martes, 29 de noviembre de 2016

Chávez, Fidel y Miquilena

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. Recientemente dejó este mundo el dictador más longevo de la historia, Fidel Castro Ruz, y unos días antes también falleció Luis Miquilena, hombre fuerte en el alba de lo que se llamó el “chavismo”.

Ambos personajes marcaron, con sus consejos, con su intercepción, y con su visión del mundo los sucesos que han acaecidos en Venezuela en las últimas dos décadas.

Luis Miquilena un experimentado dirigente de la izquierda venezolana, fue el mentor político de Hugo Chávez, el hombre que supuestamente tomó de la mano al inexperto ex comandante golpista en sus iniciales pininos y lo condujo a la senda democrática.  

Fidel Castro por su parte fue considerado el “padre” ideológico de quien fuese presidente de Venezuela. Tanto el dictador caribeño como el avezado activista venezolano  marcaron, en etapas diferentes, su influencia sobre  el exmandatario nacional.

¿Entonces? ¿Qué significaron éstos dos actores políticos para Venezuela? Primero, Luis Miquilena es “padre” del Hugo Chávez democrático, o por lo menos de aquel que simuló serlo, es el creador de ese movimiento político que se llamó Movimiento Quinta República y gestor fundamental de la visión demócrata de lo que llamaban en aquellos días “el proceso”.

Castro, por su parte, terminó desplazando al venezolano y cultivando en la mente de su “aprendiz” su pensamiento de socialismo, anti-imperialismo, y todas aquellas ideas que venían feneciendo desde la caída del Muro de Berlín.

Chávez, en su vocación totalitaria, se desprendió de su “primer padre” y se echó a los brazos de su segundo mentor, aquel que lo llevó hacia el camino de la destrucción política y económica de Venezuela.
Si tuviéramos que achacarle culpas a alguien de lo sucedido en Venezuela en los últimos años, sin duda que los dedos de la historia señalarían a Miquilena y a Castro, y es de sopesar que el primero, por lo menos, hizo una rectificación posterior y se arrepintió, si cabe la expresión, de sus pecados iniciales; en cambio el cubano murió sin lamentarse de los daños que ocasionó dentro y fuera de Cuba.

Al señor Chávez no lo exculpa el hecho de dejarse manipular por los mencionados, ni por aquellas ideas que también fueron desechadas en parte por él en un principio, las de la providencial mente de Norberto Ceresole.

La historia no excluirá a ninguno de estos pensadores de su corresponsabilidad de la formación de esa catástrofe nacional que significó la gestión política y económica de Chávez, empeorada en los últimos tiempos por la administración de Nicolás Maduro.

Lo cierto es que tanto el uno como el otro dejaron parte de su pensamiento en la historia de Venezuela, los dos le dejaron a la nación un duro aprendizaje de vida.

Hoy cuando el venezolano no encuentra que comer, hoy cuando el venezolano se ahoga en un océano de calamidades, miramos hacia atrás y nos preguntamos la razón de tanto dolor social y humano que estamos padeciendo.

Revisamos los nombres, sus rasgos, sus características y sus deseos y empezamos a encontrar respuestas.

Luis Miquilena alimentó las ansias de poder de Chávez movido por su revanchismo histórico contra los rivales eternos, a los cuales siempre combatió: AD y Copei; mientras que Fidel Castro sólo lo motivó su egoísmo, su afán de sostenerse en el poder, su consciencia parasitaria que primero lo llevó a vivir de la extinta Unión Soviética y después del petróleo venezolano.


¡Paz a sus almas!

martes, 8 de noviembre de 2016

Inseguridad al 100%

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. En ocasiones nos sumergimos en los problemas políticos que tanto agobian el panorama nacional, en otras caemos en la repetitiva necesidad de expresar nuestras frustraciones ante la catástrofe alimentaria e inflacionaria que sufrimos en el país, pero a la medida que todo lo anterior empeora se afianza en la sociedad venezolana la crisis de la inseguridad.

La inseguridad no es un problema exclusivo de los sectores populares o medios de la sociedad, no es asunto que compete a las zonas urbanas o rurales, por el contrario la carencia de seguridad perjudica a todos por igual.

E inclusive podemos afirmar que si algo es socialista en la Venezuela de hoy es la inseguridad y el hambre, debido a que nos afecta a todos por igual.

Los venezolanos vivimos con miedo, encerrados en nuestros hogares, auto-secuestrados por el temor de ser víctimas de un secuestro real.

La crisis de seguridad es global. Quienes habitan en los sectores populares son testigos de los tiroteos frecuentes, de las emboscadas de los delincuentes, de las acciones y desenfrenos de un hampa que no tiene reparo en absolutamente en nada.

En los centros medios de nuestra sociedad la delincuencia campea sin ningún tipo de impedimento; las noches son propiedad de aquellos que se dedican a aterrorizar a los demás y a despojarlos  de sus pertenencias, siendo la más importante de todas: La Vida.

En la Venezuela revolucionaria la vida no es nada; en el país de hoy en día, la existencia se rifa en la mente de un delincuente cuando éste decide si aprieta el gatillo o no.

Y en las áreas rurales la crisis es aún peor. Secuestros, abigeato, robo de cosechas es tan típico en estos idus revolucionario que mencionarlo ya no es noticia.

