lunes, 30 de abril de 2012
“Cuando se levante oriente”
Cogito ergo sum-. Inicio este artículo con esta frase que atinó a decir en Barcelona el otrora candidato de la alternativa democrática para las elecciones presidenciales del 2006, Manuel Rosales. En medio de una actividad efectuada en la capital anzoatiguense, el dirigente político de la oposición aseveró que “cuando se levante oriente, se levantará toda Venezuela”, estas palabras sin lugar a dudas fueron proféticas, desde que la región Nor-oriental del país ha ido desprendiéndose de su apego al chavismo, este factor político ha empezado a conocer la hiel de la derrota.
Pero el camino de democratización se inició en Anzoátegui, ese levantamiento libertario que hacía alusión Rosales tuvo un parto en los centros de votación de este estado. Desde la elección sobre la reforma constitucional los anzoatiguenses empezaron a dar sus primeros indicios de molestias en contra de un régimen que los ha desatendido y mantenido en el más profundo de las desdichas colectivas, con problemas que evolucionaron de génesis a tragedias.
Oriente se ha levantado, Anzoátegui se ha puesto de pie, los resultados comiciales del 26 de septiembre así lo demuestran, y han sido reafirmados en la alta participación democrática en medio de la escogencia del abanderado unitario que resultó de las primarias. Cada vez que esta región se ha inclinado hacia los factores de la disidencia, estos alcanzan la victoria a escala nacional, porque oriente se convierte en el factor que inclina la balanza hacia uno u otro lado.
Si Anzoátegui fue el camino hacia Angostura, hacia la libertad, como la calificaban algunos historiadores cuando narraban los episodios que marcaron el devenir de la segunda república, entonces no es descabellado aseverar que hoy Anzoátegui es el camino hacia la democratización plena del país. Desde esta entidad se genera un incipiente sentir de cambio en toda la república, desde sus urnas de votación se irradia para todo el oriente una opinión que sufre una metamorfosis dando paso a una pasión que se manifiesta en lo que en matemática electoral se denomina una “tendencia”.
Entonces, a la vista de esta realidad y conociendo la inclinación electoral que ha tenido Anzoátegui en los últimos procesos, podemos advertir que en esta tierra se impondrá la candidatura de Henrique Capriles Randoski para la presidencia, que Antonio Barreto Sira será el próximo gobernador del estado y que la mayoría de los municipios serán recuperados por los factores de la democracia.
Para que el levantamiento democrático sea irreversible, para que Anzoátegui y oriente se vuelvan a poner de pie para que sirvan de inspiración al resto de la nación, usted respetado lector debe levantarse con determinación y dar todo por un Anzoátegui diferente, dar todo por un oriente que lo necesita y dar todo por una Venezuela que clama por tu mano y esfuerzos.
martes, 24 de abril de 2012
Aponte y la comunicación reactiva
Mar de Leva-. El caso del ex magistrado Eladio Aponte Aponte es una oportunidad de oro para efectuar una evaluación exhaustiva, más allá de las implicaciones políticas, sociales y morales que de por sí trae colgando este triste episodio, del manejo que el gobierno de Chávez emplea en materia comunicacional y la estrategia de posicionamiento reactivo trasmutado en un ataque sistematizado en contra de sus adversarios políticos.
Es digno de estudiar con detenimiento este caso, entendiéndolo y palpándolo desde la óptica de la campaña mediática del régimen, por ende, debemos observar primeramente que ante la eminencia de las revelaciones del antiguo jerarca del poder judicial venezolano, los voceros del Gobierno Nacional emprendieron la ardua tarea de desprestigiar al tentativo delator, y a priori a desestimar cualquier tipo de declaraciones que éste pudiese dar vulnerando así la ya frágil imagen de la administración actual criolla.
