Cogito ergo sum (@jdsolorzano)-. Con todo el respeto que me merecen
mis apreciados lectores en esta ocasión abordaré un tema que es poco agradable,
aunque hablaré como casi siempre de política, los elementos que redactaré en
esta ocasión son más deprimentes de lo normal.
Disertaré movido por mi deber
moral sobre las “Tres M” que
caracterizan al señor Maduro, que definitivamente son las que describen su
elocuente desatino presidencial.
Primera M - Matrimonio: El
señor “presidente” oficializó “por las leyes de la República lo que ya existía”
con la ahora Primera Dama de la República, Cilia Flores, si podemos hacer un
breve ejercicio de memoria podemos rememorar la aseveración del, desaparecido
en acción, Mario Silva, en la polémica grabación donde se oía decir que:
“Allí quien manda el Cilia, Nicolás se deja manipular por ella… Ella lo
manipula”…
Entonces, según se escuchaba en
la tan escalofriante revelación, del supuesto diálogo entre Silva con un
presunto representante de la inteligencia cubana, se advertía sobre el poder de
la compañera sentimental de Nicolás, y ahora podemos decir que su nivel de influencia
ahora es “oficial”.
El matrimonio presidencial en
medio de la coyuntura política que se vive en la nación es sin duda alguna un
detalle minúsculo, superfluo, aunque descubre el estatus de las prioridades de
la recién legalizada pareja de Estado.
Mientras por un lado el pueblo
pasa trabajo, el neo-matrimonio revolucionario está más pendiente de establecer
legalmente su unión que de solventar las necesidades de la mayoría de la república.
Segunda M - Miseria: La miseria reinante en el seno del Gobierno es
de distinta índole y magnitud.
Está la miseria del pueblo, esa
que se descubre en los problemas que enfrentan las madres y padres de familia
para alimentar a sus hijos. Por un lado el alto costo de la vida devora los
insignificantes salarios y por el otro la red de suministro y expendio de
alimentos oficial sólo distribuye productos de dudosa calidad.
También está la miseria humana de
algunos paladines del oficialismo, esos que a pesar que los venezolanos pasamos
necesidad, uno los ve con lujosos trajes, con relojes caros y demás adornos que
para nada son baratijas. Aquí es cuando nos preguntamos ¿no era que ser rico
era malo?
Igualmente está la miseria de
intelecto. Sin duda no todo el mundo posee una cultura amplia, una educación
sólida, o la inteligencia innata legada por Dios, existen muchos, y dentro del
madurismo es lo que abunda, que son pobres de espíritu y de mente. ¿En manos de
quién estamos?... ¡De los perores!
Tercera M - Mamarrachadas: Más allá de los intereses de la pareja
presidencial, por encima de las condiciones personales de cada quien vale
resaltar en este breve artículo que, como dice la Biblia, es a través de los
hechos que “los conoceréis”, y si duda los venezolanos los estamos conociendo.
En estos meses del madurismo,
Nicolás, junto con Elías y Diosdado, han demostrado que si se puede ser peor
cada día, si alguien pensaba que podía haber algo peor que Hugo, bueno aquí lo
estamos viendo, por eso es que nada es imposible en este mundo.
La mamarrachada internacional de
Nicolás es sorprendente, ha dejado en diversas oportunidades en ridículo al
país; su cacareado gobierno de calle no es más que simple y balurda estrategia
propagandística para tratar de limpiar su ya menoscabada imagen pública.
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