Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Y
dijo: “eso es culpa de los adecos y de los copeyanos”. Varios de los presentes
se voltearon a mirar las caras.
El hombre aún con el
entendimiento algo nublado, después de unas 200 horas de ver y escuchar a Mario
Silva por Venezolana de Televisión, siguió diciendo: “Ramos Allup es quien
tiene la comida escondida”.
Uno de los presentantes
tuvo que contener la risa, otro se enrojecía del malestar que le producía la
cháchara el militante oficialista.
Con claros signos de
desnutrición, gracias a la dieta de Nicolás Maduro, el “leal cooperante” no
cesaba en su discurso.
“Es que Leopoldo,
Capriles, María Corina, Ramos Allúp, junto con la Polar son los responsable de
la Guerra Económica”…
Ya varios de los
primeros que escuchan los argumentos del orador de esquina, y se reían de sus
aseveraciones, iban arrugando el rostro.
No obstante, proseguía
el silencio del 90% de los presentes. Solo un borrachito se atrevía a decir “Si
se meten con mi botellita, allí si es que dejo de votar por la revolución”.
El defensor del
“proceso” no desmayaba en su defensa. Decía que “esto es culpa de Carlos Andrés
y de Caldera”.
Justamente allí fue cuando
la paciencia de los presentes se colmó.
Un avejentado hombre, de
canas en el cabello, bigote grisáceo y arrugas en la sien, respondió que:
“Carlos Andrés es culpable de qué, Caldera es culpable de qué, Lusinchi es
culpable de qué”.
Así iba refiriéndose a
los viejos y nuevos dirigentes democráticos del país, hasta que aseguró que
“Los viejos presidentes ya murieron, con sus virtudes y defectos, y ninguno de
ellos es responsable de esto”.
Paró por un instante,
como tomando fuerzas para continuar, y apuntó certeramente: “si uno de los
muertos es culpable de algo, es Chávez que fue el padre de la criatura”.
El oficialista intentaba
responder, pero el impulso de su interlocutor era imparable, tal vez aupado por
los aplausos, gritos y comentarios de todos los presentantes.
“La culpa es de Chávez.
La culpa es de Maduro”, repetía y repetía.
Dijo que acusar a
hombres fallecidos y que tienen más de 20 años fuera del poder es una forma
absurda de escurrir el bulto.
“La culpa es de un
modelo que fracasó, es de una política que despilfarró y esfumó miles de
millones de dólares”, aseveró.
Más gente se agrupaba e
iniciaba un aguacero de expresiones como “culpables del hambre”, “culpables de
la escasez” “culpables por la inflación”.
Casi corriendo el “camarada
cooperante” huyó con la cabeza cabizbaja, mientras del fondo del sentimiento
popular surgía un clamor social: “Pa’ los culpable, revocatorio y más na’”.
Y, todos continuaron con
su día. Unos se fueron a trabajar, otros a hacer colas. Cada quien a lo suyo y
el grupo se fue dispersando, no obstante el deseo de cambio se mantiene firme y
vivo en el corazón de esa mayoría que responsabiliza a Maduro de la crisis
económica y política que vive Venezuela.
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