Opinión-. Con motivo a la gira de Su Santidad Benedicto XVI a Latinoamérica, específicamente a México y Cuba, me atrevo a redactar estas líneas motivado por varias razones: soy católico y como tal me llena de sumo orgullo saber que nuestro máximo guía espiritual empezó una peregrinación para llevar el mensaje de la conversión y la esperanza a dos pueblo afligidos, uno por la creciente violencia que enluta a miles de familias y el otro por la trágica suerte de poseer ya cinco décadas bajo el manto de la opresión, me mueve también como creyente la necesidad de solicitarle al Vicario de Cristo para que nos envíe a todos los venezolanos, católicos o no, un mensaje de fortaleza y de esperanzadora voluntad ante los retos que debemos afrontar en este 2012 en curso.
Sabemos que el Sumo Pontífice estará en las tierras antillanas de la Habana justo cuando el Presidente de la República venezolana estará realizando su radioterapia, como parte de la lucha que sostiene contra el cáncer que padece, sería una oportunidad para que Su Santidad le solicitará al Jefe de Estado criollo la liberación de los presos políticos que pernotan en las prisiones nacionales pagando condena el simple hecho de la disidencia o de actuar movidos por su consciencia. Sería importante para todos los venezolanos, creyentes o no, que el Papa en su misión de paz le pida a un gobernante que convalece que muestre compasión para quienes no han cometido ningún delito.
En Venezuela muchos somos católicos, somos cristianos, somos creyentes, por encima de las pequeñas diferencias que existen entre la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana y nuestras hermanas iglesias separadas, poseemos una misma creencia en Cristo Rey y en Dios Todopoderoso creador del cielo y de la tierra, por eso, sostengo que si Usted Santo Padre pudiera intervenir ante el régimen por la vida de tantos venezolanos sin libertad por razones políticas, seria sus buenos oficios agradecidos por una muchedumbre de compatriotas complacidos por su ayuda.
La Iglesia siempre ha estado al lado del pueblo venezolano, así como nuestra gente ha estado al lado de su Madre protectora. Rogamos a Dios Todopoderoso, a Jesús, el cordero de Dios, a Santa Madre María para que ilumine a Su Santidad y permita voltear su mirada hacia la pequeña Venecia, hacia Venezuela, y pueda ayudarnos a sobreponernos ante la lamentable realidad que hoy sufrimos como nación.
Padre de la iglesia, los que nacimos en esta tierra de gracia, como la llamase Colón, estamos agradecidos con Dios por semejante privilegio, pero en los últimos tiempos una nube oscura de odio y división se posó encima de nuestro amado solio, gracias a esto, hoy le rezamos a Dios Padre, al Hijo y al Espíritu Santo para que nos guíe hacia un camino de paz, progreso y esperanza. Su Santidad, Benedicto XVI, le imploramos que voltee su mirada hacia nosotros y que le rece al Supremo por nuestro pueblo, por los presos políticos, por nuestros niños, por nuestro futuro.
lunes, 26 de marzo de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
Se ahoga el gobierno
Opinión-. No quiero referirme en este artículo sobre la situación política que agobia a los altos jerarcas del régimen, tampoco a la crisis institucional que amenaza por resquebrajar el cristal de la cohesión “monolítica” del partido de gobierno, menos hacerme eco de opiniones sobre la salud del presidente Chávez que ya he abordado suficientemente en otros escritos, sino que deseo centrarme en comentar sobre el aumento de los niveles de agua contaminada que pareciera ahogar a una gestión nacional que por demás vale decir que hace mucho tiempo hizo aguas.
La crisis de la contaminación en los ríos y embalses denunciados por los gobernadores José Gregorio “El Gato” Briceño de Monagas y Henrique Salas Feo de Carabobo fueron sin lugar a dudas los dos detonantes para una serie de denuncias posteriores sobre la grave situación ambiental que padecemos en el país.
Venezuela está siendo destruida, no solamente por un Gobierno nacional que se ha dado la tarea de aniquilar cualquier vestigio de legalidad e institucionalidad, sino que vemos por doquier una serie de problemas ecológicos que amenazan a la salud de la patria, por ejemplo la situación de la acumulación de coque en las adyacencias del Complejo Petroquímico de Jose, en la vía que comunica a Barcelona con la zona Oeste de Anzoátegui, así muchos casos más, pero sin lugar a dudas es el tema del agua contaminada la que se está yendo hasta el cuello a una administración que se ha caracterizado por su ineficiencia confesa.