Los agricultores han dejado de sembrar porque pareciera que en este momento el viejo refrán “cachicamo trabajando para lapa” se aplica a la perfección en la nación.

Nuestros campesinos  labran la tierra, la preparan, siembran y luego vienen el hampón de campo y se lleva toda la cosecha. Igual ocurre con el ganadero que tienen  que dormir entre las vacas y aun así es asaltado y sus reses son asesinadas, descuartizadas y vendidas en el mercado negro de la alimentación.
En los campos como en las ciudades a más de uno han mudado sin su consentimiento. Con camiones y todos los delincuentes llevan con la vida entera de una familia dejándolos absolutamente en la calle.

Esto está pasando en Anzoátegui, ante la mirada silente del gobernador Nelson Moreno, y esto está ocurriendo en todo el país ante la inacción de las autoridades nacionales.

Pero, permítanme circunscribirme a nuestro estado. Aquí observamos como el mandatario regional habla mucho de la inseguridad, de su presunto combate al hampa, no obstante lo que sentimos es que sus palabras sólo se quedan allí o sus acciones son tan ineficientes que los números de anzoatiguenses víctimas del hampa son cada vez mayores.

Lo cierto, es que los ciudadanos estamos atrapados en una realidad apocalíptica. Por un lado el régimen afanosamente se encuentra destruyendo nuestra tranquilidad económica y cercenándonos cada vez más nuestros derechos y por el otro lado ese mismo gobierno se hace de la vista gorda ante la inseguridad que nos agobia al 100%.

Y mi pregunta es ¿quién puede apoyar esto?

¿Quién puede respaldar un Gobierno que nos mata de hambre y si sobrevivimos deja que la delincuencia nos asesine a mansalva? 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

King’s Landing venezolano

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. Si han leído los libros de George R. R. Martín, “Juegos de Tronos”, “Choque de Reyes”, “Tormenta de Espadas”, “Festín de Cuervos”  y “Danza de Dragones”, todos enmarcados en la serie literaria conocida como “Canción de hielo y fuego” o por lo menos siguen la serie de HBO, Games of Thrones, conocerán la historia de “King’s Landing” o el “Desembarco del Rey”.

King’s Landing es la capital de los “Siete Reinos”, una especie de nación semi-federada, muy al estilo de comarcas semi-independientes, que a pesar de ello poseen un “Rey” que mantiene una presunta cohesión de Estado entre todas las regiones de aquella tierra imaginaria.

Pero, lo importante es que la ciudad-capital es escenario de una serie de hechos políticos, entre los que resaltan la traición, los acuerdos, las hazañas heroicas, las intrigas, el intercambio carnal y la negociación como medio político para acceder al poder.

Sí, King’s Landing pudiera ser cualquier capital de república de cualquiera de nuestras naciones americanas, y con esto incluyo las del norte del continente.

Las acciones por conquistar el poder o por estar cerca de él mueven los hilos de unos y de otros. Las venganzas, las revanchas y la sed de conquistar más de lo que ya se posee es una constante en la obra literaria llevada a la pantalla chica.

Personajes como el enigmático Varys, el inescrupuloso Lord  Petyr Baelish, el sádico Ramsay Nieves (más tarde apellidado Bolton), el inteligente y hábil enano de  Tyrion Lannister, la fortaleza de Cersei Lannister, y paremos de contar, forman las ramificaciones de una política que se lleva adelante con fuego, sangre y orgías.

Ahora bien, en Venezuela tenemos una historia que no tiene nada que envidiarle a la inventiva narrada y creada por R.R. Martín.

Caracas es una especie de tropical King’s Landing. En la capital venezolana las intrigas por el poder se van incrementando en la medida que pasa el tiempo.

En Miraflores, las divisiones internas en el poder son cada vez más evidentes. Por un lado, el círculo próximo e íntimo de Nicolás Maduro busca aferrarse al poder, mientras en el seno del mismo oficialismo las masificaciones de las conspiraciones se hacen cada vez menos silenciosas.

Grupos alrededor de Diosdado Cabello, Aristóbulo Istuiz, Elías Jaua y de la hija del difunto presidente Chávez, son parte de las tendencias que pujan por el control de lo que llaman el “socialismo del siglo XXI”.

La guerra interna es a cuchillo, a pesar que después salgan en la foto sonriéndole a la cámara.

Del lado opositor la historia es parecida. Las contradicciones de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que han mostrado ante la opinión pública, obedecen a las visiones dispares que convergen en el seno unitario.

Por un lado Voluntad Popular, partido de Leopoldo López, junto con Vente Venezuela organización encabezada por María Corina Machado y la Alianza Bravo Pueblo (ABP) de Antonio Ledezma, parecieran coincidir en posiciones más radicales, mientras que al otro lado se encuentran Acción Democrática (AD), capitaneada por Henry Ramos Allup, Primero Justicia, con el contubernio Borges-Capriles, el partido Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales y Avanzada Progresista dirigida Henry Falcón.

No obstante, tácticamente hemos presenciado acuerdos entre elementos de lado y lado, dibujando caminos no eternos y a veces indescifrables.

Lo cierto es que a los rojos lo une el deseo de permanecer en el poder, y a los demócratas la querencia de un cambio de conducción del país.

¿Quién ganará? Espero que a la final ganemos todos los venezolanos.