martes, 25 de marzo de 2014

Frente a la dictadura

Cogito ergo sum-. Ante las constantes acciones de la Guardia Nacional, me niego a calificarla de Bolivariana, es justo y necesario recordar su papel ante el país, la historia y sobre todo de Dios, por los hechos de represión que protagonizan en contra del pueblo joven y pacífico de Venezuela.

Hoy cuando observamos a los efectivos de este cuerpo militar arremeter salvajemente en contra de estudiantes, amas de casa y abuelos y abuelas de Venezuela, nos preguntamos ¿qué habrá pasado con su honor, ese que alguna vez fue su divisa?

Me vienen a la mente algunas frases, para reflexionar sobre el rol que han jugado, juegan y jugaran las Fuerzas Armadas en los hechos políticos y sociales, por lo menos en nuestras repúblicas Latinoamericanas, y sobre las consecuencias de sus actos de hoy.

Si la responsabilidad de las Fuerzas Armadas no es responsabilidad global, es responsabilidad pasiva, de tolerancia. Los escasos brotes de descontento castrense surgidos afirman la existencia de núcleo opositores a la orientación de la dictadura, pero mal alcanzan a borrar la responsabilidad de apoyar la opresión, sólo se borra apoyando la reconquista de la libertad”.

¡Qué vigentes estas palabras! ¿Sabes quién las dijo y cuándo las dijo?

Las pronunció el ex-Presidente Luis Herrera Campins en Munich, Alemania, a finales de enero de 1957, no obstante sus palabras de aquella ocasión encajan perfectamente en lo que estamos viviendo hoy en día en Venezuela.

En la actualidad poseemos un sistema que a pesar de su careta democrática, seudo-electoral, se comporta como un régimen totalitario que niega los más elementales  principios de la libertad y democracia.

El vetusto dirigente socialcristiano en esa misma oportunidad también nos habla de la ilegitimidad del Gobierno de Venezuela en la década de los años 50, lo cual también  posee un increíble paralelismo como lo que padecemos hoy en día, por lo que asumo su cita como un deber cívico y moral.

He aquí la aseveración del Presidente Herrera: “La dictadura venezolana es un gobierno ilegítimo tanto en su origen inmediato (fraude electoral) como por el ejercicio del poder: Ha conculcado la libertad, ha anulado los derechos de la persona, convertido a la administración pública en una empresa mercantil de  enriquecimiento ilícito y transformado la justicia en caricatura de la verdad, en nombre de la razón de Estado…”

Si ayer fue el Estado hoy se refieren a la “revolución”, ente eterio que justifica todas las atrocidades de un régimen que desde hace mucho tiempo dejó a un lado cualquier vestigio de  ética y moralidad, echándose en un océano de impúdica embriaguez de poder.

El Libertador Simón Bolívar fue aún más fuerte, breve y lapidario al decir: "Maldito el soldado que levante sus armas contra el pueblo”

Y fue el Padre de la Patria quien en el Congreso de Angostura en 1819 dispuso la obediencia y no beligerancia del Ejército al poder civil y en los asuntos públicos, por eso hacemos un llamado de atención a los militares venezolanos.

Los integrantes de las  Fuerzas Armadas y especialmente la Guardia Nacional deben saber que desde los Juicios de Nuremberg entre el 20 de noviembre de 1945  y el primero de octubre de 1946 aquella excusa de que “sólo cumplía órdenes” quedó totalmente desechada. ¡Tú, como funcionario, tienes responsabilidad ante tus acciones!

El perdón, es muy difícil de otorgarlo cuando quien tiene que darlo sabe que aquél que lo pide pudo evitar la actuación que hoy se perdona. Hoy puedes democrática e institucionalmente pararte frente a la dictadura y evitar las acciones que más tarde pueden llevarte al arrepentimiento.

Twitter: @jdsolorzano


martes, 18 de marzo de 2014

La sociedad del silencio

Cogito ergo sum-. La ceguera es una desgracia increíble, no ver la inmensidad del mundo es una situación realmente lamentable. La oscuridad ha sido y siempre será el amparo del mal y de todo aquello que lo cobija, la penumbra es el ámbito natural de los sistema totalitarios, es por eso que el régimen de Nicolás se empeña en que usted y que yo no podamos ver la realidad que nos rodea.

La izquierda comunista, esa misma que asoló a la extinta Unión Soviética, aquella que lleva años condenando a la miseria al pueblo cubano, la misma que es partera de miles de asesinatos en China, trata de cubrir sus inmundicias silenciando todo a su alrededor, de allí el empeño del Gobierno socialista venezolano en acallar las voces de los estudiantes en la calle.

Ellos cerraron estaciones de radio, censuraron canales de televisión, ahorcan a los medios impresos con la falta de divisas para la adquisición de papel periódico. De esta forma el Ejecutivo socialista quiere enmudecer y cegar a la población, en pocas palabras ellos llevan adelante su hegemonía comunicacional.

