Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Nuevamente
el actual jefe de la fracción parlamentaria del régimen en la Asamblea
Nacional, Héctor Rodríguez, sorprende al país con una de sus elocuentes y
desatinadas frases.
En esa ocasión el
diputado de Maduro dijo: “no desarrollamos una economía productiva porque el
pueblo es analfabeta”.
Es decir, según la
lógica de Héctor Rodríguez, la culpa de la crisis económica que atraviesa la
nación no es responsabilidad del modelo socialista, ni siquiera de sus
ejecutores sino del ciudadano de a pie.
Con estas palabras el
legislador rojo nos dice el tamaño de su irresponsabilidad y cobardía, al
preferir atacar a los venezolanos que de asumir las culpas que claramente están
corroyendo al modelo socio-económico que defienden los socialistas.
Sin embargo, esta no es
la primera vez que Héctor nos sorprende con sus ingeniosas construcciones
discursivas. Hace un tiempo, siendo ministro afirmó que:
“No vamos a sacar de la
pobreza a los venezolanos para que se conviertan en escuálidos”. ¡Sí! Este señor
dijo esto y se ufanó en pregonarlo por doquier.
¿Qué esconden las palabras
de Héctor Rodríguez? Sus impulsos verbales pueden estar relacionados con su
negación a su origen. En realidad no sé qué tipo de niñez tuvo Rodríguez y la
condición de la misma, no obstante es evidente su repudio constante hacia los
más pobres.
Las palabras de Héctor
Rodríguez pudieran ser expresiones de su inconsciente que deja escapar de vez
en vez su repudio y animadversión hacia aquellos que poseen una situación económica
no privilegiada.
Si razonamos sus palabras encontramos
constantemente un ataque directo, o por lo menos encubierto, contra los pobres.
Fíjense por un momento como sin aguársele el guarapo afirma que son los más
necesitamos, los más débiles, los analfabetas, los responsables de la crisis. Y
cómo había asegurado posteriormente que
sacar al pueblo de la pobreza, y por ende de la ignorancia, era el camino para
que éstos formasen parte de la disidencia al modelo que él defiende.
Con esto podemos intuir,
en el plano psicológico, un rechazo notorio de él hacía todo aquello que significa
superación de otros y además un desprecio a la pobreza. Tal vez dentro del
esquema mental del diputado el prefiera tener a lacayos pobres, incultos,
empobrecidos para en lo personal erigirse como un especie de rey, pisoteando y
humillando a otros.
También sus frases
describen la orientación de sus creencias éticas, políticas y sociales. Su
ideológica demuestra un odio profundo hacia los pobres y su deseo permanente de
mantenerlos aprisionados y dominados.
Estas expresiones de
Héctor Rodríguez se puede cotejar con otras, como por ejemplo, a la dicha por
otro dirigente del régimen, en este caso el exalcalde Mayor de Caracas, Juan
Barreto, quien dijo: “El pueblo tiene que sacrificarse y comer menos”.
Aquí observamos, además
de una carencia de moral y una negación consciente del pudor, como se demuestra
el aborrecimiento de los oficialistas hacia los venezolanos más pobres, a los
que dicen defender y querer.
En pocas palabras, es
cada vez más evidente que en el seno del régimen lo que existe es un desprecio
completo con relación a los venezolanos de clases populares, un ataque
sostenido contra los ciudadanos de las urbes urbanas más empobrecidas y hacia
los sectores rurales de la nación.
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