Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Luego de la victoria de la opción del NO durante
el plebiscito con relación a los acuerdos de paz discutidos en La Habana entre
el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(Farc), tenemos que observar las coincidencias políticas entre Nicolás Maduro y
Juan Manuel Santos.
Dejando a un lado el
tema de la nacionalidad colombiana del presidente venezolano, aunque no podemos
olvidarla por completo, enfoquémonos en las reacciones de Maduro y Santos
después de las votaciones y el triunfo del “No”, que sin duda es la victoria de
Álvaro Uribe Vélez.
El mandatario
neogranadino previo a los comicios plebiscitarios aseveró que “al ganar el NO”
regresaría la Guerra nuevamente a Colombia, y cito “tengo informaciones que
sería aún más cruenta, porque las Farc están listas para llevar el
enfrentamiento de los campos a las ciudades”.
La táctica de
intimidación al contrario es muy bien practicada por el oficialismo venezolano.
Ustedes podrán recordar cuando Nicolás Maduro dijo “si la derecha gana la
Asamblea Nacional yo me iría con el pueblo para la calle”.
En ambos escenarios no
pasó nada, sólo el olvido de las bravuconadas de ambos mandatarios.
Luego de la derrota del
“Sí”, Juan Manuel Santos monta un show en el Palacio de Nariño (sede del poder
ejecutivo colombiano), dejando entrar sin ningún tipo de restricciones a
una muchachada que fue a respaldar al
mandatario. Visión muy símil a los actos que en régimen venezolano ha realizado
en infinitas ocasiones llevando a sus seguidores a las puertas del Palacio de
Miraflores. En este punto podemos recordar el
famoso “balcón del pueblo”.
Juan Manuel Santos, a
pesar que abre el compás e invita a los sectores que formaban el bloque del
“No”, donde resaltan el expresidente Álvaro Uribe Vélez y la excandidata
presidencial por el Partido Conservador Colombiano, Marta Lucía Ramírez y el ex
presidente colombiano, Andres Pastrana, también da demostraciones de su deseo
de continuar su política “Pro-Farc”.
Santos, en una
estrategia muy parecida al “paquete chileno” que Hugo Chávez y Nicolás Maduro
trataron de venderle a los venezolanos con la Reforma Constitucional del 2007,
engañó o por lo menos intentó hacerlo a la población colombiana con un acuerdo
de paz que pocos leyeron, pero que sus escasos lectores advirtieron al
mundo muchos puntos que iban de
contrabando dentro de las 279, si la memoria no me falla, de páginas que tenía
el mencionado acuerdo de paz.
Es decir, el señor
Santos trató de meterle gato por libre a sus ciudadanos, pero el tiro le salió
por la culata.
Por lo menos por ahora
Colombia está a salvo de las garras del denominado Socialismo del Siglo XXI, no
obstante éste aún sigue al acecho afilando su pico desde La Habana y desde aquí
mismo en Caracas.
El presidente Santos
actúa, y he aquí otra semejanza con Nicolás Maduro, como una marioneta que es
controlada por unos hilos que se extienden hasta la isla de Cuba.
Raúl Castro pareciera
que es el gran gestor de un acuerdo de pacificación que llevaría a sus
discípulos neogranadinos a dejar las armas y dedicarse a la “toma del poder” por la vía de los votos, como ellos mismos lo
han confesado.
Santos ejerce el mismo
rol que Maduro, es un especie de encargado o “virrey cubanofílico”, que sigue
al pie de la letra las instrucciones emanadas desde la “isla de la felicidad”.
Sí, sin dudas Nicolás
Maduro pudiera cantarle, sin atisbo de ningún tipo, la canción de “te pareces
tanto a mí” a su homólogo Juan Manuel
Santos, como una especie de homenaje al finado “Divo de Juárez”.
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