Cogito ergo sum-.
Bajo la tradición helénica y los mitos hesiódicos emergen los diversos relatos
que hablan de Pandora y la caja que Zeus envió con ella a la humanidad.
Según los relatos
mitológicos Hefestos, dios del fuego, moldeó a Pandora a imagen y semejanza de
las inmortales y para ello contó con la ayuda de Palas Atanea, la diosa de la
sabiduría, para convertir a aquella en la primera mujer en la tierra.
Zeus es el artífice
de la orden para crear a Pandora con el propósito de castigar a los hombres por
las acciones de Prometeo, quien había robado el fuego divino para entregárselo a
los mortales.
Cada uno de los
dioses del Olimpo, donde habitan los inmortales, le entregó a Pandora una
cualidad, entre ellas: la persuasión, la gracia, la belleza, la capacidad de
hacer con sus manos, por ejemplo Hermes (el mensajero de los dioses e
intérprete de ellos) colocó en el corazón de Pandora la mentira y el engaño.
Una de las
creencias griegas establece que existía un jarrón, que contenía todos los males
existentes, la mujer al verla la abrió y permitió que los las desgracias
inundarán a la tierra, al observar lo que había hecho Pandora se apresuró a
cerrarla dejando solamente en su interior la esperanza, ante lo cual la
humanidad no la recibió.
Vale resaltar el
paralelismo con la historia de Eva en el Jardín del Edén de las creencias
judeo-cristianas.
Otra de las
interpretaciones que se le da al mito de los griegos es que la caja poseía en
su interior todos los bienes existentes y Zeus se la entregó a Pandora para que
se la regalase a Epimeteo, hermano de Prometeo, el día de su boda.
Pandora la abrió
antes de dársela a su destinatario dejando escapar todos los bienes, los cuales
regresaron a las cumbres del Olimpo, dejando a la humanidad entristecida por
todos los males y con el único alivio de la esperanza.
En ambas acepciones
de la historia de la “caja de Pandora” encontramos a la esperanza como el
último de los bienes o males que mantuvo a la humanidad en pie luego de varias
imprudencias.
Hoy Venezuela,
sumergida en los mayores del caos existentes gracias a que desde el Gobierno abrieron
la caja que llevaba todas las desgracias del socialismo, tiene que aferrarse
más que nunca al bálsamo de la esperanza.
El socialismo
desató en el país la escasez, el desabastecimiento, la devaluación, la
inflación, la delincuencia, la corrupción y la incapacidad de los gobernantes,
de allí que haciendo un parangón con el mito helénico tenemos que mantenernos
al lado de la esperanza.
¿Quién abre la caja
de Pandora? Sí, quién la abre, no para que emerjan los males que ya andan
pululando por todas partes de nuestra golpeada y sufrida sociedad, sino para
que brote por doquier la esperanza en un pueblo que ha sido engañado por un
régimen descarado e inmoral.
Es el momento de
grandes proezas, la hora de las acciones sin temores. Tenemos, cada uno de los
venezolanos que soñamos con un país mejor, que alzar las banderas de la
dignidad y los estandartes de la esperanza para iniciar el cambio de sistema
que con urgencia requiere nuestra nación.
Los males del
izquierdismo se han diseminado por todos los rincones del país, es
responsabilidad de todos nosotros que cívica y activamente, armados de
esperanza e ímpetu, los obliguemos a abandonar el poder y así reconstruir a
Venezuela.
¡Qué Dios
Todopoderoso nos guíe en este propósito!
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