José Dionisio Solórzano
Cogito ergo sum-. El cierre de operaciones de Directv en Venezuela
no solo ha implicado un golpe emocional para cerca de 10 millones de usuarios
de esta empresa de televisión paga, sino que ha encarnado un revés en la
táctica comunicacional del Gobierno que encabeza Nicolás Maduro.
Y, ¿por qué digo que el cese de
la transmisión de Directv es un problema para quienes ocupan el poder?
Sencillo. Primero, representa un apagón informativo para la política del Estado
venezolano.
10 millones de venezolanos, de
acuerdo con el cálculo realizado por algunos expertos, han quedado en el aire,
con la pantalla oscura de sus televisores. Por ende, ya no recibirán el
bombardeo comunicacional que desde la plataforma mediática del Gobierno se
desarrolla de forma permanente.
Son 10 millones de venezolanos
que ya no sintonizarán, por gusto o por error, a Venezolana de Televisión ni a
Tves, ni mucho menos a Pdvsa Tv o el canal de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Son 10 millones de personas que no verán las noticias del gobierno que transmitían
los noticieros de Venevisión, Televen, Globovisión, Canal I, y pare usted de
contar.
El adiós de Directv encierra un
golpe a la táctica de divulgación dentro de la estrategia comunicacional del
Gobierno. Y esta realidad toma más importancia cuando analizamos que la
hegemonía comunicacional del oficialismo en el mundo de la radio cada vez tiene
menos nivel de alcance debido a que más del 80% de aquellos que se informan por
radio lo hacen mientras manejan, y ¿qué carrizo van a conducir los venezolanos
si no tienen gasolina para prender sus automóviles?
Si los índices de visualización
de los canales nacionales cayeron con el cierre de Directv en Venezuela, si las
decenas de estaciones de radios comunitarias o no, que están al servicio de la
línea informativa del Gobierno dejan de ser sintonizadas por los pocos usuarios
en sus vehículos, y si a esto le sumamos la nulidad de la prensa escrita por la
ya vieja situación de la escasez de papel, y la debilidad oficialista en el
mundo digital, entonces encontramos un profundo problema para la estrategia
político-comunicacional de Nicolás Maduro.
De aquí podemos desprender varias
hipótesis: 1. Buscarán algún acuerdo, tarde o temprano, para reactivar la señal
(Escenario poco viable); 2. Establecerán una alianza con otra prestadora de
servicio satelital para cubrir el vacío de Directv; 3. Reformarán la actual
estrategia comunicacional diversificando canales, ampliando y mejorando las
tácticas de contenido digital o emprenderán campañas de comunicación
alternativas; o 4. Optarán por no hacer nada y dejar que la sociedad, gracias a
su actitud de adaptación y resilencia, encuentre métodos de conexión
televisiva, llámese: Intercable, Movistar o cualquier otra forma.
Lo cierto es que el apagón
informativo es un problema para Maduro, e inclusive para Juan Guaidó, ya que
muchos canales internacionales como Tv España o Antena 3, la alemana DW, y otras más, transmitían
informaciones de las acciones que emprendía la llamada transición venezolana.
P.D: Y a todas estas, muchos padres
que en medio de la cuarentena mantenían a sus hijos frente al Tv, ahora tiene
un problema, que tal vez puedan solucionar en la medida que el internet se
mantengan y cumpla con su "deber".
¡Para mí el guarapo dulce, el
café amargo y el chocolate espeso!