lunes, 14 de diciembre de 2020

Naufragamos

Por José Dionisio Solórzano 


Cogito ergo sum-. Venezuela quedó completamente ensimismada ante la noticia del nuevo naufragio de venezolanos a escasas millas náuticas de Güiria; el país quedó conmocionado ante las espantosas imágenes de los ahogados.

Y al ver esas fotos solo puedo pensar que la nación entera naufragó. Sí, desde hace mucho tiempo perdimos el norte, la brújula y el timón, naufragamos como Estado, como República y como nación.

Venezuela naufragó, lo hizo desde el punto de vista económico, pues la inflación, la devaluación, la poca producción, la destrucción de la iniciativa privada, la dolarización de hecho mas no de derecho, todo son realidades del caos en el cual estamos sumergidos.

Naufragamos desde la óptica política, somos un país sin institucionalidad, sin orientación clara. Un país anarquizado, sin dirección política; estamos divididos entre dos tendencias que están plenamente divorciadas entre sí y cada una halando hacia su propio lado.

Tenemos dos presidentes, dos parlamentos, dos tribunales supremos, y hasta dos entes electorales. Esta dualidad, esta fragmentación de la institucionalidad es solo explicable cuando reconocemos que nos extraviamos como país.

Y, el más terrible de todos los naufragios es el social. Somos una sociedad empobrecida, enflaquecida, sin educación, sin una guía moral definida; estamos en el foso más profundo. Perdimos el horizonte por completo.

Somos un país donde el Pran de la cárcel es más poderoso y más respetado que el doctor del hospital y el maestro de la escuela. Somos un país donde quienes velan por la salud y la educación de la sociedad están subpagados y maltratados.

Aquí el militar manda y el civil obedece. Aquí el inculto tiene poder y el profesional termina manejando un taxi o bachaqueando con lo que sea. Perdimos el sentido de lo lógico, de lo correcto, de lo ético.

Naufragamos el mismo día que el finado dijo "quien roba pan por hambre, no es un ladrón"; cuando exclamó frente a las pantallas de la televisión "exprópiese". Allí empezamos a perderlo todo, a perder el país y a naufragar por completo, ese fue el momento en que tomamos la ruta equivocada.

Hoy nos espantamos al ver los cadáveres flotando de unos compatriotas que desesperados salieron del país; hoy nos lamentamos por sus muertes y por el dolor con los que dejan a sus familiares, sin embargo las causas que ocasionaron la tragedia siguen allí intactas, conservadas por la incapacidad de todos de lograr un cambio real en Venezuela.

Estamos flotando en medio de una crisis, los venezolanos somos naufragamos que nos sostenemos abrazados a pedazos de madera, y salvavidas mal hechos; somos naufragamos que intentamos nadar hacia una orilla, y cuando pensamos que estamos cerca, el oleaje nos lleva otra vez a las aguas profundas de la anarquía nacional.

Es hora que enseriemos la cosa. La dirigencia nacional debe ir más allá, no podemos limitarnos a logros tácticos sin estrategia pensada. Ya basta de acciones que parecen avances, pero terminan en nada. Es momento de crear soluciones y hacer que éstas se materialicen en bien de los venezolanos.

El país no aguanta más, nos urge hacer algo o terminaremos todos como los "balseros de Güiria".

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!