Mar de Leva-. Siempre han existido, siempre existirán, muchos de
sus autores se esconden en las “tinieblas” del anonimato, debido a que en
ocasiones este tipo de acciones no son comprendidas por los objetos de este
tipo de acciones comunicacionales que son tan antiguas como la humanidad misma,
sin embargo las campañas negras son tan vitales como cualquier otra.
René Sánchez Juárez en un
artículo analítico aseveró que en México “a
partir de la campaña negra que se dio en el 2006 sobre todo en contra de Andrés
Manuel López Obrador, los debates y análisis de éste “nuevo” método de hacer
campaña, generaron un encono social y contraponiendo a las clases sociales,
donde tan malo era ser de derecha como de izquierda”.
John Gray Greer, un connotado
catedrático que perteneció al claustro de profesores del Departamento de
Ciencia Política de la Universidad de Vanderbilt, sostenía la premisa disruptiva
de que: en época electoral, las campañas
negras sirven para promover y enaltecer la competencia democrática.
Las campañas negras son parte de
la construcción de conceptos comunicacionales que se encargan de penetrar en la
Opinión Pública con el propósito de influir de una forma u otra en el
electorado.
En Perú, tardíamente la candidata
Keiko Fujimori, adelantó una campaña de este tipo para pretender detener el
avance de Ollanta Humala, gracias a ello varias escenas se repetían en las
calles peruanas, como estás, que trascribo (Extraído de https://mahuechi.wordpress.com) aquí:
“Voy a votar por Keiko”, comenta una joven saliendo de su
instituto educativo; ¿Y por qué no por Ollanta?,
le dice la amiga. “Porque dicen que
Ollanta va a hacer el socialismo”… ¿Y
qué es el socialismo?, repregunta la amiga. “Lo que hay en Venezuela”. ¿Y
qué es lo que hay en Venezuela?” No sé, pero así dicen en la televisión”.
Este diálogo es parte del producto de los mensajes que se introducen en la
opinión pública para tratar de menoscabar la intención de voto del candidato
opositor, en Venezuela vemos que el oficialismo se ha encargado diligentemente
de emprender campañas negras muy bien orquestadas, como por ejemplo:
-
La denuncia de que Capriles fue apresado en su
juventud en medio de un encuentro sexual contra natura.
-
Que la oposición quemó varias sedes de los
Centros de Diagnóstico Integral (centros médicos públicos) luego de conocer los resultados electorales del 14
de abril y que Capriles llamara a manifestar en las calles por el resultado
apretado y pidiendo reconteo de los votos.
Las campañas negras son parte de
las estrategias electorales de aquellos abanderados que normalmente se hacen
con el triunfo, sin embargo el uso de estas técnicas no pueden ser improvisadas
ni mucho menos bajo la óptica del “ensayo y error” porque las consecuencias de ello
sería de pronóstico “negro”.
En ocasiones es necesario
transitar por los caminos oscuros para llegar a la claridad del triunfo
electoral. Las comunicaciones no son sencillamente los esquemas tradicionales
que la mayoría maneja o cree manejar, sino que estas van mucho más allá en un
universo casi infinito.
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