martes, 25 de octubre de 2016

Un Severus llamado Henry

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. Para quienes han leído los libros escritos por la autora J. K. Rowling o han visto las películas de la saga Harry Potter, saben la historia de uno de los personajes más emblemáticos y poderosos, desde el punto de vista literario, creados por ella, es decir, Severus Snape.

Para aquellos que no han tenido el placer de leer estos estupendos libros, y que demás está decirlo forjaron a una generación de nuevos lectores, y ni siquiera han visto las películas, les explicaré rápidamente el ¿quién es Severus Snape?

Es un profesor, primero de Pociones y más tarde de Defensa contra las Artes Oscuras, de Hogwarts, un Colegio de Magia y Hechicería, odiado por la inmensa mayoría de sus alumnos, debido a que posee actitud grotesca y, en muchas ocasiones, hasta mal educada.

Su hermetismo, su personalidad oscura e inclusive maligna, siempre despertaba sospechas. Severus fue, en más de una ocasión, señalado de ser “aliado” del malo de la película.

Despreciado en el universo creado por J. K. Rowling, también lo fue por una muchedumbre  de fanáticos y lectores que lo veían con malos ojos y hasta con odio.

Pero, la escritora tenía un final espectacular para el personaje.

Cuando la saga llegaba a su fin se conoce la verdad. El “malo”, al final no era tan malo.

Su vida se explicaba y justificaba. Su conducta, psicológicamente marcada por su pasado, empezó a tener sentido y despertar simpatías entre los lectores.

Hasta el “vil” asesinato del Director Hogwarts, Albus Dumblodore, fue minuciosamente aclarado.

Y sin duda fue aquella expresión de “siempre” o “always”, un antes y un después. Con esa palabra se esfumaba el secreto. Todo lo que había hecho había sido porque aún amaba al amor de su infancia, por cierto la madre del protagonista, y por esta causa siempre lo protegió.

A raíz de ese “siempre”, el odio de los lectores se convirtió en un frenesí de fanáticos que enloquecieron con Severus Snape… De repente todos lo adoraron.

Y ustedes se preguntarán ¿qué raro que no estoy hablando de política? Y sí, lo estoy haciendo, tal vez de forma diferente.

La historia del profesor de pociones  es muy parecida a la vida política de un dirigente venezolano; se me antoja comparar a Severus Snape con Henry Ramos Allup.

En reiteradas ocasiones escuché a muchos, adecos y no adecos, refiriéndose despectivamente de Ramos Allup.

Inclusive oí decir a dirigentes acciondemocratistas que: “no regreso al partido mientras ese tipo esté allí”.
Y sólo bastó una frase, como en el caso de Severus, para que del odio naciera el amor.

Cuando Henry Ramos Allup dijo: “Diputado, aquí las cosas cambiaron”.

Ese “cambiaron” puede ser parangonado con el “siempre” literario ya explicado.

Henry Ramos Allup por arte de magia se convirtió en referencia nacional, en una abrir y cerrar de ojos, aquellos que los criticaban se transformaron en sus fans.

Y de ser un dirigente que representaba el pasado político venezolano se trasmutó en un posible candidato presidencial.

Así de rápido y así de simple.

Y hasta aquí dejo la historia de un Severus llamado Henry.



miércoles, 19 de octubre de 2016

De Barcelona a Guanta

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. Como tenemos que prepararnos ante la posibilidad de cualquier escenario que se nos venga encima, debido a la coyuntura política que la nación está atravesando, a continuación haré una radiografía de nuestra presencia democrática en la zona norte de Anzoátegui.

Empecemos por la capital de la entidad. En el municipio Simón Bolívar tenemos un nuevo liderazgo dentro de Acción Democrática (AD) que ha venido a inyectarle vigor y estructuración al principal partido de los factores de la Unidad en la localidad.

El nuevo secretario general de AD en Barcelona, Plácido Malavé, ya pasó la prueba de fuego; la participación de los equipos adecos, fue organizativamente impecable durante al acto que Henry Ramos Allup encabezó en el municipio.

Esta realidad dejó con los crespos hechos a más de uno que estaba apostando al fracaso del evento.

Es la sangre nueva, las ideas frescas y el empuje vital de la jefatura política de Plácido Malavé, lo que está  activando la eterna maquinaria acciondemocratista, que fue subutilizada y hasta ninguneada por quienes hasta ahora han tenido la capitanía de esta organización en la localidad, salvo la honrosa excepción de Giovanni Veracierta.

Fuera del seno de AD, es interesante el trabajo que Richard Arteaga está llevando adelante en el marco de su reimpulso político en la localidad.

Ahora, le toca el turno a Puerto La Cruz. La acefalía política consolidada es un hecho en la localidad portuaria; aunque esto es un obstáculo también se ha presentado como una gran oportunidad para nuevos actores.

Es reconocible la labor que desde Voluntad Popular ha adelantado, Astrid Silvestri. Igual mención merece la efectiva, aunque más silenciosa tarea que ha ejecuta Carlos Bolívar desde Vente Venezuela.

