Cogito ergo sum-. Existe en
el léxico político actual una especie de dualidad de acusaciones que van y
vienen mezclándose y creando una especie de monstruosidad comunicacional que
cada día más altera a los ciudadanos de a pie de este país, que en ocasiones
pienso que dejó de ser tal para convertirse en una masa de elementos amorfos.
Una de las acusaciones más
preferidas, después de golpistas, contrarrevolucionarios, burgueses y demás, es
la de “apátridas”, la cual es empleada hasta la saciedad por los representantes
de un Gobierno mermado en todas sus capacidades morales y lógicas.
Para los maduristas todo aquel
venezolano que no comulgue con sus ideales comunistoides es un “apátrida”,
inclusive mezclan el térmico con el otro señalamiento de “derechistas”,
olvidándose que en la “Derecha” son más
nacionalistas que los de izquierda, excepto aquellos que profesan el
separatismo liberal.
A la par de todo esto también
tenemos que tomar en cuenta que desde la
oposición existe una respuesta, más local, más popular de replicarle al
oficialista diciéndole: “apátrida eres tú”.
Y es aquí donde deseo hacer un
análisis más profundo. ¿Qué hacemos cuando calificamos de apátrida a un
oficialista? Absolutamente nada.
Entendamos que el concepto de
apátrida es aquel que determina que un individuo no tiene patria, que su país o
Estado desapareció o nació en un área sin definición de República, o hasta
podemos entender como aquellos sectores que actúan en detrimento de los
intereses de su nación.
Bueno entendiendo esto podemos
decir que los maduristas sí actúan en defensa de la patria de sus amores y de
sus sueños, ellos sí luchan por el bienestar de lo que consideran su verdadera
patria, es decir, ellos hacen y deshacen en beneficio de Cuba.
Los maduristas son “cubafilios”, amantes de esa pequeña isla
del Caribe, la cual consideran su real terruño. Venezuela es para ellos apenas
que una plataforma que tienen que utilizar para el beneficio de su pueblo
querido, es decir, los cubanos.
Ver banderas cubanas, insultando
los cielos de Venezuela, observar banderas de esa isla izadas por encima del
pabellón mirandino nos indica dónde están los verdaderos sentimientos de
quienes ostentan el poder en esta república.
A Venezuela la convirtieron en
una provincia de La Habana, estamos peor que en los tiempos de la Colonia, el
imperialismo cubano no tiene límites y sus lacayos en el país no tienen moral
alguna.
Ellos, desde Nicolás hacia abajo,
actúan con un desdén increíble hacia el pueblo venezolano, mientras ven que
en las comunidades populares, cerro
arriba, no existe comida, medicamentos, agua, vialidad, se hacen de la vista
gorda y sólo se preocupan por seguir ordeñando el presupuesto nacional para
alimentar las fauces abiertas de los comunistas habaneros.
¡Su patria es Cuba! Aunque
nuestra meta es Venezuela, quienes somos realmente nacionalistas, quienes
amamos de verdad esta tierra, quienes sí honramos en serio la memoria de Simón
Bolívar, Páez, Anzoátegui, Sucre, Piar, entre muchos más, estamos decididos a
reivindicar nuestro suelo, nuestra historia y la grandeza nacional en contra de
los “cubafilios” que se encuentran en
el Palacio de Miraflores.
Ellos llevan la estrella blanca de La Habana en la mente y en su
pecho, nosotros los nacionalistas, cristianos y populares tenemos en nuestro
corazón y alma tatuado el tricolor: amarillo, azul y rojo con sus siete
estrellas, tenemos el verdadero bolivarianismo corriendo por nuestras venas.
¡Venezuela Sí, Cuba No! Más nada
estimados amigos.
Twitter: @jdsolorzano
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