Cogito ergo sum-. Han sido terribles las informaciones de episodios
violentos en Puerto La Cruz. Ha sido tristemente reseñado por los distintos
medios de comunicación como la inseguridad se apoderó de las calles del
municipio Juan Antonio Sotillo.
La Cruz es un símbolo del sagrado
sacrificio del Hijo de Dios para con todos nosotros, aunque además es percibida
como un peso que en ocasiones llevamos con dolencias, preocupaciones y angustias
humanas.
Cristo en su bondad lleva las
cruces de todos los seres humanos, de aquellos que creen como de otros que no
lo hacen; lo cierto es que la Cruz es un sello para nosotros los portocruzanos
que nacimos en esta bella ciudad oriental.
A pesar de todo esto tenemos que
afirmar que nuestro municipio está cargando varias pesadas cruces, las cuales tenemos
que soportar en los sectores más desposeídos y en la clase media, que se
encuentra desamparada al igual que todos los habitantes del municipio.
Una de las cruces que soportamos
en el “Puerto” es la inseguridad que día a día cobra más vidas de hijos de este
suelo; es increíble como la delincuencia se adueñó de nuestras calles mientras
los encargados de darnos seguridad simplemente se hacen los desentendidos.
Otra de las cruces que pesa sobre
la humanidad de cada porteño es la ineficiencia de unas autoridades locales que
han demostrado en un reto de ¿quién lo hace peor? sus enormes cualidades de
incapacidad.
Si Nelson Moreno dejó mucho que
desear en su gestión, sería mezquino de nuestra parte negarle el combate
sostenido que comandó en contra de la delincuencia dentro de Puerto La Cruz,
nosotros, en nuestra calidad de reporteros de aquellos días presenciamos
episodios de su guerra contra la delincuencia, no obstante sus antecesores y
compañeros de partido han sido cómplices por omisión de este flagelo.
Stalin Fuentes y ahora Magglio
Ordóñez evidencian que no saben cómo garantizarles a los ciudadanos la vida.
Pero las cruces no terminan allí,
los malos servicios públicos, la anarquía en el centro de Puerto La Cruz, la
carencia de políticas coherente de urbanismo local, son algunas de esas muchas cruces que tenemos que llevar los
portocruzanos por culpa de quienes han ostentado el poder.
Pero el camino del calvario
termina en la redención, es decir, los muchos sufrimientos que como sociedad,
que como municipio, hemos padecido tendrán al final la recompensa de un futuro
mejor, porque en lo personal creo que Puerto La Cruz y Venezuela entera tiene
un mañana y para lograrlo solo falta que todos nosotros tomemos la decisión
firme de cambiar.
Es el momento de actuar, los
portocruzanos e igual que cada uno de los anzoatiguenses tenemos que reclamarles
a los malos alcaldes que hoy nos gobiernen que trabajen o se aparten porque la
grandeza espera por este pueblo.
La cruz que llevamos a cuesta no
tiene nada que ver con la Cruz bendita que nos enseña el camino de la fe, de la
lucha, del trabajo, del bienestar y del bien común.
Los portocruzanos tenemos que
entender que el mañana se forja en el presente y que cada uno de nosotros es
indispensable para lograr la meta de una mañana lleno de desarrollo para todos.
La Cruz sigue en el Paseo Colón,
la Cruz está allí recordándonos siempre que las cruces que la desdicha coloca
en nuestro camino ni son tan grande ni pesan tanto, porque juntos podemos
llevarlas y crecer como seres humanos y como sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario