Como el vuelo de una gaviota,
libre como el viento del mar,
misteriosa como las ostras,
es imposible de olvidar.
Tan eterno como las olas,
tan dulce como la caña
relámpago preciosa
de un océano que te extraña.
Tú eres el ave que surca
los cielos azules del piélago,
yo como ese triste océano
que te observa como una fruta,
Esa que madura en tu cuerpo
se alza como las montañas
y se mantiene en el tiempo
sobre las madrugadas.
Eres como el ave de la noche
que miras con ojos de atardecer
que tu risa es agua en derroche
como toda una fuente de mujer.
Ave de los sueños, ave de piel blanca
que tus cabellos de terciopelo,
te caen como vivas cascadas
en lo perfecto y adictivo de tu cuerpo.
Vuela ave por tu cielo abierto,
pero no olvides que te regalé el mar
azules los dos. Y ambos eternos,
mientras anhelo tus labios
Se perpetuan en tus recuerdos...
José Dionisio Solórzano.
5 de diciembre de 2008.....
lunes, 13 de junio de 2011
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