miércoles, 26 de octubre de 2022

Castración Química

José Dionisio Solórzano

El Movimiento Ecológico de Venezuela lanzó una propuesta que rápidamente fue publicada por muchos medios de comunicación nacionales e internacionales. Y, ¿cuál fue el planteamiento?

A través de la vocería de Alejandro Aguilera, los ecológicos anunciaron que iban a presentar la propuesta de la castración química para personas condenadas de violencia sexual.

Es decir, toda aquel encontrado culpable de violación sería sometido a un tratamiento que le eliminaría totalmente de su líbido y apetito sexual, con el objeto dejarían de ser una amenaza.

Tal idea fue presentada luego de las escandalosas y espantosas noticias de violaciones que han consternado a toda Venezuela.

Por un lado, el abuelo que abusó sexualmente de seis de sus nietas – jóvenes de entre 6 a 16 años – además, del caso de la pequeña que encontraron en un pozo séptico muerta y con signos de ultraje sexual.

Sin olvidarnos del caso del docente de educación física que violó a una alumna en su oficina en pleno liceo. Todos estos episodios dantescos llevaron a que el Movimiento Ecológico presentara ante la opinión pública su planteamiento.

Los verdes expresaron en su nota de prensa enviada a los medios de comunicación, que su propuesta será presentada ante la Asamblea Nacional y ante el Gobierno nacional para su discusión y consideración, estudiando su empleo de acuerdo con el basamento legal de la Constitución venezolana.

Ahora, en lo personal creo que la medida sería ideal para castigar a los aberrados, pues la misma implicaría que los agresores se quedarían sin el instrumento de sus fechorías., es decir, sin libido no tendrían razones para atacar sexualmente a nadie más. Es un castigo apropiado.

En lo particular, parto del principio filosófico de la justicia. Y, en filosofía qué es lo justo, sería darle a cada quien lo que se merece, lo que se ganó. Y para un ser que dañe sexualmente a otro, ¿cuál sería su castigo?

Según la concepción actual, para todo delito el castigo es la pérdida de la libertad (en la mayoría de los casos y en la mayorías de las sociedades actuales); no obstante, ¿es justo esto?

Me explico: es justo cambiar una vida por la libertad, o la dignidad por la libertad. Es justo intercambiar el dolor por la libertad.

Para muchos la ausencia de libertad es un castigo atroz, sin embargo si el privado de la misma vive con relativa libertad dentro de los muros de un sistema penitenciario, digamos que dudoso o débil, por decir lo menos, entonces estaríamos hablando de un mecanismo vacío, plenamente sin sentido.

Por ejemplo; ¿qué merece un asesino en serie? ¿Solamente prisión o algo más? ¿Un hombre que viole a niños, qué merece, solo vivir unos años en una cárcel? Estas interrogantes – como análisis filosófico – son necesarias para darle sentido y dimensión al tema que abordamos.

En algunas culturas, al ladrón se le quitaban las manos como castigo por tomar lo que no le corresponde; es decir, la castración química sería algo parecido pero aplicado a los agresores sexual. Si violas se te quita la herramienta del crimen y listo.

Empero, en todo este debate y planteamientos hipotéticos, saldrían los defensores de los Derechos Humanos a decir que “se tiene que respetar la dignidad del detenido”. A lo cual preguntamos ¿y quien defendió a las víctimas?

En conclusión, la idea del Movimiento Ecológico es interesante y debería ser evaluada con seriedad por los órganos del Estado.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!