miércoles, 18 de febrero de 2015

¡A un año!

Cogito ergo sum-. Se cumple un año del encarcelamiento del líder del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, y hoy más que nunca se ha mostrado ante el mundo la faz autoritaria, violadora de Derechos Humanos y mezquina del régimen que en este momento desgobierna a Venezuela.

Hace 365 días el país, y el mundo entero, veía con asombro como desde Miraflores se ordenaba disparar, reprimir, golpear y vejar a miles de estudiantes que cívicamente tomaron las calles de la nación en clara oposición a un sistema de gobierno que caducó.

El envejecimiento del socialismo ha sido acelerado, por esa razón miles de venezolanos salieron de sus casas a manifestar el rechazo social hacia quienes están conduciendo los destinos patrios.

La juventud salió a demostrar el repudio nacional en contra de una jefatura que está llevando a Venezuela al más profundo de los abismos político.

Hace un año miles de jóvenes emprendieron la salida de un régimen que desde hace mucho dejó de ser popular y su único basamento se encuentra en la represión y en un recuerdo que tratan de trasformar en una blasfema religión de Estado.

Estamos a un año de aquellas calles repletas de banderas tricolores, desbordantes de juventud, de fe y esperanza. Estamos a un año de aquellos sucesos que evidenciaron que las nuevas generaciones de venezolanos rechazan abiertamente a una gestión que ha empobrecido a millones de ciudadanos sólo para satisfacer las pretensiones hegemónicas de un puñado de sectarios rojos.

Leopoldo López, Daniel Ceballos, los estudiantes como Gerardo Respaldar, siguen detenidos por simplemente opinar, por manifestar abiertamente y sin tapujo sus ideas y conceptos sobre la libertad y la democracia.

No obstante no son simplemente ellos, tanto estudiantes como dirigentes, los que se encuentran bajo el terror del encarcelamiento injusto y de la tortura sino que todos los ciudadanos de este país estamos sufriendo los embates de un régimen de opresión y tiranía.

Millones de venezolanos estamos padeciendo el confinamiento en nuestros hogares debido a una delincuencia desatada y amparada por los órganos de seguridad de un Estado cada vez más corrompido y corruptor; somos centenas de miles de ciudadanos que somos torturados cotidianamente a través de la escasez, el desabastecimiento y el desempleo.

Cuando llegamos a 12 meses de los heroicos y hasta mártires días de las manifestaciones que solicitaban una salida pacífica y constitucional a la crisis de gobernabilidad que vivía Venezuela, podemos estar seguros que en el país cada día hay más venezolanos dispuestos a entregarlo todo por el rescate y reconstrucción nacional.

Mis palabras solamente buscan rememorar esos “idus” que sobreviven en cada uno de los amantes de la democracia, que está firme y palpitando en el corazón de decenas de estudiantes que encontrándose en sus aulas de clases siguen convencidos que la acción es indispensable para convertir el pensamiento, el sueño de la nueva Venezuela, en realidad.

¡Vamos venezolanos, vamos que el futuro se construye hoy!





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