Cogito ergo sum-.
Quien fuese el candidato presidencial
de la disidencia democrática venezolana, ex gobernador del Zulia y ex alcalde
de Maracaibo, regresó al país. Y ni siquiera había puesto un pie en tierras
venezolanas cuando fue aprehendido por efectivos del Sebin para llevarlo,
ilegal e injustamente, a los calabozos del régimen.
Vamos a recordar un
poco. Para el 2006, luego del error que significó la política abstencionista de
las fuerzas de la oposición en las elecciones parlamentarias del 2005, se
emprendió un proceso de reunificación política encabezada por Manuel Rosales.
Pero, hagamos este
proceso retrospectivo más preciso para refrescar nuestra memoria.
Para el 2004 se
efectuaron los comicios para revocarle el mandato al entonces Presidente de la
República, a pesar que éste emprendió electoralmente debilitado la campaña logró
posponer la cita comicial con la finalidad de aplicar las llamadas “Misiones
Sociales” con las cuales relanzó su imagen pública.
El revocatorio, que
había sido un proceso de desgaste para
la oposición con recolección de firmas, revalidación de las mismas y más obstáculos
que el mismo Consejo Nacional Electoral interpuso, no llegó en un buen momento.
No obstante las posibilidades eran grandes para quienes defendía la democracia
y la libertad.
Con un objetado resultado
el entonces mandatario nacional se mantuvo en el poder, luego llegaron las
elecciones parlamentarias donde dentro del seno de la oposición prevaleció la insensata
posición de la abstención, con la cual se les entregó completamente el poder
legislativo a los rojos.
Para el 2006 las fuerzas
democráticas estaban desarticuladas, divididas, exhaustas. Se presentaron tres
precandidatos presidenciales de la oposición: Teodoro Petkoff, Julio Borges y
Manuel Rosales. Luego de unas diversas mediciones estadísticas Rosales salió
favorecido.
Desde ese mismo momento
comenzó la titánica carrera de Manuel Rosales para la reunificación de los
demócratas y hacerle frente a los arrogantes y jactanciosos discursos y
acciones presidenciales.
De la desesperanza civil
surgió un grito que se hizo eco y sentimiento de millones de ciudadanos: ¡Atrévete!
Fueron millones los
venezolanos que se atrevieron y se entusiasmaron con la esperanza de un cambio
en el país. Centenares de miles de personas de todas las clases sociales
caminaron detrás de ese zuliano que proponía un cambio para el país.
Rosales, luego de su
extraordinaria campaña, obtuvo alrededor del 40% de los votos.
Su revés electoral nos
sirvió, para un año más adelante en el marco de las elecciones para la Reforma Constitucional
del 2007, alcanzar la primera victoria sobre el oficialismo.
Es evidente que Rosales
igual que María Corina Machado, Leopoldo López, Antonio Ledezma, y Henrique
Capriles, causa miedo a Nicolás Maduro y a su endeble entorno.
Por allí razón de la
actitud del régimen en encarcelar a uno de los representantes más importante de
la disidencia democrática, porque ellos saben que un Manuel Rosales en el país es
un factor para acelera el cambio.
Así como ayer dijimos: ¡Atrévete!
Ahora podemos decir: ¡Volvió, volvió, volvió!
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