El Guarapiche monaguense dio paso al Tascabaña anzoateguiense, ambos ejemplos de la inestabilidad y poca pericia de quienes manejan el tema petrolero venezolano, pero estos sumados a la realidad del Lago de Valencia, son muestras inequívocas de que algo malo está pasando y que el régimen se está ahogando en un mar de problemas ecológicos que se acumulan al lado de la crisis social y política que han colocado al gobierno en minusvalía popular.
Los grandes raudales de los ríos y riachuelos venezolanos se convierten en corrientes de veneno que atentan contra la nación entera, pero mientras la amenaza crece el gobierno se empeña en negar esta realidad que es evidente y obstinadamente no declara la emergencia que es necesaria ante una situación de salud pública tan prioritaria como esta.
El derrame de crudo en Monagas ocurrido mientras los trabajadores de Pdvsa y de la hidrológica “festejaban” en Caracas un año más de aquella intentona golpista del 4 de febrero, que los historiadores revolucionarios se empeñan en llamar rebelión cívico-militar, es el ejemplo más palpable que aquí el gobierno le interesa un bledo el futuro del país y de los venezolanos, más le preocupa mantenerse a troche y moche al frente de Miraflores.
Sí, los niveles del agua suben y suben, ya no hay bote salvavidas. El gobierno se hunde velozmente.
La crisis de la contaminación en los ríos y embalses denunciados por los gobernadores José Gregorio “El Gato” Briceño de Monagas y Henrique Salas Feo de Carabobo fueron sin lugar a dudas los dos detonantes para una serie de denuncias posteriores sobre la grave situación ambiental que padecemos en el país.
Venezuela está siendo destruida, no solamente por un Gobierno nacional que se ha dado la tarea de aniquilar cualquier vestigio de legalidad e institucionalidad, sino que vemos por doquier una serie de problemas ecológicos que amenazan a la salud de la patria, por ejemplo la situación de la acumulación de coque en las adyacencias del Complejo Petroquímico de Jose, en la vía que comunica a Barcelona con la zona Oeste de Anzoátegui, así muchos casos más, pero sin lugar a dudas es el tema del agua contaminada la que se está yendo hasta el cuello a una administración que se ha caracterizado por su ineficiencia confesa.
El Guarapiche monaguense dio paso al Tascabaña anzoateguiense, ambos ejemplos de la inestabilidad y poca pericia de quienes manejan el tema petrolero venezolano, pero estos sumados a la realidad del Lago de Valencia, son muestras inequívocas de que algo malo está pasando y que el régimen se está ahogando en un mar de problemas ecológicos que se acumulan al lado de la crisis social y política que han colocado al gobierno en minusvalía popular.
Los grandes raudales de los ríos y riachuelos venezolanos se convierten en corrientes de veneno que atentan contra la nación entera, pero mientras la amenaza crece el gobierno se empeña en negar esta realidad que es evidente y obstinadamente no declara la emergencia que es necesaria ante una situación de salud pública tan prioritaria como esta.
El derrame de crudo en Monagas ocurrido mientras los trabajadores de Pdvsa y de la hidrológica “festejaban” en Caracas un año más de aquella intentona golpista del 4 de febrero, que los historiadores revolucionarios se empeñan en llamar rebelión cívico-militar, es el ejemplo más palpable que aquí el gobierno le interesa un bledo el futuro del país y de los venezolanos, más le preocupa mantenerse a troche y moche al frente de Miraflores.
Sí, los niveles del agua suben y suben, ya no hay bote salvavidas. El gobierno se hunde velozmente.
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cogito ergo sum,
Jose Dionisio Solorzano,
Se ahoga el gobierno
lunes, 12 de marzo de 2012
La revolución de la élite
Cogito ergo sum-. Ya las concentraciones populares, donde la gente de a pie se reunía para manifestar su respaldo a aquel proyecto esperanzador que encarnaba Hugo Chávez, no existen, se han esfumado ante el calor intenso de los errores, las desesperanzas y los sentimientos de frustración que cunden por doquier emanados del cuerpo corroído de un Estado “revolucionario” que luego de 13 años de gestión no ha satisfecho las enormes exigencias del pueblo.
Ya las caravanas de carros viejos, camionetas de los 70’s y 80’s no se palpan como antes, luciendo con orgullo sus banderas rojas, con conductores adornados con boinas rojas y más de un pasajero batiendo su mano izquierda empuñada cayendo contra la palma abierta de su derecha, simplemente esto ya no se ve, por el contrario estas manifestaciones del partido de Gobierno fueron evolucionando hasta mostrar 4x4 del año, vehículos modernos e importados, mujeres operadas y caballeros con cuentas millonarias. La pasión social del 1998 dio paso a la revolución de la élite en el 2012.
