Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Para quienes han leído los libros escritos por la
autora J. K. Rowling o han visto las películas de la saga Harry Potter, saben
la historia de uno de los personajes más emblemáticos y poderosos, desde el
punto de vista literario, creados por ella, es decir, Severus Snape.
Para aquellos que no han
tenido el placer de leer estos estupendos libros, y que demás está decirlo
forjaron a una generación de nuevos lectores, y ni siquiera han visto las
películas, les explicaré rápidamente el ¿quién es Severus Snape?
Es un profesor, primero
de Pociones y más tarde de Defensa contra las Artes Oscuras, de Hogwarts, un
Colegio de Magia y Hechicería, odiado por la inmensa mayoría de sus alumnos, debido
a que posee actitud grotesca y, en muchas ocasiones, hasta mal educada.
Su hermetismo, su
personalidad oscura e inclusive maligna, siempre despertaba sospechas. Severus
fue, en más de una ocasión, señalado de ser “aliado” del malo de la película.
Despreciado en el
universo creado por J. K. Rowling, también lo fue por una muchedumbre de fanáticos y lectores que lo veían con
malos ojos y hasta con odio.
Pero, la escritora tenía
un final espectacular para el personaje.
Cuando la saga llegaba a
su fin se conoce la verdad. El “malo”, al final no era tan malo.
Su vida se explicaba y
justificaba. Su conducta, psicológicamente marcada por su pasado, empezó a
tener sentido y despertar simpatías entre los lectores.
Hasta el “vil” asesinato
del Director Hogwarts, Albus Dumblodore, fue minuciosamente aclarado.
Y sin duda fue aquella expresión
de “siempre” o “always”, un antes y un después. Con esa palabra se esfumaba el
secreto. Todo lo que había hecho había sido porque aún amaba al amor de su
infancia, por cierto la madre del protagonista, y por esta causa siempre lo protegió.
A raíz de ese “siempre”,
el odio de los lectores se convirtió en un frenesí de fanáticos que
enloquecieron con Severus Snape… De repente todos lo adoraron.
Y ustedes se preguntarán
¿qué raro que no estoy hablando de política? Y sí, lo estoy haciendo, tal vez
de forma diferente.
La historia del profesor
de pociones es muy parecida a la vida
política de un dirigente venezolano; se me antoja comparar a Severus Snape con
Henry Ramos Allup.
En reiteradas ocasiones
escuché a muchos, adecos y no adecos, refiriéndose despectivamente de Ramos
Allup.
Inclusive oí decir a dirigentes
acciondemocratistas que: “no regreso al partido mientras ese tipo esté allí”.
Y sólo bastó una frase,
como en el caso de Severus, para que del odio naciera el amor.
Cuando Henry Ramos Allup
dijo: “Diputado, aquí las cosas cambiaron”.
Ese “cambiaron” puede ser
parangonado con el “siempre” literario ya explicado.
Henry Ramos Allup por
arte de magia se convirtió en referencia nacional, en una abrir y cerrar de
ojos, aquellos que los criticaban se transformaron en sus fans.
Y de ser un dirigente que
representaba el pasado político venezolano se trasmutó en un posible candidato
presidencial.
Así de rápido y así de
simple.
Y hasta aquí dejo la
historia de un Severus llamado Henry.
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