martes, 20 de agosto de 2013

Habilitación mental

Cogito ergo sum-.  Me parece que algunos en este país necesitan una habilitación mental, porque no están utilizando todas sus capacidades cerebrales, sin embargo esto no es peligroso, lo que sí es alarmante es que mucho de ellos tienen libre desenvoltura en los medios de comunicación e incluso en toma de decisiones importantes. ¡Dios nos cuide!

La Ley Habilitante según mi criterio no está justificada para combatir la corrupción, debido a que este flagelo no proviene de una dificultad o vacío constitucional, por el contrario si algo produce la corrupción es la inmoralidad y la carencia de formación política y pública.

El corrupto es sencillamente un inmoral, un hombre y/o mujer que no tiene límites en su egoísmo y en su individualismo, entonces esto no se detiene con uno o dos artículos en la Constitución, por el contrario se eliminará el día que cada uno de nosotros asumamos nuestro rol en la construcción de una sociedad más limpia y justa y, sobre todo, cuando el Estado dé un paso al frente y en verdad se enserie en la lucha contra esta triste realidad.

Quisiera, antes de exponer otras ideas propias citar a tres personajes de la vida pública nacional, el primero el señor Hermán Escarrá, quien aseveró que:

“En el artículo 203 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, las leyes habilitantes están consagradas junto con las leyes orgánicas, en donde establece los mecanismos de control y el sistema que debe aprobarse para que el Jefe de Estado a través de la Ley Habilitante pueda legislar y tomar decisiones fundamentales, bien sea de nuevas leyes o de reformas parciales en el sistema jurídico que existe en contra de la corrupción”.

Por su parte el joven diputado de la alternativa democrática, Stalin González, también se expresó de la siguiente forma:

“La lucha contra la corrupción requiere de voluntad política, y ello exige el respeto a la Constitución vigente y las leyes destinadas para tal fin. El presente gobierno se caracteriza por la más absoluta opacidad en el manejo de la información pública, incluyendo una gran parte de los ingresos de la nación, que han sido colocados fuera del control parlamentario y son manejados a discreción, estando aquí una de las principales fuentes de corrupción: la falta de transparencia”.

Y el tercero al que quiero traer a colocación es al mismísimo Nicolás Maduro quien manifestó que:

“Voy a pedir, compañero presidente de la AN, una Ley Habilitante para ir a un proceso profundo y establecer las normas más rígidas y severas para combatir la corrupción y la pena más severa para castigar todos los delitos de lavado de dinero, de legitimación de capitales”.

Ahora bien, la habilitante no es, como ya dijimos, un requisito necesario para batallar en contra de la inmoralidad administrativa, lo que el Gobierno necesita, si en verdad asume esta lucha, es mano dura y rectitud en todas sus decisiones y acciones.

Lo que pareciera que es la pretensión de Nicolás y su combo es crear la sensación de que ellos levantan las banderas de la anti-corrupción y colocan en el terreno de los diputados de la oposición la decisión de aprobarle o no la habilitante, en el primer caso ellos ganan porque empezaran ciertas acciones y surgirán algunos chivo expiatorios y en el segundo de los casos serían los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) una “sociedad de cómplices” como ya lo aseveró Diosdado Cabello.

Aquel que no vea la estrategia oficial y la trampa que se cierne sobre la oposición es que se niega a verla, en un estado subconsciente, o ese sí necesita una habilitante, en este caso, mental.
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