No sería exacto decir que el chavismo ya no cuenta con cierto respaldo popular, su apoyo se viene reduciendo a los extensos pero escasamente poblados sectores rurales, pero también se sienten en las urbanizaciones más costosas del país. La boliburgesía tomó cuerpo y tomó el poder.
Los sueños de poder para el pueblo se ven minimizados a la retórica gubernamental, más allá de los discursos oficiales y de algunos planes sociales, que la mayoría están politizados y son germen de la discriminación política de este país, no hay una estrategia real y efectiva que empodere a la gente, sino en cambio se desplazó el carnet del partido por la camiseta roja, la presencia en marchas y en la devoción, muchas veces falsas, al líder que yace en la Habana. Ya vale más en la revolución la chequera, que la ideología.
Si ayer el chavismo pudo haber representado un sentir popular, hoy es llanamente una expresión vivaz de los poderosos con trajes carmesí, es simplemente una mofa doctrinaria a aquellos líderes de la izquierda, que aunque uno puede adversar con altura e ideológicamente son respetados por la convicción en sus planteamientos, si en el pasado movió a este “proceso” un sentir de bien hoy es meramente una manifestación grotesca de lo peor que ha pasado por el Palacio de Miraflores.
Estamos en presencia de la revolución de las élites, hoy quienes ostentan el poder son residentes de las más lujosas residencias de Caracas y del resto del país, hoy los revolucionarios con vestimenta de diseñador, de halagas costosas y de viajes al Imperio gringo, son quienes mueven los hilos del poder; sin lugar a dudas la revolución es para los pendejos, las élites del poder disfrutan de las mieles del capitalismo más salvaje e impúdico de este mundo.
Ya las caravanas de carros viejos, camionetas de los 70’s y 80’s no se palpan como antes, luciendo con orgullo sus banderas rojas, con conductores adornados con boinas rojas y más de un pasajero batiendo su mano izquierda empuñada cayendo contra la palma abierta de su derecha, simplemente esto ya no se ve, por el contrario estas manifestaciones del partido de Gobierno fueron evolucionando hasta mostrar 4x4 del año, vehículos modernos e importados, mujeres operadas y caballeros con cuentas millonarias. La pasión social del 1998 dio paso a la revolución de la élite en el 2012.
No sería exacto decir que el chavismo ya no cuenta con cierto respaldo popular, su apoyo se viene reduciendo a los extensos pero escasamente poblados sectores rurales, pero también se sienten en las urbanizaciones más costosas del país. La boliburgesía tomó cuerpo y tomó el poder.
Los sueños de poder para el pueblo se ven minimizados a la retórica gubernamental, más allá de los discursos oficiales y de algunos planes sociales, que la mayoría están politizados y son germen de la discriminación política de este país, no hay una estrategia real y efectiva que empodere a la gente, sino en cambio se desplazó el carnet del partido por la camiseta roja, la presencia en marchas y en la devoción, muchas veces falsas, al líder que yace en la Habana. Ya vale más en la revolución la chequera, que la ideología.
Si ayer el chavismo pudo haber representado un sentir popular, hoy es llanamente una expresión vivaz de los poderosos con trajes carmesí, es simplemente una mofa doctrinaria a aquellos líderes de la izquierda, que aunque uno puede adversar con altura e ideológicamente son respetados por la convicción en sus planteamientos, si en el pasado movió a este “proceso” un sentir de bien hoy es meramente una manifestación grotesca de lo peor que ha pasado por el Palacio de Miraflores.
Estamos en presencia de la revolución de las élites, hoy quienes ostentan el poder son residentes de las más lujosas residencias de Caracas y del resto del país, hoy los revolucionarios con vestimenta de diseñador, de halagas costosas y de viajes al Imperio gringo, son quienes mueven los hilos del poder; sin lugar a dudas la revolución es para los pendejos, las élites del poder disfrutan de las mieles del capitalismo más salvaje e impúdico de este mundo.
martes, 6 de marzo de 2012
Venezuela en una encrucijada
Opinión-. No es la primera vez que nuestra república se encuentra en medio de una encrucijada delicada, en reiteradas oportunidades en nuestra tumultuosa, caudillista, volátil y febril historia nos ha tocado afrontar posiciones y escoger caminos disimiles, pero el resultado de esos episodios han marcado para bien o para mal el devenir de nuestra joven nación.