A través de la poderosa red de comunicaciones del Estado, para algunos mecanismos llanamente del partido de gobierno o para otros simples ventanas de manipulación alrededor de la imagen presidencial, emprendió mediante opinadores de oficio y noticias claramente estereotipadas en una campaña de difusión de conceptos propagandísticos, la proliferación de mensajes argumentados que menospreciaban desde el punto de vista político, social y moral, al otrora magistrado de la alta corte venezolana.
La estrategia del gobierno, luego de desestimar las posibles declaraciones del abogado “aliado” de la DEA, se enfiló en criticar la actuación del ente norteamericano anti-drogas, recalcando el ya utilizado y hasta ahora efectivo discurso de encarnación del “mal” en la figura del enemigo externo. Posteriormente los distintos voceros del gobierno y los diferentes actores de la opinión pública afectos al sistema imperante en Venezuela comenzaron a calificar al ex magistrado Aponte como el “nuevo dirigente de la oposición venezolana” pretendiendo hacer una vinculación entre el juez “inmoral” con la estructura de la disidencia política nacional.
El meollo de la táctica oficialista estriba esencialmente en allanar el camino del descredito del denunciante y a su vez de sus denuncias, luego profundizar en el concepto ya público, y en algunos sectores del chavismo radical enraizado hondamente, de que el enemigo internacional vuelve a arremeter en contra del “bien” representado por las luchas “libertadoras de la revolución” y por último el remate de introducir la imagen deteriorada del magistrado entre las filas de la oposición, buscando dentro del manejo de la manipulación de masas un enlazamiento conceptual entre éste y las fuerzas opositoras, para así dañar el perfil de la dirigencia adversa al régimen.
En resumidas cuentas podemos afirmar, sin temor alguno, que el régimen de Hugo Chávez puede salir con la menor cantidad de heridas posibles ante este escándalo gracias al manejo comunicacional que efectúa, esto siempre y cuando la oposición no rediseñe un plan de comunicaciones que implique una respuesta rápida, argumentada, simple en su estructura y penetrante en todas las capas sociales y políticas, no sólo en el voto tradicional disidente, que pueda revertir la tendencia que trata de imponer el gobierno.
lunes, 23 de abril de 2012
Adiós a grandes líderes
Cogito ergo sum-. Es lamentable reflexionar sobre el paso inexorable del tiempo, es triste observar impávidos como el reloj prosigue en su eterno caminar y con ello se lleva bondades de la vida, fuerzas trascendentales, y esperanzas del alma, es curioso ver pasar delante de nosotros a seres ejemplares que con su humilde proceder dejaron huellas de sacrificio, honradez y gallardía en nuestro país, es asombroso palpar como aquellas personas que han sido iconos de la vida social de la nación, que vivieron para y por Venezuela, van sucumbiendo ante la mirada rígida del destino, mientras su cuerpo débil se desploma dejando un gran legado de ejemplos que están a la disposición de aquellos que quieran seguir sus pasos.
Nos han dejado grandes pro-hombres de la democracia cristiana venezolana, le tuvimos que decir adiós a los ex presidentes Luis Herrera Campins y Rafael Caldera, cada uno a su estilo y visión dejaron detrás de sí un comportamiento intachable, una obra de gobierno innegable y una solidez de espíritu sólo digna de aquellas individualidades que nacieron para dejar recuerdos imperturbables. Además de ellos, seres éticos con un alto sentido de la moralidad, hemos visto desaparecer en la lontananza de la existencia a hombres que también fueron aliciente intelectual de esa venezolanidad que aún no ha encontrado la cúspide de su máxima gloria, personas como Hilarión Cardozo, Rafael Andrés Montes de Oca “Pepi”, Arístides Beaujón, y tantos otros que marcaron historia patria con sus yerros y sus aciertos.
El partido Copei ha sido, y estoy convencido que seguirá siendo, una gran escuela de formación política, de desarrollo del alma y una universidad forjadora de espíritus vivos que amando a su tierra son capaces de estructurar caminos para la consolidación de la Justicia Social para una Venezuela Mejor. Estos líderes políticos que nos han abandonado en los últimos tiempos sólo han sido la vanguardia de decenas de políticos éticos que han luchado sin la menor reserva por la instauración de una república verdaderamente justa y popular, donde la ciudadanía sea protagonista indiscutible de su propio porvenir.
