lunes, 14 de mayo de 2012
Manuel Rosales es inocente
Cogito ergo sum-. Como un castillo de arena se vienen derrumbando las mentiras judiciales que el régimen ha construido para arremeter en contra de la dirigencia democrática del país. Sólo bastó con dos pajaritos cantando para que el país entero conociera la patética realidad de los tribunales venezolanos.
Aunque es cierto que para nadie fue una sorpresa lo denunciado por los tristemente célebres Eladio Aponte Aponte y Luis Velásquez Alvaray, sus denuncias dejaron al descubierto toda la podredumbre que habita en el poder judicial venezolano. Pero lo que más sobrepasó la imaginación y las suposiciones de todos los connacionales son los espantosos vínculos de altos efectivos de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales con el narcotráfico.
Pero lo importante de está olla destapada es que empezamos a conocer como es el juego del poder en el “proceso”, ya sabemos que aliñado está el guiso de la revolución, ya podemos afirmar que los Velásquez Alvaray y Eladio Aponte Aponte son “hechos en socialismo”, pero también podemos salir a la calle y responderle a aquellos militantes de camisas del “Che” Guevara y consignas habaneras que el gobernador del Zulia y uno de los máximos representantes de los demócratas de este país, Manuel Rosales Guerrero, es completamente inocente de las oscuras y venenosas patrañas, que el régimen en su desespero de cortarle el paso, inventó para obligarlo a salir del país.
Manuel Rosales, ese mismo que inició el resurgir de la democracia en el país, el que tuvo la valentía en aquellos “idus” del 2006 salir a la calle, recorrer el país, denunciar las tropelías de la gestión roja, rojita y decirle a todo el pueblo que se “atreviera a cambiar”, hoy es reivindicado por la historia, por los hechos y por la verdad.
Hoy se rasgó el velo. Hoy la mentira del régimen quedó al desnudo. Ya conoce el país como se maneja la justicia venezolana, como desde la Vicepresidencia de la república se pretende decidir quién es condenado y quien no, teniendo como fiel de la balanza la subordinación hacia el Gobierno Nacional. Pero hoy el pueblo de Venezuela, ese que está sufriendo los avatares de un camino aún espinoso, sabe que ese hombre que se atrevió a enfrentarse a Chávez sigue siendo el mismo gigante del Zulia, sigue siendo el mismo titán de la democracia, el mismo luchador de siempre.
Para terminar es lamentable afirmar que Venezuela padece en carne viva las inclemencias de un gobierno sin ninguna moral, sin ningún remordimiento, este país presencia una gestión que ni siquiera expresa un ápice de sentimiento por todas las personas que siendo inocentes están en las cáceles como delincuentes o fuera de su amado país, esta administración actúa sin corazón, porque es sabido que los regímenes comunistas carecen de ello.
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