Cogito ergo sum-. Una estación de bomberos de la Berlín de 1933
recibió la alarma de incendió en el Reichstag (parlamento alemán) a las 9:45
horas de la noche de aquel 27 de febrero, interesante fecha para la analogía,
rápidamente los efectivos se movilización y encontraron aquel lugar envuelto en
las llamas, ellos también hallaron a un albañil holandés, Van der Lubbe, en el
sitio, rápidamente las autoridades lo acusaron de ser el perpetrador del hecho.
Los líderes del Gobierno germano
en aquellos días, Adolf Hitler y Hermann Göering, fueron muy ágiles para acusar
al albañil de comunistas y muy sagaces para acusar a todos los comunistas como
parte de un plan desestabilizador para acatar a la ya “deprimida” democracia
alemana.
A raíz de ese incidente Hitler, a
la sazón canciller del Reich alemán, expresó que:
“Hemos sido atacados. Hoy uno de nuestros monumentos nacionales, uno de
los íconos de nuestro sistema ha sido acuchillado por la espalda, debemos tomar
medidas al respecto”, fueron algunas de sus expresiones propias de un
orador capaz de encender pasiones entre propios y extraños.
El gobierno Nazi logró, con la
valiosa ayuda del episodio, obtener de los representantes parlamentarios una
Ley Habilitante con la cual emprendió los rápidos cambios legales para dar paso
a la dictadura nacionalista y xenófoba.
¿Qué tiene este hecho histórico
de interesante o particular para ser recordado en este momento que vive
Venezuela?, simple apreciado lector el Gobierno de Nicolás Maduro emplea un
procedimiento muy similar, que aquel que le permitió al líder germano
posicionarse como amo y señor de aquel país.
Para decisiones excepcionales se
deben vivir épocas excepcionales, y si estas no llegan entonces debes crearlas.
Una elemental suma de hechos.
El régimen de Nicolás Maduro, en
medio de una terrible realidad social, económica y política, necesita instaurar
un sistema de opresión ya sin el respaldo de la base popular que tuvo su
antecesor Hugo Chávez, porque él no la posee, sin embargo le urge edificar otros pilares
para sostenerse en las mieles del poder.
Maduro le resta protagonismo y confianza
al pueblo, sabe más que nadie que está próxima su derrota electoral en la
contienda local a celebrarse el próximo 8 de diciembre, por eso busca un
momento excepcional en medio del cual pueda suspender las elecciones locales,
justificar su Ley Habilitante y la “compra” del diputado 99 y emprender su cacería
de brujas disfrazada en el discurso de siempre rejuvenecido por las nuevas
circunstancias.
Al momento de redactar este
artículo, lunes 11 de noviembre, apenas inicia el “incendio” del Reichstag madurista.
Está creando una llamarada
social, está propiciando un incendio en los comercios y expendios de electrodomésticos,
con el fin de causar su propio estado excepcional que le dé las herramientas
necesarias para cumular más poder y suspender cualquier medición popular.
¡Está débil, él lo sabe! ¡Se
encuentra vulnerable y como fiera herida ataca sin compasión!... Vemos las
hienas apilándose entorno de este triste espectáculo, ellos están decididos a
hacer lo que tengan que hacer para mantenerse en el poder, la pregunta es:
¿Estamos dispuestos nosotros a detenerlos y avivar con el favor de Dios
la fuerza del pueblo en contra de las llamas de los demonios de camisas rojas?
Ayer, en Alemania, los rojos
fueron chivos expiatorios de las tácticas políticas, hoy son ellos los
perpetradores de estos métodos poco éticos y compasivos, porque al final
quienes padecemos somos nosotros, el pueblo.
Twitter: @jdsolorzano
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