Cogito ergo sum-. La historia política de la humanidad está llena de casos y episodios que
describen la sagacidad como el mecanismo más adecuado para aquel que desee
sobrevivir en un mundo donde las apariencias engañan y donde el servicio al
prójimo está rodeado por el campo minado de las mentiras y trampas de los
truhanes que sin principios desdicen con su actuar el valor real del
"deber ser político".
En Venezuela hemos visto como algunos dirigentes empeñando
sus ideales, traicionándose a sí mismos y a lo que representan han vendido su
alma y su credibilidad a cambio de unos
"centavos" que pueden servir para lujos y comodidades, pero que jamás
podrán ser parangoneados con la dicha de ser leales a un pensamiento y
consecuentes con tu elector, con ese seguidor que confía en tu visión y en tu
compromiso de ayudarlo para que obtenga una vida mejor.
Los canallas de la "polis", que en muchas ocasiones
son aquellos que luciendo sus mejores galas son los incitadores de las más
nefastas acciones que normalmente no solo afectan la deontología de la
política, sino la realidad tangible y palpable de muchos ciudadanos que se
convierten en sus víctimas colaterales, son los parteros del caos de la vida
pública actual y son los causantes de la debacle de la sociedad moderna.
Aquí, en nuestros país, hemos observado como el actual
Gobierno que es experto en show mediáticos, falsas esperanzas y tramoyas bien
diseñadas, ha edificado una serie de engaños colectivos, de medias verdades y
campañas de desprestigios dirigidas a mellar la moral de los dirigentes
democráticos, mientras infunden confianza, esperanzas y más ímpetu a sus
propias bases partidarias; recientemente con la enfermedad del presidente
Chávez observamos como la alta cúpula de la nación manejó las emociones de sus
seguidores con partes médicos, fotos y otros mecanismos de manipulación,
como pasos de una estrategia de victimización del líder y del nacimiento del
mito político que le permitirá a sus deudos partidistas mantenerse en el poder.
Acá en nuestro Anzoátegui entrañable observamos como el
ex-gobernador de la región, David De Lima, actúo como el ángel de la infamia al
recorrer la entidad en busca de débiles de principios para crear una ola de
"apoyos" hacia Istúriz para afectar la candidatura de la unidad
democrática. ¡Otra trampa más, digna del más hábil arquitecto de la política
sucia florentina en los días del Renacimiento!
Pero para irnos a otro caso rápidamente, motivados por las
razones de espacio, quisiera referirme a la última demostración de desfachatez
política de otro granuja, el alcalde saliente de Lechería, quien presuntamente le
entregó al chavismo los documentos de unas causas, por cierto ya sobreseidas
por los tribunales competentes, en contra del candidato Gustavo Marcano; sin
entrar en consideraciones ya harto explicadas me abocaré a deshilar el tejido
que conforma la red que se prepara alrededor de este supuesto complot.
Personeros del oficialismo, entre ellos pudiese estar un
diputado actual, se enlazaron con representantes de la alcaldía, consiguiendo aparentemente así entablar un acuerdo con el
mandatario local en el cual éste le entregaba a ellos las "pruebas"
en contra de Marcano, y éstos en recompensa a sus "buenos oficios" se
comprometían a proceder en contra del señalado luego que inscribiera su
candidatura al ayuntamiento, inhabilitándolo, y no dejándole otra opción a los
partidos de la MUD que apoyar a seudo-opositor, quien para lograr esto se
quiere hacer desde ya con la postulación de al menos de 3 partidos nacionales
de la oposición, entre ellos su organización Un Nuevo Tiempo.
Vemos como las trampas son las herramientas del bribón, y con
lo cual usted, apreciado lector, puede diferenciar entre el
politiquero-tramposo, y el político que aún siendo hábil y sagaz mantiene su
moral y principios intactos.
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