Estos demócratas-humanistas que formaron batallones de dirigentes con elevadísima moral, que dejaron una muestra palpable y reconocible de que sí se puede realizar una vida política casada, enamorada y entregada con la ética, con la paz ciudadana y con el deber ser, son prototipos de lo que debiera ser nuestro comprotamiento.
Venezuela entera le dice Adiós a estos líderes morales, pero sobre todo los militantes, dirigentes de Copei y todos aquellos que nos hacemos llamar, con pecho hinchado y ojos vibrantes, demócratas cristianos le agradecemos a estos líderes honorables, a estos decentes fundadores de la libertad venezolana, su entrega y dedicación por la república que hoy los socialcristianos del presente debemos defender con la misma pasión con que aquellos partearon la democracia.
lunes, 16 de abril de 2012
La inmoralidad se toma con “vinotinto”
Cogito ergo sum-. Aunque esta es mi columna semanal donde abordo temas de interés nacional, quisiera con el permiso de mis apreciados lectores hacer una serie de reflexiones morales del quehacer político de varias entidades del país y en especial de Anzoátegui, tierra donde nací y vivo gracias a la bondad de Dios.
Sin hacer referencias personales para no entrar en diatribas que juzgo estériles e innecesarias, quisiera hacerle un llamado a los gobernantes que en la actualidad gozan de las mieles del poder público, primeramente quisiera recordarles que lo único seguro que tenemos al llegar a las cúspides políticas es que tarde o temprano saldremos de ella y que es mejor seguir un camino recto y conciliador, salvando las ocasiones donde amerite por necesidad algún comportamiento diferente, que andar con hacha en mano descabezando a propios y extraños simplemente para satisfacer un deseo egocéntrico de superioridad intangible. También me agradaría aconsejarles que: quien no escucha a su comunidad, ni empuja con ella o sin ella, proyectos de interés colectivo estará condenado, sin defensa alguna, al escarnio de la historia.
Vemos con la mayor incredulidad como en este momento gobernantes locales y regionales en Venezuela se comportan como si fuesen reencarnaciones de antiguos sultanes árabes o herederos “por la gracia de Dios” al trono de algún reino medieval o de algún ducado europeo, observamos con asombro como un número importante alcaldes, y para muestra el ejemplo de los mandatarios de la zona Norte de Anzoátegui, se creen dueños y señores de la “verdad” y que sus ideas aún siendo consideradas descabelladas por su pueblo y por sus acólitos no son abandonadas por ellos y en su demencial impulso de mantenerse con la “fuerza” de su voluntad, algo que pudiéramos calificar, recordando al tristemente célebre Emperador Nerón, como el nerodismo político venezolano, prosiguen en su ejecución por encima de cualquier razonamiento político, moral, legal e inclusive cultural.
En la zona metropolitana de Anzoátegui observamos casos de nerodismo crónico, tanto en Barcelona, Puerto La Cruz, Guanta y Lechería, palpamos como los gobernantes se han embriagado en el néctar de su opulento poder, que han sucumbido ante el licor de las ambiciones y la poca consideración al pueblo, vemos con asombro casi infantil como beodos de la política se comportan cual Nerón tocando la lira mientras Roma arde, en aquel éxtasis de personalismo y de frenesí implacables.
Vemos, oímos, sentimos y padecemos como estos burgomaestres con su borrachera de poder le dan la espalda a todo aquello que los rodea, una demostración de esto es el hecho que ha copado las primeras páginas en los medios regionales de Anzoátegui con relación a la disputa entre el Parque Virgen del Valle, aupado por los vecinos de Lechería, y el proyecto deportivo del alcalde con el seleccionador técnico, César Farías. Mientras los primeros defienden sus derechos, los segundos sólo piensan en la “botella de vino repleta”.
