martes, 17 de julio de 2012
Tu decisión, nuestro futuro
Cogito ergo sum-. Tarde lluviosa. Atardecer digna de ser el escenario que abrace estas palabras y que edulcore estás reflexiones. La campaña electoral empezó y con ella se dio inicio una vez más a la vorágine política que ha movido el alma nacional, pero pareciera que en esta oportunidad la elección va más allá de escoger entre dos visiones, dos propuestas o dos discursos, en esta oportunidad la selección marcará la salud de la patria, y el porvenir que nos tocará vivir a cerca de 30 millones de venezolanos.
En esta ocasión no sólo importará el por quién votemos, sino como lo hagamos. En esta elección los venezolanos deben pensar muy bien su selección porque no deben sufragar simplemente pensando en sus intereses personales, sino en las consecuencias de estos. Venezuela, pase lo que pase el 7 de octubre, continuará su marcha, pero de ti, apreciado lector, dependerá de cómo sea ese futuro y esa marcha.
El país está en medio de una bifurcación. La nación está dividida, por ende, la estabilidad que necesita Venezuela pasa por un resultado comicial donde el candidato de la esperanza y de la unidad venza con una amplia ventaja a su oponente, el abanderado del continuismo. La tranquilidad nacional tiene como base el final electoral del próximo siete de octubre, negarlo sería ocultar el sol con un dedo.
Sí, tenemos en nuestras manos una decisión muy importante, de nosotros depende nuestro porvenir; la cita en las urnas electorales no es solamente una elección, sino que será el momento cuando debamos decidir que deseamos para el mañana, no para nosotros sino para nuestros hijos y nietos.
Hemos atravesado una tormenta de sucesos, hemos navegado entre la tempestad de 14 años de dimes y diretes, hemos naufragado en una bahía de retraso y desolador clima, pero es la hora de enrumbar el barco de Venezuela hacia nuevos derroteros, hacia nuevas rutas, hacia caminos donde la esperanza sea más poderosa que la tristeza y la infelicidad que hemos padecido en los último cinco lustros.
Pero, mientras llega el día de la elección, por la ventana sigo contemplando la lluvia caer incesantemente, afuera muchos corren rumbo al resguardo de un techo, y yo no puedo distraerme más allá de la cuartilla en blanco que se posa frente a mí y que me absorbe con su llamado apremiante, de esa misma forma con ese mismo grito de silencio que golpea el espíritu y el consciente, se verán cada uno de ustedes atraídos frente al tarjetón electoral. Esa sensación de infinita soledad y de quietud abrumadora será la que los acompañe en ese momento íntimo de escoger nuestro mañana.
Venezuela se resume en tu decisión, se plasma en tu voto que preñado de historia bendecirá nuestro futuro. Amén.
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