Cogito ergo sum-. ¿Qué no sueñe? Jamás lo dejaré de hacer… Soñar es
vivir por adelantado, es trazar en nuestras mentes, corazones y alma, lo que
queremos para nosotros mismos y para aquellos que amamos y para aquellos a
quienes nos debemos.
¡Dejar de soñar, es entregar la
mitad de la vida! La propia existencia es soñar y vivir, es sonreír al porvenir
y decirle: “te estoy esperando”.
¡Soñar por Venezuela! ¡Soñar por
tu familia! Soñar y soñar, para luego trabajar en la realización de esos
anhelos que le da a cada ser humano razones para seguir adelante, no es una
opción es un deber.
Sí, tenemos que ser optimistas
todos los días de este mundo.
Los venezolanos nos hemos
caracterizado por siempre mostrar el lado amable de las más terribles tragedias,
nos hemos reído durante años de nuestras desgracias, lo que nos ha dado
increíbles fuerzas para continuar los caminos más espinosos y tragarnos, como
diría el poeta Andrés Eloy Blanco, el
trago más amargo.
Estamos en Navidad, fecha del
nacimiento del Hijo de Dios, nuestro Salvador, Él nos dejó muchas enseñanzas y
la más importante de todas fue la esperanza que nos legó en medio de palabras
dulces, solamente nacidas del corazón de un enviado del Ser Supremo, de Él
mismo hecho carne y huesos.
Por ende, los cristianos, quienes
tenemos una responsabilidad con el género humano, con el más pobre, con el
necesitado, con el enfermo, con el angustiado, debemos tener esperanza y Fe,
porque mediante estas herramientas podemos ayudar a los demás.
Vivir sin sueños es como navegar en
un mar sin olas; ayudar al prójimo sin tener propias esperanzas y confianza en
Dios es simplemente engañar. Amar sin fe es llanamente un sentimiento irreal.
No dejes nunca de soñar, mi deseo
de Navidad para ti que me lees, para ti que estás en tu casa rodeado de tus
seres queridos, y especialmente para ti que te encuentras solo en estas fechas
es que a pesar de las dificultades, de los tropiezos, de las necesidades, nunca
te sientas abandonado, siempre estarás con Dios a tu lado, lo que es razón
suficiente para creer, para amar, para soñar.
Los venezolanos hemos pasado más
de una década atrapados en una polarización mezquina y cada vez más dolorosa
para todos, lo cual no puede llamarnos a la cobarde resignación; las vicisitudes
no nos pueden doblegar por el contrario las piedras que nos encontramos en el
camino simplemente son incentivos para seguir y jamás detenernos.
¡Caerse no es el problema, el
problema sería quedarnos en el suelo!
En este 2014 le ruego a Dios y a
la santísima Virgen del Valle que nos dé la fuerza suficiente, y una fe
enérgica, altiva y activa para seguir soñando, por nosotros mismo, por nuestros
hijos, por nuestras ilusiones, por Venezuela entera.
Feliz Navidad Venezuela, Feliz
Navidad… Ha nacido el Niño Dios, ha nacido la esperanza para la raza humana. Y
próspero 2014
Twitter: @jdsolorzano