Pareciera, para culminar, que la inmoralidad e ilegalidad se toma con un poco de “vintotinto” bien seco.
Sin hacer referencias personales para no entrar en diatribas que juzgo estériles e innecesarias, quisiera hacerle un llamado a los gobernantes que en la actualidad gozan de las mieles del poder público, primeramente quisiera recordarles que lo único seguro que tenemos al llegar a las cúspides políticas es que tarde o temprano saldremos de ella y que es mejor seguir un camino recto y conciliador, salvando las ocasiones donde amerite por necesidad algún comportamiento diferente, que andar con hacha en mano descabezando a propios y extraños simplemente para satisfacer un deseo egocéntrico de superioridad intangible. También me agradaría aconsejarles que: quien no escucha a su comunidad, ni empuja con ella o sin ella, proyectos de interés colectivo estará condenado, sin defensa alguna, al escarnio de la historia.
Vemos con la mayor incredulidad como en este momento gobernantes locales y regionales en Venezuela se comportan como si fuesen reencarnaciones de antiguos sultanes árabes o herederos “por la gracia de Dios” al trono de algún reino medieval o de algún ducado europeo, observamos con asombro como un número importante alcaldes, y para muestra el ejemplo de los mandatarios de la zona Norte de Anzoátegui, se creen dueños y señores de la “verdad” y que sus ideas aún siendo consideradas descabelladas por su pueblo y por sus acólitos no son abandonadas por ellos y en su demencial impulso de mantenerse con la “fuerza” de su voluntad, algo que pudiéramos calificar, recordando al tristemente célebre Emperador Nerón, como el nerodismo político venezolano, prosiguen en su ejecución por encima de cualquier razonamiento político, moral, legal e inclusive cultural.
En la zona metropolitana de Anzoátegui observamos casos de nerodismo crónico, tanto en Barcelona, Puerto La Cruz, Guanta y Lechería, palpamos como los gobernantes se han embriagado en el néctar de su opulento poder, que han sucumbido ante el licor de las ambiciones y la poca consideración al pueblo, vemos con asombro casi infantil como beodos de la política se comportan cual Nerón tocando la lira mientras Roma arde, en aquel éxtasis de personalismo y de frenesí implacables.
Vemos, oímos, sentimos y padecemos como estos burgomaestres con su borrachera de poder le dan la espalda a todo aquello que los rodea, una demostración de esto es el hecho que ha copado las primeras páginas en los medios regionales de Anzoátegui con relación a la disputa entre el Parque Virgen del Valle, aupado por los vecinos de Lechería, y el proyecto deportivo del alcalde con el seleccionador técnico, César Farías. Mientras los primeros defienden sus derechos, los segundos sólo piensan en la “botella de vino repleta”.
Pareciera, para culminar, que la inmoralidad e ilegalidad se toma con un poco de “vintotinto” bien seco.
lunes, 9 de abril de 2012
A una década del primer paso
Cogito ergo sum-. Hace una década atrás cursaba mis estudios de Comunicación Social y era activo militante de las filas de la democracia cristiana venezolana, era parte de aquella generación de jóvenes con inquietudes políticas que en aquellos días observamos con incredulidad y esperanza los hechos que marcaron los “idus” de abril del 2002 y que a su vez dejaron su impronta en el quehacer público posterior.
Si algún episodio de la vorágine política carmesí tiene el valor necesario para ser evaluada por la historia, sin duda alguna son esos días de abril de hace 10 años atrás. El gobierno de Hugo Chávez enflaquecía en su apoyo popular, millones de venezolanos salían a las calles a manifestar su rechazo a las medidas que impulsaba una gestión que aún no descubría su real rostro comunista, pero la carencia de partidos políticos con fuerza y el clima de la anti-política seguía vivo en las almas y corazones de una nación inmersa en una diatriba descomunal, esto conllevó a que la dirección de una serie de hechos políticos estuvieran en las manos de novatos y de actores de la sociedad civil que desconocían las verdaderas dimensiones de las decisiones que tomaron o que dejaron de hacerlas.
