Barco de cristal de proa
que construí para navegarte
con velas de terciopelo y olas
con vientos nacidos del suspiro
así cruzo el mismo ultramar
encastrado en tus ojos
con centellas del parpadear,
Con tempestades de antojos.
Mar, déjame en ti anclar
soportar tus fríos maremotos
y vivir en tu azul paz,
sueño en convertirme en delfín
y jugar como un niño
amamantado por ti.
Seré el pez de tus aguas
conquistador de la inmensidad
de tu piel de orilla y arena
y de tu profundo mar
seré el mismo Poseidón
Dios en tus sueños en la soledad.
José Dionisio Solórzano.
viernes, 14 de marzo de 2008
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