El presidente Hugo Chávez había montado su estrategia, en medio de su entrega de memoria y cuenta iba a responder todas las inquietudes de los diputados de la oposición, con el objetivo de mostrarse al mundo como un demócrata, todo le había saliendo bien en sus varias horas de incansable parloteo, inclusive era palpable la complicidad inconsciente de los legisladores de la MUD, hasta que tomó la palabra María Corina Machado, la verduga de presidencial.
La parlamentaria y candidata a liderar las fuerzas democráticas en la contienda del 7 de octubre de este año, se levantó de su curul y empezó su intervención alrededor de los diputados acólitos del oficialismo y sus colegas de todos los partidos de oposición y frente a su antítesis convertido en Jefe de Estado, y señaló que las expropiaciones son un robo, a lo que Chávez cortó preguntando que "¿me está llamando ladrón?" lo que impulsó el más profundo "Sí" que ha retumbado en los anales de la historia patria. María Corina Machado en menos de tres minutos polarizó con Chávez, ganó un sentimiento de empatía con los factores más radicales de oposición, liquidó el estratagema del régimen y dejó muy mal parados a diputados del partido de su principal contendor quienes en muchos casos se presentaron ante el país extremadamente prudentes y respetuosos frente al mandatario nacional.
La propulsora del denominado "capitalismo popular" alcanzó una extraordinaria presencia en la opinión pública, en los taxis, mercados, colas (tan comunes en la Venezuela de hoy en día), en los autobuses, en todos los puntos de encuentros de los venezolanos se escuchaba el: "viste a la mujer que puso en su sitio a Chávez" acompañados estos con otros comentarios como "esa mujer si tiene ovarios de verdad".
Si en nuestra historia hemos escuchado frases inolvidables como "el disparen primero averigüen después" romulero, el "estamos mal, pero vamos bien" petkoffiano, "a mí tú no me j..." lusinchista, sin obviar el "estábamos al borde del abismo, pero mi gobierno dio un paso al frente" de Carlos Andrés y como dejar a un lado el "por ahora" de Chávez, hoy tan sólo un monosílabo causa un terremoto político que causó urticaria en unos y asombro desmedido en otros.
"Viene María". Bueno por lo menos el comandante de los boinas rojas y camisetas del "Che" se percató que llegó y arribó delante de él con una valentía desmesurada de la mujer venezolana.
Aunque admito que mi candidato a la presidencia de Venezuela es Pablo Pérez, por su sintonía creciente con la sociedad venezolana y sobre todo con los sectores más desposeídos, pero es justo y necesario reconocerle, a otra digna representante de los demócratas, su gallarda posición frente a un maromero de la política que pretendió con el descaro de los cínicos engañar al pueblo empleando su memoria y "cuento" como el escenario ideal para un show de cuerpo raquítico.
Cada día estoy convencido que con líderes como Pablo Pérez, María Corina, Leopoldo López, o cualquiera de los demás aspirantes se rescatará la democracia del país
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