Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. ¿Qué es una
fobia? Etimológicamente es un término de origen griego y su uso está vinculada
al “miedo”. Desde la óptima psicológica es un trastorno emocional caracterizado
por un temor intenso y desmesurado hacia objetos, seres vivos o situaciones
diversas.
¿Qué es demo? Igual a
fobia, “demo” posee un origen griego y básicamente se refiere a “pueblo” aunque
algunos expertos aseveran, siguiendo las enseñanzas del historiador Plutarco,
que el término “demos” parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de
las palabras demiurgos (artesanos) y geomoros (campesinos).
Entonces, ¿qué es la
demofobia? Es un atrevimiento de mi parte, esta construcción alude a una
simbiosis de ambos vocablos para crear una voz que especifique el “miedo al pueblo” o el pánico irracional a la democracia.
La demofobia es una
realidad en muchas partes del mundo. Las personalidades autoritarias que
alcanzan el poder van construyendo los escenarios necesarios para minimizar la
participación y el predominio del poder popular en el ejercicio de la
democracia.
Actualmente en Venezuela
quienes ejercen el poder político sufren de un enraizado temor a contarse en
elecciones.
Y no es para menos. Si
recordamos que las fobias se crean debido a traumas en la niñez, podemos
determinar que en la infancia política de este régimen, encabezado por Nicolás
Maduro, sufrió traumas electorales iniciales.
Una elección
presidencial de dudosos resultados, la pérdida constante y firme de apoyos en
las encuestas durante aquel duelo Maduro vs. Capriles, y los ya mencionados
resultados dejaron huella imborrable en la psiquis del régimen.
Si le sumamos a esto lo
ocurrido en las elecciones parlamentaria del 2015 cuando el oficialismo sufrió
una paliza electoral increíble, se puede justificar y comprender la “demofobia”
surgida en la cúpula dirigente del oficialismo.
Ahora vemos como en
Miraflores le temen a las elecciones.
Hicieron lo posible e
imposible para impedir la materialización de un Referendo Revocatorio el año
pasado, su posición en la llamada Mesa de Diálogo solo se basa en crear las
condiciones para que Maduro pueda llegar al 2019 y allí, como último resquicio,
medirse electoralmente,
Su temor llega a tal
nivel que el oficialismo está en franca política esquiva para dejar pasar por
debajo de la mesa las elecciones regionales que debieron realizarse a finales
del 2016.
La “demofobia” se
incrementará en la medida que Maduro y sus compañeros en la aniquilación del
país sean conscientes de los niveles de rechazo popular que poseen y del
periclitar de prebendas e intereses.
Llamar a elecciones para
ellos es un suicidio político, están claros que cualquier medición será rotunda
y lapidariamente adversa para sus objetivos y deseos.
La revolución dejó de
ser protagónica y participativa para convertiste en un modelo represivo que
sólo es movido por el miedo, la
desesperación y la fobia hacia el pueblo.
Y ese temor irracional a
la ciudadanía y a las elecciones pareciera no tener cura; ellos son presas y
reos en sí mismos de sus propias mezquindades e intrigas palaciegas.
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