La sociedad del silencio es la que desean y quieren construir a como dé lugar; buscan desesperadamente que nadie hable, que nadie se queje; el llamado hombre nuevo, el socialista, es aquél que soporte estoicamente los males sociales y económicos de un régimen de tortura, miseria y desfachatez.

Hacia allá iban vigilados por los ojos envejecidos de los hermanos Castros quienes desde la Habana conducen los hijos del poder socialista en Venezuela, su plan era casi perfecto e incluso intentaron acelerarlo luego de la desaparición de Hugo Chávez, quien a pesar que llevaba el mismo camino su estilo era más a cuenta gotas.

Sin embargo ellos, ni los tiranos nacionales ni los invasores cubanos, se esperaban que surgiera del seno de las universidades, siempre casas de rebeliones democráticas y de luces, el movimiento que rompería el silencio y rasgaría las vendas de los ojos de los venezolanos.

¡Bravo estudiantes! ¡Gloria a los universitarios! Ellos salieron de sus centros de estudios a darnos a todos una lección de vida, valentía y amor patrio. ¡Hurra!

La acción rebelde de la juventud, espontánea y sincera, colocó contra las cuerdas a un sistema entumecido por los años en las cumbres del poder.

Los jóvenes de hoy le hicieron lo mismo que los de la generación del 28 a la dictadura gomecista, los sorprendieron con otros métodos de lucha que dejaron a ambas tiranías con los ojos claros y sin vista.

La sociedad del silencio que ellos promovían y que siguen defendiendo quedó paralizada por la algarabía de una muchachada corajuda que emprendió la búsqueda de su futuro en las calles de Venezuela.

Mientras las convocatorias juveniles del oficialismo son mecánicas, sin alma, carentes de la emotividad y la euforia de los primeros años de vida, las expresiones de la calle de las fuerzas del Movimiento Estudiantil encarnan esa Venezuela alegre y de esperanza que recuperaremos por completo.

El silencio, la censura y el miedo fueron ayer las herramientas que empleaba el régimen, y hoy se ven forzados a sacar tanquetas, grupos de motorizados llamados Colectivos y la Guardia Nacional, que por cierto me niego a calificar de Bolivarianas porque no lo son, para agredir e intimidar.

¿Por qué el éxito de las voces que recorren todos los rincones del país? Su secreto es la UNIDAD nacionalista y realmente democrática, además de la fe inmaculada que profesan, de allí que la política del terror rojo no encuentre cabida en ninguna parte.

Nicolás, te enfrentas a un pueblo que se cansó de las mentiras que representas, combates contra la voluntad de una nación que quiere un mañana mejor.  ¡Te veo mal Nicolás!


Twitter: @jdsolorzano 

martes, 11 de marzo de 2014

El doble discurso rojo

Cogito ergo sum-. “A las barricadas, a las barricadas por el triunfo de la confederación”. ¿Qué estoy haciendo un llamado guarimbero y derechista a la violencia? ¿Qué estoy incitando al odio? No, no… nada que ver sólo estoy recordando el coro de unas de las canciones de “batalla” de la izquierda española durante la Guerra Civil.

¿Cómo?, se preguntará usted. ¡Sí! Los rojos españoles durante la puja intestina ibérica realizaban “BARRICADAS” para contener el avance de las fuerzas nacionalistas del Generalísimo Francisco Franco.
¡Oye, qué raro! Lo que hoy tanto critica la izquierda venezolana y latinoamericana ayer, en la década de los 40 del siglo pasado, eran ejemplos de lucha y de reivindicación de lo que ellos llamaban el proletariado internacional.

Lo que sucede apreciado lector es que la izquierda marxista-leninista, ahora castristas, es falsa e intrigante; son expertos, maestros, en el arte de la manipulación y del doble discurso.

Y este no es un caso único, días pasados por la red social Twitter circuló un video con la intervención del entonces diputado al extinto congreso de la nación, Aristóbulo Istúriz, quien en 1992 cargaba todo su verbo encendido y lapidario en contra del Gobierno de Carlos Andrés Pérez por la intención de éste de “aplastar” por las armas las “protestas justas del pueblo”.

En aquella oportunidad el ahora gobernador de Anzoátegui decía que “aplastar las protestas es liquidar la democracia”, ahora bien este mismo señor es el encargado de atacar a mansalva en contra, de las también justas y constitucionales, protestas de los estudiantes y del pueblo en general en nuestro estado.

¡He aquí el doble discurso de la izquierda!

Ellos piensan de una forma cuando son oposición y luego, al ser Gobierno, cambian magistralmente de opinión y cometen los mismos abusos y atropellos que en otrora denunciaban; también se ha difundido la imagen de una marcha de los años 80 cuando se veía a muchos de los hoy integrantes del Psuv pidiendo respeto a los Derechos Humanos, sin embargo ¿hoy quien los respeta?