Es plausible el éxito en el crecimiento reciente que ha protagonizado el concejal Antonio Acosta frente a Acción Democrática, y no menos resaltante es la acción política de sus pares de Primero Justicia (PJ), Luis Barrios y Beatriz Pérez Blanco.

Muchos están trabajando, mas ninguno se erige como un factor descollante como los hubo en el pasado reciente portocruzano.

En el caso de Lechería, el liderazgo actual es del alcalde Gustavo Marcando, aunque éste aún dista del capital político que alguna vez tuvo.

La posibilidad que el mandatario se lance para  la Gobernación del estado, deja un vacío en el municipio, el cual pudiera ser ocupado por el dinamismo activista del joven concejal Oscar Navas de Voluntad Popular.

La posible ausencia de Marcano en el municipio Urbaneja, ha destapado la lucha de protagonismos en el seno de Primero Justicia, como los de Frank Díaz, Fabio Pioli, Erasmo Prato y otros.

Hablemos de Guanta. Sin duda que como concejal Luis Gil ha adelantado una tarea titánica.

El munícipe se ha enfrentado a la mayoría oficialista en la cámara dejándolos sin  argumentos en más de una oportunidad; Gil ha denunciado casos emblemáticos como el ecocidio, obras chucutas o de mala calidad y mucho más.

Su antiguo oponente, Isrrael Caraballo, vive la desolación quedándole sólo el bote salvavidas del populismo al estilo chavistoide, ¿con iguales resultados? ¡Tal vez!

Así estamos, ¿así seguiremos?


Maduro y Santos: Coincidencias

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. Luego de la victoria de la opción del NO durante el plebiscito con relación a los acuerdos de paz discutidos en La Habana entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), tenemos que observar las coincidencias políticas entre Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos.

Dejando a un lado el tema de la nacionalidad colombiana del presidente venezolano, aunque no podemos olvidarla por completo, enfoquémonos en las reacciones de Maduro y Santos después de las votaciones y el triunfo del “No”, que sin duda es la victoria de Álvaro Uribe Vélez.

El mandatario neogranadino previo a los comicios plebiscitarios aseveró que “al ganar el NO” regresaría la Guerra nuevamente a Colombia, y cito “tengo informaciones que sería aún más cruenta, porque las Farc están listas para llevar el enfrentamiento de los campos a las ciudades”.

La táctica de intimidación al contrario es muy bien practicada por el oficialismo venezolano. Ustedes podrán recordar cuando Nicolás Maduro dijo “si la derecha gana la Asamblea Nacional yo me iría con el pueblo para la calle”.

En ambos escenarios no pasó nada, sólo el olvido de las bravuconadas de ambos mandatarios.

Luego de la derrota del “Sí”, Juan Manuel Santos monta un show en el Palacio de Nariño (sede del poder ejecutivo colombiano), dejando entrar sin ningún tipo de restricciones a una  muchachada que fue a respaldar al mandatario. Visión muy símil a los actos que en régimen venezolano ha realizado en infinitas ocasiones llevando a sus seguidores a las puertas del Palacio de Miraflores. En este punto podemos recordar el  famoso “balcón del pueblo”.

Juan Manuel Santos, a pesar que abre el compás e invita a los sectores que formaban el bloque del “No”, donde resaltan el expresidente Álvaro Uribe Vélez y la excandidata presidencial por el Partido Conservador Colombiano, Marta Lucía Ramírez y el ex presidente colombiano, Andres Pastrana, también da demostraciones de su deseo de continuar su política “Pro-Farc”.

Santos, en una estrategia muy parecida al “paquete chileno” que Hugo Chávez y Nicolás Maduro trataron de venderle a los venezolanos con la Reforma Constitucional del 2007, engañó o por lo menos intentó hacerlo a la población colombiana con un acuerdo de paz que pocos leyeron, pero que sus escasos lectores advirtieron al mundo  muchos puntos que iban de contrabando dentro de las 279, si la memoria no me falla, de páginas que tenía el mencionado acuerdo de paz.

Es decir, el señor Santos trató de meterle gato por libre a sus ciudadanos, pero el tiro le salió por la culata.

Por lo menos por ahora Colombia está a salvo de las garras del denominado Socialismo del Siglo XXI, no obstante éste aún sigue al acecho afilando su pico desde La Habana y desde aquí mismo en Caracas.

El presidente Santos actúa, y he aquí otra semejanza con Nicolás Maduro, como una marioneta que es controlada por unos hilos que se extienden hasta la isla de Cuba.

Raúl Castro pareciera que es el gran gestor de un acuerdo de pacificación que llevaría a sus discípulos neogranadinos a dejar las armas y dedicarse a la “toma del poder”  por la vía de los votos, como ellos mismos lo han confesado.

Santos ejerce el mismo rol que Maduro, es un especie de encargado o “virrey cubanofílico”, que sigue al pie de la letra las instrucciones emanadas desde la “isla de la felicidad”.

Sí, sin dudas Nicolás Maduro pudiera cantarle, sin atisbo de ningún tipo, la canción de “te pareces tanto a mí” a su homólogo  Juan Manuel Santos, como una especie de homenaje al finado “Divo de Juárez”.