El 11, 12 y 13 de abril son momentos que no se olvidarán fácilmente, y menos para aquella generación de estudiantes universitarios que vimos como la fuerza ciudadana echaba por tierra a un régimen que ordenó disparar en contra de la marcha pacífica de venezolanos que manifestaban su rechazo en contra de las políticas de una administración que se volvía cada vez más ciega, sorda y muda, pero también fuimos testigos de cómo la inexperiencia en el poder es nefasta e inclusive perjudicial para la salud pública de un país, vimos acceder al poder a la “anti-política” que no logró sentarse en la silla cuando ya estaba siendo desalojada del palacio de Miraflores.
En aquellos días de abril Venezuela se debatía en un mundo irreal, quienes éramos jóvenes para entonces comprendimos la necesidad de continuar la lucha a favor de una mejor nación, de prepararnos para momentos difíciles y de enfrentar con gallardía los reveses, pero con altura las victorias, de ese momento de la historia nació una casta política de muchachos que luego fueron reforzados con la ya heroica generación del 2007.
Abril también significó un mes importantísimo para la democratización de las comunicaciones, a pesar que el régimen ha pretendido satanizar aquel episodio cuando las televisoras nacionales partieron la pantalla de dos dejando a un lado la imagen del Jefe del Estado en cadena nacional aseverando que todo estaba en calma y por el otro las horrorosas imágines de miles de personas corriendo por doquier ante el fuego incesante de unos tiradores a discreción, representa un momento que debe ser analizado a través de un cristal más imparcial, debido a que los medios, en esta humilde consideración, no atentaron en contra de la libertad sino por el contrario la hicieron efectiva.
Todos los años en abril debemos recordar que unidos los venezolanos somos capaces de grandes cosas, como aquella marcha de cerca de un millón de personas que desestabilizó a un gobierno de boinas rojas y de un claro sentir antidemocrático, pero también debemos recordar que la organización política es necesaria para la conducción política de un país.
Si algún episodio de la vorágine política carmesí tiene el valor necesario para ser evaluada por la historia, sin duda alguna son esos días de abril de hace 10 años atrás. El gobierno de Hugo Chávez enflaquecía en su apoyo popular, millones de venezolanos salían a las calles a manifestar su rechazo a las medidas que impulsaba una gestión que aún no descubría su real rostro comunista, pero la carencia de partidos políticos con fuerza y el clima de la anti-política seguía vivo en las almas y corazones de una nación inmersa en una diatriba descomunal, esto conllevó a que la dirección de una serie de hechos políticos estuvieran en las manos de novatos y de actores de la sociedad civil que desconocían las verdaderas dimensiones de las decisiones que tomaron o que dejaron de hacerlas.
El 11, 12 y 13 de abril son momentos que no se olvidarán fácilmente, y menos para aquella generación de estudiantes universitarios que vimos como la fuerza ciudadana echaba por tierra a un régimen que ordenó disparar en contra de la marcha pacífica de venezolanos que manifestaban su rechazo en contra de las políticas de una administración que se volvía cada vez más ciega, sorda y muda, pero también fuimos testigos de cómo la inexperiencia en el poder es nefasta e inclusive perjudicial para la salud pública de un país, vimos acceder al poder a la “anti-política” que no logró sentarse en la silla cuando ya estaba siendo desalojada del palacio de Miraflores.
En aquellos días de abril Venezuela se debatía en un mundo irreal, quienes éramos jóvenes para entonces comprendimos la necesidad de continuar la lucha a favor de una mejor nación, de prepararnos para momentos difíciles y de enfrentar con gallardía los reveses, pero con altura las victorias, de ese momento de la historia nació una casta política de muchachos que luego fueron reforzados con la ya heroica generación del 2007.