La dualidad moral que presenta la izquierda es sin parangón. En ocasiones acusarnos de inmorales es un grave error, porque el término lleva intrínseco la existencia de valores, cuando lo correcto es denominarlos “amorales” porque son carentes de cualquier sentido ético de la política e incluso de la vida misma.
Usted me pedirá, y está en su derecho, otro ejemplo y aquí lo citaré:

Los inquilinos de Miraflores llaman a la paz ya que sin duda poseen el agua hasta el cuello, no obstante en otro momento son los propios que cuando se sienten a placer desprecian y marginan sin ningún tipo de temor.

Cuando la Iglesia Católica, siempre titán a la hora de fomentar el diálogo en el mundo, le ha pedido misericordia al régimen con diferentes casos de abusos e injusticias, éstos groseramente han respondido con más agresión.

Y esto lo vemos el día de hoy, mientras Nicolás aparece en la televisión con voz casi quebrada pidiendo entendimiento, por el otro lado se observan a los llamados Colectivos sembrando el pánico por todas partes.

El doble discurso marxista es ancestral, es parte de su adoctrinamiento ya caduco y oxidado. La amoralidad de sus acciones es sinónimo al cumplimiento de su deber “militante”.

Cómo la izquierda puede hablar de violencia cuando el propio ex presidente, desaparecido, tenía las “santas voluntades” de calificar a los asesinos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) como un factor beligerante, cuando en realidad son una mafia que ha regado el solio neogranadino con miles de litros de sangre de inocentes a los largo de décadas y décadas de guerra.

Tengan por seguro que el régimen castro-madurista al extender una mano, de seguro esconde en la otra el cuchillo, ¡cuidado con abrazos de puñaladas!

Twitter: @jdsolorzano


miércoles, 5 de marzo de 2014

Sueños en las calles

Cogito ergo sum-. Las calles de Venezuela están ardiendo, mientras suenan las cacerolas. Las calles de nuestro país se levantan al ritmo del “Gloria al Bravo Pueblo” con banderas que acarician las brisas y con deseos de soñar por un nuevo país.

¡Sí, soñar! La juventud en la calle sueña con una Venezuela realmente libre, con una Venezuela que sea garantía de su presente y de su futuro, donde pensar diferente no sea un delito y donde puedan desarrollar todos sus talentos.

Sueñan las mujeres, las madres con un país donde sus hijos sean cada vez más grandes, donde puedan salir sin que ellas se queden con el alma en vilo por causa de una delincuencia que no perdona a nada ni a  nadie.
La lucha que se está dando en las calles es la reacción lógica y natural de un pueblo que se siente ahogado por las pésimas decisiones sociales, políticas y económicas. Es la posición airada, en cierto sentido, de una nación que se ve engañada y estafada por un régimen que en 15 años prometió y jamás cumplió.

El humo que se levanta como columnas en las manifestaciones de calle son producto de los potes de humo que por años ha levantado un Gobierno para tratar de tapar su propia incapacidad para resolver los inmensos problemas que se han ido agudizando diariamente en la nación.

Las calles son hoy el escenario de un malestar colectivo.

Algunos dicen que los barrios no han salido a protestar, es que ellos tienen años manifestándose o es que ¿cuándo han trancado carreteras por el mal servicio eléctrico no están activándose contra el régimen?, ¿cuándo los transportistas cierran calles por el estado de las vías no es otra demostración de repudio popular a este fracaso de Gobierno?

Las comunidades se han expresado y lo hacen diariamente. Miles son las mujeres y hombres que recriminan al Estado su torpeza económica que ha llevado a miles a hacer incontables colas para comprar lo que se encuentra, porque el desabastecimiento cada vez es más notorio y agudo.

Es el pueblo de a pie el que más ha sufrido por este régimen de izquierda trasnochada y de hojalata y es el que más sueña con el fin de esta pesadilla que lleva tres lustros amargándole la vida a propios y extraños.
O es que nuestros sectores populares se sienten a placer con las misiones sociales venidas a menos; los módulos de Barrio Adentro son monumentos a la desidia y al fiasco rojo rojito, el plan “Barrio nuevo, Barrio Tricolor” no pasa de unos murales y de fotografías para engrosar las publicaciones propagandísticas del Gobierno.

Hoy son miles los venezolanos que protestan contra el régimen, sin embargo son millones los que rechazan en sí todo lo que representa la debacle oficialista encabezada por Nicolás Maduro.

Son incontables los sueños de libertad que se escuchan y sienten en la calle. Se escuchan ilusiones y esperanzas en las caminatas, en las misas, en las acciones de calle, se sienten deseos de un mejor mañana en el mercado, en el carrito por puesto, en la farmacia, en el hospital.

Por todas partes los venezolanos, por millones, se expresan en diferentes formas en contra de un Gobierno que cayó en total desgracia, porque perdió la calle, perdió credibilidad internacional y hace rato que está quebrado, por ende, sale corriendo a Moscú y Pekín para pedir dinero endeudando más a los venezolanos.

Saben que están perdidos. Nadie puede, ni podrá, con un pueblo que sueña y que está decidido a hacer realidad sus sueños, eso es lo que ocurre en Venezuela, el pueblo se despierta y se suma a la lucha colectiva por un sueño que se llama: VENEZUELA LIBRE.


Twitter: @jdsolorzano