mucho empuje, se fue frenando ante los vientos
en contra de las denuncias de corrupción. Y éste era el único con más
probabilidades de arrebatarle el triunfo a Le Pen.
Emmanuel Macron, el benjamín de
los aspirantes, es un centrista que gana espacio en un agotamiento de los
modelos tradicionales y de los políticos de saco y corbata, pero que aún le
falta mucho por consolidar en su campaña.
En la acera contraria de Le Pen,
en el otro extremo ideológico, se encuentra el ultra-izquierdista Jean-Luc
Mélenchon, un populista que levanta las banderas de los radicalismos
socialistas.
Mientras el candidato
oficialista, Benoît Hamon, se encuentra en el subsuelo de la popularidad debido
al rechazo al gobierno socialista de François Hollande.
Por separado todos perderán
frente a Le Pen, y el triunfo final de ella dependerá de quien pase a segunda
vuelta a su lado: ¿Fillon, Macro o Mélenchon?
Una batalla entre Le Pen y Mélenchon,
extrema derecha y extrema izquierda, en el repechaje colmaría de pánico a todo
el Viejo Continente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario