Cogito ergo sum-. “A las
barricadas, a las barricadas por el triunfo de la confederación”. ¿Qué
estoy haciendo un llamado guarimbero y derechista a la violencia? ¿Qué estoy
incitando al odio? No, no… nada que ver sólo estoy recordando el coro de unas
de las canciones de “batalla” de la izquierda española durante la Guerra Civil.
¿Cómo?, se preguntará usted. ¡Sí!
Los rojos españoles durante la puja intestina ibérica realizaban “BARRICADAS”
para contener el avance de las fuerzas nacionalistas del Generalísimo Francisco
Franco.
¡Oye, qué raro! Lo que hoy tanto
critica la izquierda venezolana y latinoamericana ayer, en la década de los 40
del siglo pasado, eran ejemplos de lucha y de reivindicación de lo que ellos
llamaban el proletariado internacional.
Lo que sucede apreciado lector es
que la izquierda marxista-leninista, ahora castristas, es falsa e intrigante;
son expertos, maestros, en el arte de la manipulación y del doble discurso.
Y este no es un caso único, días
pasados por la red social Twitter circuló un video con la intervención del
entonces diputado al extinto congreso de la nación, Aristóbulo Istúriz, quien
en 1992 cargaba todo su verbo encendido y lapidario en contra del Gobierno de
Carlos Andrés Pérez por la intención de éste de “aplastar” por las armas las
“protestas justas del pueblo”.
En aquella oportunidad el ahora
gobernador de Anzoátegui decía que “aplastar las protestas es liquidar la
democracia”, ahora bien este mismo señor es el encargado de atacar a mansalva
en contra, de las también justas y constitucionales, protestas de los
estudiantes y del pueblo en general en nuestro estado.
¡He aquí el doble discurso de la
izquierda!
Ellos piensan de una forma cuando
son oposición y luego, al ser Gobierno, cambian magistralmente de opinión y
cometen los mismos abusos y atropellos que en otrora denunciaban; también se ha
difundido la imagen de una marcha de los años 80 cuando se veía a muchos de los
hoy integrantes del Psuv pidiendo respeto a los Derechos Humanos, sin embargo
¿hoy quien los respeta?
La dualidad moral que presenta la
izquierda es sin parangón. En ocasiones acusarnos de inmorales es un grave
error, porque el término lleva intrínseco la existencia de valores, cuando lo
correcto es denominarlos “amorales” porque son carentes de cualquier sentido
ético de la política e incluso de la vida misma.
Usted me pedirá, y está en su
derecho, otro ejemplo y aquí lo citaré:
Los inquilinos de Miraflores
llaman a la paz ya que sin duda poseen el agua hasta el cuello, no obstante en
otro momento son los propios que cuando se sienten a placer desprecian y
marginan sin ningún tipo de temor.
Cuando la Iglesia Católica,
siempre titán a la hora de fomentar el diálogo en el mundo, le ha pedido
misericordia al régimen con diferentes casos de abusos e injusticias, éstos
groseramente han respondido con más agresión.
Y esto lo vemos el día de hoy,
mientras Nicolás aparece en la televisión con voz casi quebrada pidiendo
entendimiento, por el otro lado se observan a los llamados Colectivos sembrando
el pánico por todas partes.
El doble discurso marxista es
ancestral, es parte de su adoctrinamiento ya caduco y oxidado. La amoralidad de
sus acciones es sinónimo al cumplimiento de su deber “militante”.
Cómo la izquierda puede hablar de
violencia cuando el propio ex presidente, desaparecido, tenía las “santas
voluntades” de calificar a los asesinos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (Farc) como un factor beligerante, cuando en realidad son una mafia
que ha regado el solio neogranadino con miles de litros de sangre de inocentes
a los largo de décadas y décadas de guerra.
Tengan por seguro que el régimen
castro-madurista al extender una mano, de seguro esconde en la otra el
cuchillo, ¡cuidado con abrazos de puñaladas!
Twitter: @jdsolorzano
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