Abril también significó un mes importantísimo para la democratización de las comunicaciones, a pesar que el régimen ha pretendido satanizar aquel episodio cuando las televisoras nacionales partieron la pantalla de dos dejando a un lado la imagen del Jefe del Estado en cadena nacional aseverando que todo estaba en calma y por el otro las horrorosas imágines de miles de personas corriendo por doquier ante el fuego incesante de unos tiradores a discreción, representa un momento que debe ser analizado a través de un cristal más imparcial, debido a que los medios, en esta humilde consideración, no atentaron en contra de la libertad sino por el contrario la hicieron efectiva.
Todos los años en abril debemos recordar que unidos los venezolanos somos capaces de grandes cosas, como aquella marcha de cerca de un millón de personas que desestabilizó a un gobierno de boinas rojas y de un claro sentir antidemocrático, pero también debemos recordar que la organización política es necesaria para la conducción política de un país.
A una década del primer paso
Cogito ergo sum-. Hace una década atrás cursaba mis estudios de Comunicación Social y era activo militante de las filas de la democracia cristiana venezolana, era parte de aquella generación de jóvenes con inquietudes políticas que en aquellos días observamos con incredulidad y esperanza los hechos que marcaron los “idus” de abril del 2002 y que a su vez dejaron su impronta en el quehacer público posterior.
Si algún episodio de la vorágine política carmesí tiene el valor necesario para ser evaluada por la historia, sin duda alguna son esos días de abril de hace 10 años atrás. El gobierno de Hugo Chávez enflaquecía en su apoyo popular, millones de venezolanos salían a las calles a manifestar su rechazo a las medidas que impulsaba una gestión que aún no descubría su real rostro comunista, pero la carencia de partidos políticos con fuerza y el clima de la anti-política seguía vivo en las almas y corazones de una nación inmersa en una diatriba descomunal, esto conllevó a que la dirección de una serie de hechos políticos estuvieran en las manos de novatos y de actores de la sociedad civil que desconocían las verdaderas dimensiones de las decisiones que tomaron o que dejaron de hacerlas.
El 11, 12 y 13 de abril son momentos que no se olvidarán fácilmente, y menos para aquella generación de estudiantes universitarios que vimos como la fuerza ciudadana echaba por tierra a un régimen que ordenó disparar en contra de la marcha pacífica de venezolanos que manifestaban su rechazo en contra de las políticas de una administración que se volvía cada vez más ciega, sorda y muda, pero también fuimos testigos de cómo la inexperiencia en el poder es nefasta e inclusive perjudicial para la salud pública de un país, vimos acceder al poder a la “anti-política” que no logró sentarse en la silla cuando ya estaba siendo desalojada del palacio de Miraflores.
En aquellos días de abril Venezuela se debatía en un mundo irreal, quienes éramos jóvenes para entonces comprendimos la necesidad de continuar la lucha a favor de una mejor nación, de prepararnos para momentos difíciles y de enfrentar con gallardía los reveses, pero con altura las victorias, de ese momento de la historia nació una casta política de muchachos que luego fueron reforzados con la ya heroica generación del 2007.
Abril también significó un mes importantísimo para la democratización de las comunicaciones, a pesar que el régimen ha pretendido satanizar aquel episodio cuando las televisoras nacionales partieron la pantalla de dos dejando a un lado la imagen del Jefe del Estado en cadena nacional aseverando que todo estaba en calma y por el otro las horrorosas imágines de miles de personas corriendo por doquier ante el fuego incesante de unos tiradores a discreción, representa un momento que debe ser analizado a través de un cristal más imparcial, debido a que los medios, en esta humilde consideración, no atentaron en contra de la libertad sino por el contrario la hicieron efectiva.
Todos los años en abril debemos recordar que unidos los venezolanos somos capaces de grandes cosas, como aquella marcha de cerca de un millón de personas que desestabilizó a un gobierno de boinas rojas y de un claro sentir antidemocrático, pero también debemos recordar que la organización política es necesaria para la conducción política de un país.
