Cogito ergo sum-. Amarillentas
las hojas. Sí, estaba completamente cubierto por el rastro del tiempo, por las
heridas de sus fracasos, estaba marcado por las cicatrices de sus males y por
el dolor que causó a lo largo de su aplicación; las letras borrosas, la punta
de sus páginas estaban quebradas, como la mayoría de sus conceptos.
Así encontré en el sótano del
pensamiento humano un pequeño libro, en su contraportada un barbudo
fotografiado, su mirada vacía y su tez era pálida. Aquel libro decían que era
una doctrina, incluso algunos la veían como una religión, no obstante era el
símbolo de una herejía social, política y económica. ¡Un error redactado!
Por curiosidad, no todos los días
uno encuentra este libro, comencé a releerlo, así como lo había hecho en mis
tiempos de inicio formativo, aunque nunca terminamos de aprender en la vida, y
devoré letra a letra el contenido de aquella pieza.
¡Oh, qué asombro! Al encontrarme
nuevamente en ese escrito, veo que la mayoría de sus equivocadas visiones son
las mismas que se aplican en este momento en nuestro país. Una copia
prácticamente al carbón.
Al lado de éste otra flaca edición,
estaba pintarrajada de un rojo descolorido, en él otra imagen esta vez de un
ruso de mirada lasciva; también lo había leído y enseguida comencé a sumergirme
en sus conceptos por segunda o tal vez tercera vez; todavía peor que el
anterior, y lo más angustiante fue que nuevamente
vi el rostro de una Venezuela esclava en cada idea plasmada en ese escrito.
El primero era el Manifiesto Comunista, parido por las perspectivas
socio-políticas de Carlos Marx, y el segundo era el titulado Las tareas del proletariado en la presente
revolución de Vladímir Ilich Uliánov, mejor conocido como Lenin. Dos piezas
de un fallo histórico de la humanidad, dos evidencias de la visión errática de
un mundo que no se puede construir cercenándole al ser humano su capacidad
creadora.
En el siglo XIX producto de la
realidad de aquellos días hubo quienes se sintieron atraídos por las visiones
de un grupo de pensadores que estaban convencidos de que la “dictadura del
proletariado” era la vía para el futuro de la humanidad. Al ser considerados
podemos explicar el surgimiento de este plan-ideológico, no obstante es injustificado
que hoy en día aún tenga seguidores.
Existe un socialismo democrático,
y debo hacer la salvedad, que es una inclinación revisionista de los conceptos mohínos
de Lenín, Stalin, Marx y Engels. La socialdemocracia, aunque tampoco soy
partidario de esta visión, se presenta más realista, más plural y democrática
que su antecesora radical.
Al tener estos libros en mis
manos y refrescar su contenido en mi mente, siempre atiborrada de los conceptos
modernos, de las inclinaciones de la Opinión Pública y por la cuantiosa
producción de noticas que se generan minuto a minuto en un mundo cada día más
2.0, más digital, logré visualizar el ¿dónde estamos? Y el ¿Hacia dónde vamos? Con
un Gobierno que claramente es fiel seguidor de un marxismo oxidado y barnizado
por un castrismo reumático.
El socialismo, ese que mentaron
de científico, ese que es generador de más pobreza, que es el partero de la
desgracias de los pueblos, así como sucedió en el Chile de Allende, en el Nicaragua
de Daniel Ortega 1, en la extinta Yugoslavia y en la otra URSS, es el mismo que
desean “inocularnos” los maduristas en el poder, ¿lo permitiremos?
En este momento existen miles de
venezolanos activos en las calles y millones que están en su casa esperando el
momento oportunidad para decirle, democráticamente, al régimen que NO aceptarán
la aplicación de los modelos fracasados
del socialismo de las cavernas.
Twitter: @jdsolorzano -
No hay comentarios:
Publicar un comentario