En una oportunidad dijo el propio Libertador, “¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! 300 años de calma, ¿no bastan?”, en referencia a la discusión sobre una de esas situaciones de bifurcación del camino, se reñía en ese momento entre la defensa de la Monarquía española, herida gravemente ante la invasión napoleónica, y la pugna por la liberad plena.
Así ha sido nuestra nación, muchas rutas se han abierto y otras se han cerrado, hemos entrado en duros combates por el deseo muy humano de anteponer nuestros pensamientos a los criterios de los demás, así somos y seguiremos siendo. Hoy cuando la república marcha decidida hacia un evento que sin lugar a dudas será transcendental para Venezuela, como es el proceso electoral del próximo 7 de octubre, no dejo de rememorar aquel discurso que resultó profético de Henrique Salas Römer días antes de las elecciones presidenciales de aquellos idus de 1998:
“Hay dos caminos, el que sea elegido por el pueblo marcará con su capacidad de unir o desunir a Venezuela lo que sucederá en el país en los próximo 15 años”.Hemos sido testigos lo que ha pasado a los largo de más de 13 años de administración de Hugo Chávez Frías, pero aquel fue la vía que millones de venezolanos escogieron, a pesar que otros tantos de connacionales no estuvieron de acuerdo la mayoría se impuso, por obra y gracia de la democracia. Pero hoy los venezolanos tenemos otra cita, como aquella de hace más de una década atrás, enfrentaremos la encrucijada de mantener un sistema que ha empobrecido a la nación, que ha corroído los cimientos de la estabilidad democrática del país, que ha condenado a miles de venezolanos al amargo purgatorio de ser estigmatizados de “escuálidos” o de emprender el camino hacia nuevos rumbos, hacia nuevos derroteros patrios, donde el progreso, la real inclusión social y el bien común sean los ingredientes de una realidad diferente.
Usted apreciado lector tiene el poder en sus manos, así como nuestros padres, abuelos y antecesores tomaron sus decisiones, para bien o para mal, en esa misma proporción nos toca a nosotros cumplir con nuestro derecho y deber nacional de seleccionar lo que queremos para nuestra gran república. Tu voto es tu expresión, cada opinión cuenta, sal y vota este 7 de octubre, saca a Venezuela de esta nueva encrucijada histórica.
En una oportunidad dijo el propio Libertador, “¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! 300 años de calma, ¿no bastan?”, en referencia a la discusión sobre una de esas situaciones de bifurcación del camino, se reñía en ese momento entre la defensa de la Monarquía española, herida gravemente ante la invasión napoleónica, y la pugna por la liberad plena.
Así ha sido nuestra nación, muchas rutas se han abierto y otras se han cerrado, hemos entrado en duros combates por el deseo muy humano de anteponer nuestros pensamientos a los criterios de los demás, así somos y seguiremos siendo. Hoy cuando la república marcha decidida hacia un evento que sin lugar a dudas será transcendental para Venezuela, como es el proceso electoral del próximo 7 de octubre, no dejo de rememorar aquel discurso que resultó profético de Henrique Salas Römer días antes de las elecciones presidenciales de aquellos idus de 1998:
“Hay dos caminos, el que sea elegido por el pueblo marcará con su capacidad de unir o desunir a Venezuela lo que sucederá en el país en los próximo 15 años”.Hemos sido testigos lo que ha pasado a los largo de más de 13 años de administración de Hugo Chávez Frías, pero aquel fue la vía que millones de venezolanos escogieron, a pesar que otros tantos de connacionales no estuvieron de acuerdo la mayoría se impuso, por obra y gracia de la democracia. Pero hoy los venezolanos tenemos otra cita, como aquella de hace más de una década atrás, enfrentaremos la encrucijada de mantener un sistema que ha empobrecido a la nación, que ha corroído los cimientos de la estabilidad democrática del país, que ha condenado a miles de venezolanos al amargo purgatorio de ser estigmatizados de “escuálidos” o de emprender el camino hacia nuevos rumbos, hacia nuevos derroteros patrios, donde el progreso, la real inclusión social y el bien común sean los ingredientes de una realidad diferente.
Usted apreciado lector tiene el poder en sus manos, así como nuestros padres, abuelos y antecesores tomaron sus decisiones, para bien o para mal, en esa misma proporción nos toca a nosotros cumplir con nuestro derecho y deber nacional de seleccionar lo que queremos para nuestra gran república. Tu voto es tu expresión, cada opinión cuenta, sal y vota este 7 de octubre, saca a Venezuela de esta nueva encrucijada histórica.
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