Si algún episodio de la vorágine política carmesí tiene el valor necesario para ser evaluada por la historia, sin duda alguna son esos días de abril de hace 10 años atrás. El gobierno de Hugo Chávez enflaquecía en su apoyo popular, millones de venezolanos salían a las calles a manifestar su rechazo a las medidas que impulsaba una gestión que aún no descubría su real rostro comunista, pero la carencia de partidos políticos con fuerza y el clima de la anti-política seguía vivo en las almas y corazones de una nación inmersa en una diatriba descomunal, esto conllevó a que la dirección de una serie de hechos políticos estuvieran en las manos de novatos y de actores de la sociedad civil que desconocían las verdaderas dimensiones de las decisiones que tomaron o que dejaron de hacerlas.
El 11, 12 y 13 de abril son momentos que no se olvidarán fácilmente, y menos para aquella generación de estudiantes universitarios que vimos como la fuerza ciudadana echaba por tierra a un régimen que ordenó disparar en contra de la marcha pacífica de venezolanos que manifestaban su rechazo en contra de las políticas de una administración que se volvía cada vez más ciega, sorda y muda, pero también fuimos testigos de cómo la inexperiencia en el poder es nefasta e inclusive perjudicial para la salud pública de un país, vimos acceder al poder a la “anti-política” que no logró sentarse en la silla cuando ya estaba siendo desalojada del palacio de Miraflores.
En aquellos días de abril Venezuela se debatía en un mundo irreal, quienes éramos jóvenes para entonces comprendimos la necesidad de continuar la lucha a favor de una mejor nación, de prepararnos para momentos difíciles y de enfrentar con gallardía los reveses, pero con altura las victorias, de ese momento de la historia nació una casta política de muchachos que luego fueron reforzados con la ya heroica generación del 2007.
Abril también significó un mes importantísimo para la democratización de las comunicaciones, a pesar que el régimen ha pretendido satanizar aquel episodio cuando las televisoras nacionales partieron la pantalla de dos dejando a un lado la imagen del Jefe del Estado en cadena nacional aseverando que todo estaba en calma y por el otro las horrorosas imágines de miles de personas corriendo por doquier ante el fuego incesante de unos tiradores a discreción, representa un momento que debe ser analizado a través de un cristal más imparcial, debido a que los medios, en esta humilde consideración, no atentaron en contra de la libertad sino por el contrario la hicieron efectiva.
Todos los años en abril debemos recordar que unidos los venezolanos somos capaces de grandes cosas, como aquella marcha de cerca de un millón de personas que desestabilizó a un gobierno de boinas rojas y de un claro sentir antidemocrático, pero también debemos recordar que la organización política es necesaria para la conducción política de un país.
lunes, 2 de abril de 2012
¿Quién gobierna Venezuela?
Cogito ergo sum-. El presidente de la república, Hugo Chávez, pernota más en las cálidas y caribeñas tierras de Cuba que en el suelo patrio, las salas de los centros de asistencia médica donde está recluido el Jefe del Estado venezolano para su tratamiento contra el mal que lo aquejan reciben por mucho más tiempo su presencia que las paredes del Palacio de Miraflores, ante esta realidad innegable nos preguntamos ¿quién gobierna Venezuela?, ¿quién tiene el bastón de mando en esta hora de la patria?, porque por más diligente y efectivo que sea el Presidente, nadie enfermo y a distancia puede manejar un país, o sino pregúntenselo “al Cabito”, Cipriano Castro, a quien, en los vaivenes de la política nacional, el compadre “del alma” le bailó el coroto.
Ni siquiera con la tecnología actual, que le ha permitido a Chávez mediante el uso del twitter, por ejemplo, marcar ciertas posiciones de gobierno y dentro del partido enviar mensajes a sus partidarios, amén de las millas náuticas que hay que recorrer entre Venezuela y la isla de Fidel, le es suficiente para llenar el vacío que cada vez se hace más grande en el ambiente del partido y del gobierno; y es que en año electoral, con el desgaste político que el régimen ha sufrido, no debe ser fácil para sus partidarios no tener al “jefe” al lado guiando la marcha de los acontecimientos.
