Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. No encuentro otra palabra, solo la expresión:
¡Trizas! Así ha quedado el Bolívar Soberano con apenas unos cuantos días de ver
la luz del sol.
Con tan solo ir al
mercado podemos sopesar como la hiperinflación venezolana se devoró la nueva
moneda con cinco ceros menos. Los benditos precios justos anunciados por el
régimen venezolano no se cumplen y quedaron como una entelequia.
Me hago eco de las
declaraciones de Leonardo Buniak quien indicó que el país se encuentra pasando
por un proceso de "dolarización informal" donde todos los servicios
se cotizan en esa moneda extranjera.
¡Oh, qué gran verdad!
Aquí tirios y troyanos actúan de la misma forma. Acá todo el mundo aspira a
obtener unos cuantos dólares, y esto lo vemos por doquier. Los mismos precios
expresados en bolívares son una equivalencia de su valor en la moneda
norteamericana.
El ejemplo puesto por Buniak
sobre el precio de una consulta médica que oscila, según manifestó, entre unos
8 a 15 dólares, es un vivo ejemplo de la situación económica actual de los
venezolanos.
La siguiente descripción
de los cuatro tipos de venezolanos: "el primero, que genera dólares; el
segundo, que no genera dólares, pero tiene cuentas extranjeras. Un tercer
venezolano que no tiene ingresos en dólares ni cuenta, pero recibe remesas, y
queda un venezolano que no tiene acceso en dólares ni remesas".
El que no tiene dólares,
ni cuenta en el exterior, ni recibe remeses de afuera constituye el 68% de la
población. Esta realidad describe la descomposición que padecemos en el país y
de la cual somos víctimas todos por igual.
Al “soberano” le auguró
poca vida, va a tener una existencia aún menor que el mentado Bolívar Fuerte. Y
es que, el único signo monetario que sirvió en el país fue nuestro querido,
fuerte, robusto y deseado Bolívar viejo, con ese sí nos alcanzaba para comer,
vivir, estudiar, recrearse, y hacer muchas cosas más.
El bolívar de la cuarta
república era realmente soberano porque llegó a posicionarse como una de las
principales monedas de América continental, y era verdaderamente fuerte porque
con él se hacían grandes mercados sin necesidad de las cajas de los CLAP o de largas
colas en los centros de expendio de alimentos.
La única forma que nos
resta para recomponer la economía nacional es a través de la dolarización formal.
Sí, porque de hecho todo bien y servicio en el país está de por sí dolarizado,
lo único que no lo está son los débiles y raquíticos salarios de millones de
trabajadores que se mueren de hambre por la crisis económica producida por el
actual modelo económico.
Solo dolarizando la economía podemos salvar a Venezuela. Así de
sencillo.
P.D: Es menester hacer
resonancia de la siguiente afirmación de Buniak: "un dólar hoy me rinde mucho menos de lo que me rendía hace un mes. Unos
cálculos dicen que se requiere hoy cuatro dólares para comprar la misma
cantidad que compraba con un dólar hace un mes aproximadamente".
Esto lo que refleja que los niveles de hiperinflación del país han
sobrepasados los límites de relación cambiaria. La inflación del 1.000.000%
profetizado por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) ya no es una suposición sino un hecho
prácticamente tangible.
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