Cogito ergo sum-.
El seleccionado nacional, la
querida Vinotinto, sorprendió a propios y extraños. Dejó boquiabiertos a los
expertos y a los no tan duchos, al ganarle el primero juego de la Copa América
al combinado colombiano.
Justo hoy, 15 de junio,
cuando se recuerda los 202 años del Decreto a Muerte dictado por el Libertador
Simón Bolívar, podemos afirmar que los guerreros de la escuadra nacional no
tuvieron compasión con los neogranadinos y dejaron bien claro que Venezuela se
respeta.
Las agresiones de los “reinosos”,
como se les llamaba en los tiempos de la independencia, fueron respondidas por
la Vinotinto dándoles una clase en el campo de fútbol en Chile.
El gol de Salomón Rondón
sepultó la jactanciosa arrogancia de los colombianos, quienes tuvieron que
hacer silencio ante el fervor criollo.
La prensa colombiana que
había titulado el mismo día del juego “Comienza el baile”, no tuvo la gallardía
de admitir que los venezolanos estuvieron mejores que su onceava derrotada.
Y podemos agregar que
los colombianos si bailaron pero al ritmo de un buen joropo bien tramado, como
se toca en el Alto Apure.
El arpa llanera venció
al acordeón vallenatero. A los colombianos les supo muy amargo el vinotinto,
mientras que el orgullo nacional saboreó lo dulce del triunfo.
Es importante dejar
acentuado que las destempladas declaraciones de los colombianos, previo al
duelo entre ambos países, motivó una reacción nacionalista en el país, la cual
se evidenció con mayor fuerza a través de las redes sociales.
Desde Colombia se afirmó
que “los venezolanos son feos”, que la “Vinotinto no sirve” y hasta tuvieron el
descaro, el atrevimiento y el abuso de aseverar que nuestras mujeres no eran
bonitas, lo que despertó la respuesta airada y ultranacionalista de los
venezolanos.
No es la primera vez que
una de estas repúblicas, con mayor tradición futbolista que la de nosotros, sigue
creyendo que somos la “Cenicienta” de hace unos años atrás. En el pasado le
hemos cerrado la boca a más de un fanfarrón y el domingo 14 de junio no fue la
excepción.
A los ciudadanos de Colombia que empezaron a
sacar imágenes con papel higiénico, harina pan y otros enseres alimenticios y
se burlaban de la actual escasez venezolana, sólo les digo que recuerden cuando
ellos huían desesperados de la guerra sangrienta que unía Estado, Narcotráfico,
Guerrilla y Paramilitares y que aquí le
dimos albergo recibiéndolos con los brazos abiertos, lo que fue un gesto de
caridad y bondad que ustedes no están reconociendo en este momento.
Y aprovecho la
oportunidad de estas líneas para recordarles que la arepa es venezolana y no
colombiana, aunque ustedes tengan la harina la sazón lo sigue teniendo las
madres de nuestro país. También les recuerdo que el joropo es de aquí y que los
pocos que cantan este género en su nación dejan mucho que desear.
Sobre las declaraciones
de Felipe Calderón, expresidente de México, quien comparó a la Vinotinto con
Nicolás Maduro le afirmarnos que debe respetar el gentilicio venezolano y que
nuestra selección posee el amor de todos los connacionales sean del bando que
sea.
Sin duda el comentario
de Calderón fue infeliz e incluso el rechazo que provocó de unos y otros demuestra
que en Venezuela existen espacios para el encuentro nacional.
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