Pero alguien debe estar mandando en Miraflores, en las últimas semanas el país ha sido testigo del bajo perfil que ha jugado el vicepresidente de la nación, Elías Jaua, quien en las primeras de cambio, cuando todos nos enteramos de la noticia de los males de salud del Presidente, tomó una activa posición, como enviando un mensaje de que “aquí, por ahora, yo soy el que mando”, pero que fue sustituido en este papel por el Presidente de la Asamblea Nacional (AN) y vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, no antes de fundirse en un frenético abrazo con Jaua, como diciendo que entre ellos no hay malos entendidos.
No olvidemos las palabras del hermano del Presidente de “cuidado con los Páez, con los traidores”, será que Adán Chávez, quien estuvo unos días vistiéndose como Hugo, e inclusive se rumoró que si el Jefe de Estado no estaba bien para el momento de la campaña éste pudiera reemplazarlo como el candidato, sabe de alguna jugada en medio de los vestidores de la obra de teatro del socialismo del siglo XXI que el grueso de la población no sepamos. ¿Será que la pugna por el control temporal y heredable del partido y del gobierno están siendo disputado por los dolientes políticos y por los familiares del enfermo de la Habana?.
¿Quién gobierna Venezuela?, esta sigue siendo la pregunta, mientras el Presidente mantiene su tratamiento para mejorar su salud, sus ausencias son más seguidas y prolongadas, se acerca la campaña electoral, y nosotros no sabemos quién efectivamente tiene el control de la república, pero como diría el brujo de la Billo’s “lo que sí se ve clarito es que…” se están matando por la herencia.
Ni siquiera con la tecnología actual, que le ha permitido a Chávez mediante el uso del twitter, por ejemplo, marcar ciertas posiciones de gobierno y dentro del partido enviar mensajes a sus partidarios, amén de las millas náuticas que hay que recorrer entre Venezuela y la isla de Fidel, le es suficiente para llenar el vacío que cada vez se hace más grande en el ambiente del partido y del gobierno; y es que en año electoral, con el desgaste político que el régimen ha sufrido, no debe ser fácil para sus partidarios no tener al “jefe” al lado guiando la marcha de los acontecimientos.
Pero alguien debe estar mandando en Miraflores, en las últimas semanas el país ha sido testigo del bajo perfil que ha jugado el vicepresidente de la nación, Elías Jaua, quien en las primeras de cambio, cuando todos nos enteramos de la noticia de los males de salud del Presidente, tomó una activa posición, como enviando un mensaje de que “aquí, por ahora, yo soy el que mando”, pero que fue sustituido en este papel por el Presidente de la Asamblea Nacional (AN) y vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, no antes de fundirse en un frenético abrazo con Jaua, como diciendo que entre ellos no hay malos entendidos.
No olvidemos las palabras del hermano del Presidente de “cuidado con los Páez, con los traidores”, será que Adán Chávez, quien estuvo unos días vistiéndose como Hugo, e inclusive se rumoró que si el Jefe de Estado no estaba bien para el momento de la campaña éste pudiera reemplazarlo como el candidato, sabe de alguna jugada en medio de los vestidores de la obra de teatro del socialismo del siglo XXI que el grueso de la población no sepamos. ¿Será que la pugna por el control temporal y heredable del partido y del gobierno están siendo disputado por los dolientes políticos y por los familiares del enfermo de la Habana?.
¿Quién gobierna Venezuela?, esta sigue siendo la pregunta, mientras el Presidente mantiene su tratamiento para mejorar su salud, sus ausencias son más seguidas y prolongadas, se acerca la campaña electoral, y nosotros no sabemos quién efectivamente tiene el control de la república, pero como diría el brujo de la Billo’s “lo que sí se ve clarito es que…” se están matando por la herencia.
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